06 - Yo te protegeré.

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Esa mañana decidimos salir juntas a dar vueltas por la ciudad. Llevábamos un par de mochilas para cargar cosas que nos encontráramos por el camino y, tras unas horas, encontramos un bar. Podía ser una buena fuente de suministros, así como una trampa que nos condenase. Me acerqué al edificio mientras le hacía un gesto a Eva para que guardase silencio, y me dispuse a mirar por la ventana. Eva, tras de mí, se agachó y se pegó al muro, viendo una pantalla que tenía en su antebrazo, dándole un par de golpes y alzando después su pulgar dándome el "ok" y haciendo lo mismo con una especie de reloj en su otra mano, repitiendo el gesto. Fruncí el ceño.

- ¿Qué... haces? - Pregunté en voz baja.

- Busco metales y mido la radiación del sitio... - Explicó en un susurro. De repente empecé a escuchar pasos. El sonido de unas botas pesadas. No parecía venir del bar, así que me giré e hice un gesto a Eva para que se escondiese, viendo como ésta pegaba un respingo y se agazapaba detrás de lo que parecía ser el esqueleto de una moto. - Vámonos... - susurró con nerviosismo.

Apareció un hombre muy alto y fuerte andando con tranquilidad. Llevaba unas botas de aspecto militar, que es lo que sonaba tanto. Unos pantalones que llegaban por el inferior de la rodilla y unas correas, que sujetaban un cuchillo y un arma de fuego. También una especie de chaleco con distintos bolsillos que parecían estar llenos y una mochila a la espalda con lo que parecía ser una antena asomando por la parte susperior. Por último, un casco con una máscara, que hacía imposible verle el rostro.

De repente, un estruendo al final de la calle sonó, haciendo que el desconocido se girara hacia el foco del sonido, quedando de espaldas a nosotras y exponiendo la mochila. Parecía bastante llena...

- Escóndete... - Ordené a Eva en voz baja. Empecé a caminar hacia él con paso muy lento, tratando de acercarme sin hacer nada de ruido mientras dejaba a Eva atrás, la cuál me preguntó que hacia donde iba, pero sin obtener respuesta.

Parecía haber dos personas en la gasolinera: un niño y uno más adulto que lo tenía arrinconado mientras le daba una paliza. Tal vez para robarle... ¿suministros? ¿Medicamentos? Cualquier cosa que pudiera tener el chaval. De repente, el desconocido que tenía delante, sacó una pistola de la cual no me había dado cuenta y disparó sin titubear, haciendo que la bala traspasara la sien de aquel acosador. Me quedé algo pillada ante tal frialdad. ¿Cómo pudo dispararle a aquel tipo sin piedad? ¿Sin siquiera titubear tan sólo un poco? Pero mis ganas de suministros seguían ahí.

Mientras el chico que había salvado aquel tipo salía corriendo, yo seguí avanzando y fue cuando una rama crujió bajo mi pie, quedándome clavada en el sitio con la mano alzada a punto de alcanzar la mochila, aunque el hombre parecía que no se dio cuenta. Pero tal era la tensión en mi cuerpo que mi temperatura corporal se incrementó, y eso sí que lo alertó.

Comprobé cómo se quedó parado frente a mí de golpe, pero lejos de moverse bruscamente, empezó a alzar los brazos lentamente, mostrando el arma de su mano con el dedo fuera del gatillo y girando la cabeza poco a poco para visualizarme. Cuando estaba a punto de verme, Eva se abalanzó sobre mí y me hizo caer al suelo, haciendo que ambas desapareciéramos a su vista, pues nos ocultó con su invisibilidad. El hombre se terminó de girar confuso, parecía que lo que hizo Eva sirvió; así que él enfundó su arma y siguió con su camino.

Cuando estaba unos pasos más lejos, miré a la pelimorada, parpadeando un par de veces como con cierta molestia. Estar invisible ciertamente me hacía ver algo raro. Le di un par de tortazos en el hombro y le "grité" en susurros.

- ¿¡Pero qué haces!? ¡Estaba a punto! - Refunfuñé. Le dí un empujoncillo para hacer que se quitara de encima mía y volví a las andadas, acercándome de nuevo al desconocido por las espaldas. Tras un par de pasos me hice de nuevo visible, quizá Eva hizo una especie de esfera o algo que nos mantuviera ocultas.

Fire Meet GasolineDonde viven las historias. Descúbrelo ahora