Capítulo 10

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8 de enero, en la última clase del día...

- Hey - dijo Carlos susurrando; había interrumpido mis pensamientos -, psst...

- ¿Qué pasa?

- ¿Cómo rayos haces esto? - me mostró su apunte

- ¿Hacer qué?

- Esta ecuación... o como se llame

- Falta poco para que acabe la clase - dije mientras mordía mi pluma -, solo déjalo así

- Por cierto, has estado hablando mucho con aquella chica... ¿Cómo se llama?

- ¿Lizzy?

- ¡Sí! ella, Elizabeth. Te gusta ¿verdad?

- No lo sé, puede ser

Sonó la campana y todos salieron rápidamente del salón, un poco apáticos, era lunes, a nadie le gustaban los lunes. Salimos del salón y seguíamos platicando, él casi siempre hablaba de películas, series, y esas cosas. Me gustaba opinar sobre ello, pero hablaba demasiado, tenía que buscar una oportunidad para poder hablar yo.

- Oye - dijo Carlos - ¿sigues hablando con Michel?

- Sí ¿Por qué no hablaríamos?

- Bueno... el beso...

- Oh, sí. Fue casi como si eso no hubiera pasado; hasta ahora, todo normal

- Y ahora está en la friendzone

- No...

Nos sentamos en las escaleras y seguimos platicando. Mientras yo lo escuchaba, estaba un poco distraído, pensando en La Muerte, ya hace tiempo que no me contactaba para matar a alguien. Esos pensamientos fueron interrumpidos por un pequeño empujón de Carlos.

- Hey - dijo mientras apuntaba - ¿no vas a ir con ella?

Era Elizabeth, estaba sentada en una banca cerca de la cafetería, con las piernas cruzadas, un café en la mano y leyendo un libro. Me acerqué a ella, gracias a la insistencia de Carlos. Ella me saludó y me sonrió.

- ¿Por qué siempre estás aquí en la salida? - pregunté antes de sentarme

- Bueno - cerró su libro -, mi padre llega más tarde a casa, y no me gusta estar sola. Prefiero estar aquí, con el ruido de la gente

- ¿Hambrienta?

- ¡Sí! Mucho. Supongo que iré por unas galletitas después

- No es necesario

Hice que se levantara, caminamos hacia la salida, donde estaban Carlos, Alicia y Michel. Me despedí de ellos y salimos de la escuela. Ella no dejaba de preguntar hacia donde la llevaba, yo solo sonreía. La llevé al Venecia, donde trabajaba. La comida ahí era deliciosa, algunas veces iba a comer ahí, después de las clases; era imposible que no le gustara la comida. Además, el lugar era muy bonito, elegante, agradable.

- ¿Qué desean ordenar?

- Sabe que traerme, Mike

- Perfecto, y ¿para la señorita?

- Eh, supongo que será solo un pastel de frambuesa

- Enseguida

Parecía algo así como nuestra "primera cita", aunque ninguno sintiera atracción por el otro, al menos ella hacia mí no. Fue bonito, comer acompañado de ella, y no solo, como solía ser. Justo cuando terminamos, Alicia llegó, arruinando el momento. Elizabeth se levantó de su silla y se despidió, como si le incomodara la presencia de Alicia, como si no se soportaran; se sentía la tensión entre ellas. Alicia dijo que iba de paso y quiso entrar, a saludar a su tío, algo poco creíble, nunca iba a saludar a su tío, no la había visto entrar aquí una sola vez. Fue como si nos quisiera arruinar la comida a propósito.

El contratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora