Intermedio II: Monsieur Lebleu

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Un encargo como cualquier otro: mi tía me ha dicho "Finn, ve a buscar el pan" hace un rato. Me ha dado un billete de cinco francos y una bolsa de tela. Ella es la que manda y la que me acogió cuando Madre me echó de casa al salir del armario, con lo que debo mantenerla contenta. Por suerte, mala gente no es: pese a ser hermanas, mi tía y Madre no se parecen en nada.

Hoy hace bueno. El verano aún arrecia con fuerza en esta parte de la Meseta. Apenas hace viento: las hojas de los árboles de esta pequeña placita están quietas. La ropa tendida de los balcones de las casas no se mueve un ápice. El ambiente es seco; el calor deja de ser molesto al ponerse en la sombra.

Attention !
Me freno en seco y vuelvo en mí: una sombra negra pasa por delante de mis pies a toda velocidad. No es normal que me quede empanado de esta manera.
Desolé ! —es el mismo de antes. Es una voz masculina, pero tampoco excesivamente grave— ¿Has visto pasag a Étoile? Le chat noir !

Castaño rojizo, ojos azules y cara de buena persona. Un poco más alto que yo. A destacar son sus pecas, su septum y su pendiente en forma de garra. Lleva nuestro uniforme; debe estudiar en la Arcadia. Su moderno estilo me place. Habla medio en francés: quizá sea mi oportunidad para practicarlo un poco.

—[Perdón, estaba distraído. ¿Ese gato negro es Étoile?]
Ah, todavía me acuerdo un poco. Y eso que hace dos años que no paso el verano en Francia...
—[¿Usted habla francés? ¡Bien! Étoile es mi gato, sí. ¿Me podría ayudar a encontrarlo], por favohg?
Sé que los franceses son un poco raros, pero no sé si es normal que un chaval de mi edad se dirija de manera formal a mí.
—Claro, vamos.

Los dos cruzamos la calle, siguiéndole el rastro de cerca a Étoile. El gato gira la esquina hacia la izquierda, metiéndose por un callejón. Al girar, lo perdemos de vista. El callejón está lleno de basura y objetos abandonados. ¡Habrase visto! El civismo en este pueblo se ve que brilla por su ausencia.

Étoile, mon amie ! ¡Bsst, bssst! [¡Mira qué tengo para ti!]
El chaval se arrodilla y se saca del bolsillo del pantalón un poco de papel de aluminio. Se ve que se había guardado un pequeño trocito de su bocadillo de jamón serrano. Tengo una idea para atrapar el gato: vamos a ver cómo se desarrolla y si eso la pongo en práctica.
Él opta por lanzar el trozo a medio metro o así de distancia. Mientras tanto, nos ponemos detrás de unas bolsas de basura, cada uno a un lado del callejón, sin perder de vista el trozo.

Al cabo de unos segundos, veo unos ojitos aparecer cerca del trozo de comida. El animal se acerca cautelosamente. Hora de probar eso.
—¡Trampa vil! —exclamo en voz muy bajita, suficiente solo para activar el hechizo.
Lanzo desde mi mano una pequeña esfera oscura como la noche que se pega al suelo cerca de donde se encuentra Étoile. Este, al acercarse levemente, se queda atrapado. La magia de oscuridad normalmente tiene un tacto viscoso y asfixiante, si uno fuera a respirarlo. Aquí solo he subido al máximo posible la viscosidad para que se pegue al enemigo o a lo que sea. Ha dado resultado.

El otro chico aprovecha para ir hacia su mascota y cogerlo, momento en el que disipo el arte.
—¡Étoile! —el felino parece relajarse y ronronear en los brazos de su cuidador— [¡No vuelvas a escaparte así jamás!]
El de acento francés, tras mimar un poco su mascota, se dirige a mí en un tono formal.
—[Muchas gracias por su ayuda, señor...]
—Finn. Finn Snowgale. Pero no me trates de usted: vamos a la misma academia al fin y al cabo.
Oh là là ! —extrañamente, lo veo sonrojarse. ¿Por qué?— S-soy de primego, Finn...
—Anda, pues nunca me he fijado. ¿Y cuál es tu nombre?
—Um... —hace una pequeña pausa, aún con las mejillas como tomates y evitando mirarme— Miguel. ...Lebleu.
—Mucho gusto.
Extiendo mi mano en afán de apretársela. Tras unos instantes, él accede. Es entonces cuando puedo verle sus ojos turquesa, brillantes como joyas recién pulidas. Eso, unida a su sonrisita tímidamente mona, puede hacer que se vuelva muy popular en la academia.

Bien, es hora de seguir con mi tarea. Me despido de Miguel y le digo que cuando quiera puede unirse a nuestro grupito si quiere, pero entiendo que conocer a tres personas a la vez puede ser un obstáculo grande para alguien introvertido como él.

Por mi parte, me gustaría continuar practicando mi francés con el monsieur Lebleu.

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⏰ Última actualización: Oct 13, 2018 ⏰

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