Estoy en un prado, con hierba de color rosa chicle y cielo azul pastel. Huele a hierba recién cortada y a fresas. No hay nadie y no se oye nada, solo la ligera brisa soplar.
Estoy soñando. Es un sueño lúcido. Lo sé porque, de otro modo, no sabría que estoy soñando. Los sueños normales son como una película: alguien te controla sin enterarte. Pero en los sueños lúcidos no, porque sé que estoy dormida pero puedo moverme con total libertad.
Es la primera vez que tengo un sueño lúcido. Había oído hablar de ello antes, pero nunca había tenido uno. Hasta ahora, claro.
Noto que hay una especie de niebla en la lejanía que me impide ver el horizonte. Veo lo suficiente hasta, no sé, veinte o treinta metros más allá. De todos modos, vaya a donde vaya, el paisaje es siempre el mismo. ¿Y por qué rosa, la hierba? ¿No puede ser de otro color? Yo qué sé, ¿negra?
La hierba, de repente, se vuelve negra, como una alfombra de esas de plástico donde secarte los zapatos cuando ha llovido. Ahora huele a regaliz. Eso significa que lo que piense se hace realidad. Se hace de noche en cuanto sugiero que quiero que sea de noche. Ey, esto es útil. ¿Y si quiero un sombrero de bruja? ¡Pum! ¡Aparece en mi cabeza! ¡Mola!
¿Y si intento hacer magia? No veo mi recipiente de agua, como dijo ayer la profe Artemisa, cuando cierro mis ojos. Pero, solo por curiosidad, voy a usar Mota de luz. Cierro los ojos, me imagino una bolita de luz pequeña, los abro mientras digo el nombre del hechizo. Y, sí, puedo lanzar magia. De hecho, puedo seguir haciéndolo más grande. Solo tengo que imaginármelo.
Aparentemente, mi reserva de maná es infinita. Deshago la bola de luz una vez llega a alcanzar tres veces mi tamaño. Podría usar este sitio para entrenar.
Pi pi pi pi pi.
Claro, los sueños tan buenos no pueden durar tanto. Es una lástima que no vuelva a soñar lo mismo probablemente jamás, puesto que sería ideal para entrenar o, simplemente, escapar de la realidad.
En fin. Después del emocionante primer día de ayer, con la activación y mis primeros hechizos, toca un segundo día más normalito, ¿no? En el grimorio pone que hoy solo tenemos dos clases:
• De 9h a 10:30h: Entrenamiento de combate con Hans Salomon, pista exterior.
Oh, ¡por fin hay hombres en esta academia!
• De 11h a 13h: Artes de apoyo con Arcadi Puigdevall, aula 1-1.
¿Arcadi? Qué nombre tan conveniente. Nunca he escuchado ese nombre, pero por el apellido... ¿es catalán? Será la primera vez que conozca a alguien de ese país.Tras desayunar, vestirme y prepararme oigo el timbre. Abro la puerta: es Finn.
—¡Hola! —me saluda con una sonrisa de oreja a oreja— ¿Vamos?
A ver, es buen chaval, pero no esperaba que fuese a esperarme para ir a clase. Quiero decir, mi casa está a un minuto a pie de la entrada al campus. Justo al lado, como aquel que dice.
—Ah, es que he salido de casa pronto y pensé que podríamos ir juntos. Si no te importa, vaya —se justifica.
Los dos empezamos la marcha.
—¡En absoluto! —respondo.— Es solo que no estoy acostumbrada a esto...
—¿No tenías con quién ir en Bachiller?
—Ya te lo dije, Finn, me pasé los dos años empollando para entrar aquí. No soy muy buena estudiando. Hacer amistades me quitaba tiempo que podía usar para que me entrase más temario en el coco.
Es la excusa que siempre pongo, pero la verdad es que nunca he sido buena socializando. Al menos aquí ya tengo camaradas desde el primer día. Eso es bueno. El pobre peliazul se ha quedado un poco cortado. Ups.Nuestra clase de hoy es en el exterior, en la pista que supongo que hay en la zona de recreo, porque no lo sé.
—¡Buenos días!
Corvin saluda a Finn pegándole una palmadita amistosa en el hombro justo cuando iba a preguntarle si sabía dónde estaba la pista esa. Minka también viene, pero al menos ella no saluda dando hostias a la gente. Hoy huele especialmente bien, a algo afrutado.
—¿Sabéis de qué trata la clase esta de combate? ¿Dónde está la pista?
—¡Pues de luchar, Alicia! ¡La pista está ahí!
Minka echa a correr en la dirección en la que señala. Yo no sé para qué pregunto.
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Arcadia, academia mágica
FantasyAlicia Wilkins empieza su nuevo curso en la academia mágica Arcadia, la más famosa de su región. Allí conocerá maestros que le complicarán la vida y compañeros que la harán más fácil. ¿Tendrá Alicia el valor y conocimiento para pasar de curso? Acomp...