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Sí, definitivamente sigue sonando como un sueño. "Voy a correrme, Jo"

Al escuchar aquellas palabras, Joel levantó rápidamente la cabeza, liberando el pene de su boca y sonriendo con timidez. "Hazlo dentro mío... dentro mío, Erick."

Erick abrió sus ojos y pestañeó muchas veces hasta que se frotó los ojos con sus nudillos. Esto estaba pasando de verdad. Y... Joel lo llama por su nombre.

Se incorporó, apoyándose contra la cabecera de su cama y lentamente Joel se colocó a horcadas sobre sus caderas. Hubo una breve pausa y Erick parecía que estaba pensando mucho acerca de lo que estaban por hacer a continuación. Joel se dio cuenta de que estaba dudando, entonces levantó su rostro con su mano en la barbilla y se inclinó para besar sus labios.

Sí, había mariposas en el estómago de Joel, fuegos artificiales en su mente y sintió de pronto como un peso enorme se había colocado sobre sus hombros al momento en que besó a Erick.

Sabía que ahora tenía que hacerse cargo de los sentimientos de su amigo y de los suyos también. Correspondió al beso a medias desde ese momento, porque la confusión invadió su cuerpo y ugh... no. ¿Qué está haciendo? ¡Si ni él sabe lo que quiere! ¿Por qué está ahí? ¡Va a lastimar a Erick! ¡Va a cagarla una vez más!

¡Vete, Joel! ¡Vete ahora antes de que Erick te odie!

El beso se detuvo demasiado pronto, que Erick frunció el ceño cuando vio a Joel negando, intentando moverse. Entendió perfectamente que se había arrepentido de haber ido allí, Entendió que Joel no quería lastimarlo y que prefería irse antes de seguir arruinando su amistad.

Tragó saliva con dificultad mientras lo sostenía con fuerza de un brazo para que no se levantara de la cama. ¡A la mierda todo! Ya no tenía nada que perder, ¿o sí?

"No te vayas, Joe"

"Debo hacerlo, Er. No quiero lastimarte, no quiero-yo" Joel pausó, intentando encontrar las palabras indicadas para no seguir hiriéndolo. "No quiero hacerte esto, Er. No a tí, no-no te lo mereces"

De repente todo se congeló en su mente y volvió el recuerdo de aquella primera vez. Donde para Joel tuvieron sexo, pero él hizo el amor.

< Se remordió el labio inferior repentinamente porque ¡Dios! Él estaba a punto de perder su virginidad. Sus manos le temblaban, sus piernas le temblaban, todo él temblaba porque iba a hacerlo, iba a hacerlo justamente con Joel, y eso es lo que había estado soñando durante tanto tiempo. Estaba feliz y nervioso, por supuesto -ademas de excitado-, pero en el fondo algo le estaba molestando, sin embargo, y eso era el hecho de que esto significaba mucho más para él que para Joel. Era la primera vez de ambos, pero él estaba enamorado y era triste saber que para su amigo esto era simplemente sexo. >

Erick volvió en sí y soltó su brazo. "Respóndeme esto, Joel, ¿a qué viniste?"

"¿No es obvio a lo que vine? He venido a tu cuarto durante dos años para algo, y sabes bien qué es."

"Está bien, lo entiendo, pero ahora, hoy, en este momento. ¿A qué viniste?"

"A cumplir con un deseo que tenías"

"¿A despertarme con una mamada? ¿Tú crees que eso me hace feliz? ¿Piensas que sólo eso quise de ti?"

"No, sé que no, pero yo quería hacerlo, quería complacerte" pausó nuevamente mientras se ponía de pie. "Perdón, Er. Soy un idiota, no debí venir, en primer lugar. No quiero que me odies, no quiero perder tu amistad"

"Joel, nuestra amistad se rompió hace dos años cuando tú y yo tuvimos relaciones por primera vez. Abre los ojos, mira la realidad, nosotros eramos más que amigos y lo sabes."

Eso quizá le dolió un poco. Él no creía eso, Joel aún lo consideraba su amigo, a pesar de que tenían sexo, le dolió aquellas palabras y fue por eso que negó, caminando hacia la puerta.

Sólo un segundo tardó Erick en levantarse de la cama y correr hacia él para evitar que saliera de la habitación. Joel tenía su mano en el picaporte, a punto de abrir aquella puerta cuando sintió el miembro de Erick apoyar su espalda baja.

"Quédate" susurró en su oído. "Quédate..."

Joel suspiró fuerte, se dio vuelta lentamente y ahora estaban mirándose directamente a los ojos.

Erick no quitaba su vista de él. "Quiero..." miró su boca por un instante y volvió a mirarlo a los ojos. "Quier-necesito que te quedes"

"Er, no—" Joel negó, bajando su mirada hacia el suelo. "Esto es lo único que obtendrás de mi. Tú quieres más y yo no puedo ofrecerte más que esto."

Erick apretó sus labios, frenándose de decir algo, pero volvió a abrir su boca y simplemente lo dijo. "Entonces déjame tenerte al menos una vez. Pero quédate tú, Joel."

"¿Qu-qué? ¿Qué es lo que-"

"Deja que ella se vaya por un momento. Quiero estar a solas contigo."

Sintió las tan familiares manos de Erick levantar su remera lentamente, mientras se miraban a los ojos. Los nervios invadieron su cuerpo una vez más porque eran ellos por primera vez, Erick y él, ellos dos, ningún personaje.

Joel se quedó inmóvil cuando Erick se acercó lentamente. Sus ojos estaban puestos en los labios resecos del moreno. Joel quiso decir algo ¿Quizás negarse, frenar lo que hacían? Pero no pudo decir o hacer nada, porque los suaves labios de Erick estaban posados sobre los suyos y después todo fue imposible. Así que cerró sus ojos...

El beso era lento, suave y sin nada de brusco como solían ser los que se daban. Erick sostuvo su rostro con sus manos, dirigiendo aquel tierno beso con lentos movimientos de cabeza de un lado a otro, y luego sus manos se deslizaron hacia su propio pantalón y bóxer para bajarlos de un sólo tirón.

Sus manos se posaron ahora sobre la cintura de Joel, para comenzar a bajar aquel pantalón de chandal que el moreno traía. Joel se dejó hacer, incapaz de protestar porque esto se sentía ¿Correcto? Quizás no lo era, pero se sentía así.

Las manos de Erick se deslizaron hacia sus muslos, para con fuerza, pero lentamente elevarlo en el aire. Joel enredó sus piernas alrededor de su cadera, mientras sus manos envolvieron el cuello de Erick. Sus labios se mantuvieron presionados en todo momento porque se les fue imposible separarse.

El beso seguía siendo jodidamente lento, suave, hermoso, y Joel no entendía nada, estaba perdido, perdido en aquel beso, en aquellas caricias que Erick le estaba regalando.

Su mente le gritaba que saliera corriendo de allí, que esto estaba mal, que se iba a arrepentir, que la estaba empeorando, pero su cuerpo no hizo caso a ninguna de esas advertencias. Era su corazón el que latía con fuerza, indicándole que continuara.

Y se dejó llevar, se dejó enamorar.
~•~

Holi, mil años después, la verdad estaba muy mal por todo el tema de Joey, y aún lo estoy, no tengo humor en estos momentos

sHe ~Joerick~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora