Especial: "El ascensor"

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Bueno, antes de que lean éste especial,  sólo quiero decir que hoy es el cumpleaños de "No lo sabrá jamás" ¿No es increíble? Hace exactamente un año, publiqué ésta novela.

Sé que quizá les parezca tonto o algo por el estilo, pero para mí es algo... No sé... Wow.

Bueno, tenemos nueva portada ¿Que opinan de ella?

Y... Ya. Más tarde subiré el último capitulo y el epílogo vendrá luego.

¿No es triste tener que decir adiós?

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Luego de vencer otro súper Villano que había aterrorizado a París, ladybug saltaba por los tejados camino al encuentro con su amiga Alya, quien la esperaba en el Parque.
Su compañero Chat Noir ya se había despedido de ella y seguramente ya estaría haciendo sus deberes diarios.

Su transformación casi llegaba a su fin, ya que acababa de usar su Lucky Charm en la batalla y necesitaba urgentemente un lugar privado para volver a la normalidad sin que nadie la viera. Para su desgracia, el carnaval de "Sonrisas y mas Sonrisas" acababa de llegar a la ciudad, trayendo música, bailes, colores y... Y por supuesto,logrando que las calles estuvieran infestadas de gente.
En un desesperado movimiento de tratar de salvar su identidad y mantenerla secreta, entró al hotel del alcalde Burgois y con cuidado de que nadie la viera, se adentró al ascensor. Su plan era destransformarse dentro y salir siendo Marinette.

Quizá ese plan no era el más perfecto, pero sin duda, era mucho mejor que destransformarse en plena recepción.

Sus enguantados dedos presionaron el botón que abriría las puertas y entró. Sin siquiera ver quién más se encontraba dentro.

Las puertas se cerraron, y soltando todo el aire en sus pulmones, por fin se permitió sentirse tranquila. Sin embargo, cuando planeaba deshacer su transformación, notó que alguien más se encontraba dentro, mirándola asombrado.

Allí, junto a ella, se encontraba el amor de su vida. Adrien Agreste. Su compañero escolar y el chico que le había robado cientos de suspiros.

Sus ojos se conectaron por un momento que a ambos chicos les pareció eterno, el corazón de Ladybug latía con fiereza, su respiración era errada, los nervios no la dejaban en paz.

Adrien, quien se mantenía ajeno a todo lo que la chica enmascarada estaba experimentando, sonrió de la manera más dulce que podía especialmente para su dama, causando que ésta perdiera el equilibrio por unos segundos. Seguramente, si Marinette no hubiera llevado la máscara de ladybug en ése momento, hubiese caído al suelo de lo maravillada que estaba.

De pronto, cuando había olvidado todo lo que sucedía a su alrededor por culpa del rubio que tenía delante, aquella sensación de temor regresó, recordándole de esa forma que su transformación no duraría para siempre y necesitaba con urgencia salir de allí.

Finalmente, Ladybug, rogando que Tikki pudiera aguantar un poco más, presionó varias veces el botón del elevador, demostrando lo inquieta y apurada que estaba.

Luego de unos diez segundos sin que las puertas del ascensor se abrieran, un fuerte sonido proveniente del mismo alarmó a ambos jóvenes. El ascensor se había quedado completamente quieto...

De seguro era un apagón y la electricidad volvería pronto, o quizá, el ascensor se había estropeado y deberían esperar hasta que alguien lo reparara.

Pero Marinette no tenía tanto tiempo y comenzaba a entrar en pánico. ¿Qué era lo que haría ahora? Definitivamente no podía revelar su identidad a Adrien, claro que no, de ninguna manera.

¿Y si no era quien él esperaba?
¿Y si se reía de ella?

Unas lágrimas silenciosas recorrieron las mejillas de la heroína al imaginar todos esos horribles escenarios en los que Adrien se decepcionaba de ella.

Mientras tanto, el rubio, quien no había apartado los ojos de su amada Ladybug ni por un segundo, notó en seguida que ésta había comenzado a llorar.
¿Por qué lo hacía? Acaso... ¿Tenía miedo?

Já, ¿La súper heroína de París, Ladybug, con miedo? ¿Pero qué estaba pensando?

— Oye... Tú... — Adrien se aclaró la garganta. Estaba tartamudeando — Tú... ¿Estás bien? — preguntó algo cohibido.

Un "Beep" fue suficiente respuesta para el rubio.
Estaba claro... Ella no quería que él la viera en su imagen cotidiana. Y Por alguna razón, ese pensamiento hizo que algo dentro de él doliera.

— Yo... — dijo en un tono bajo la chica de máscara — No quisiera ser descortés, pero... ¿Podrías voltear? — preguntó. Su cabeza hacia abajo, mirando sus pies.

Adrien, a pesar de sentirse herido y algo molesto, no cuestionó la decisión de la azabache, por lo que sin esperar ni un segundo, se apresuró a desviar su mirada de la chica y darle la espalda, justo a tiempo para que una brillante y segadora luz cubriera por completo el ascensor. Adrien cerró con fuerza los ojos, luchando contra el gran impulso de voltear y descubrir por fin, quién era la mujer de quien estaba locamente enamorado.

Marinette miró a Tikki, quien se encontraba sobre sus manos con una expresión de fatiga. Había estado tratando de alargar el tiempo de transformación durante mucho tiempo y eso había agotado todas sus energías.

—¡Oh Dios mío! ¡Tikki!— exclamó alarmada.

Sólo con haber visto a su querida amiga en la condición que se encontraba, había causado que se olvidara por completo de cierto rubio que se encontraba a sus espaldas luchando contra sí mismo.

—Lo siento mucho, Tikki... No debí esperar tanto— se lamentó Marinette entre lágrimas.

Adrien, desde su lugar escuchaba atentamente el llanto del amor de su vida. Se sentía impotente al saber que la tenía a tan pocos centímetros de distancia y no podía consolarla ni darle un abrazo que pudiera tranquilizarla.

—Toma, son... Son tus galletas favoritas. Lo lamento, Tikki, en verdad lo lamento.—repetía una y otra vez la joven.

—Gracias, y no te preocupes, estaré bien Marin... — Tikki guardó silencio. Había olvidado que Adrien estaba escuchando.

Marinette y Tikki se miraron preocupadas. Listas para cualquier cosa.

En cambio Adrien, bueno, su mente trabajaba a mil por segundo en busca de una chica en su lista de amigos y conocidos de la cual el nombre comenzara con "Marin". Era obvio que ése no era su nombre completo, de ser así, su Kwami no se hubiera detenido tan de prisa. Y luego de aproximadamente cinco segundos de pensar y buscar, el único nombre que resaltó en su cabeza fue "Marinette".

¿Sería posible...?

—¿Marinette?— cuestionó en un susurro el rubio, para luego voltear y ver a su compañera de clases cubriendo su rostro con las manos. Adrien sonrió, había sido ella todo el tiempo... Llevo sus manos hacia las de Marinette, y con cuidado, las apartó de su cara. Revelando la mirada llorosa de su heroína favorita. — Eres tú... —exclamó con alegría para luego abrazarla fuertemente.

Fin...

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Ésta historia la tengo desde hace tiempo así que la edité para que sirviera para la ocasión.

¿Les gusta que suba historias así o mejor no?

Diganme lo que opinan.

Hasta más tarde.

❤❤❤

Saranghae Chingus!

No lo sabrá Jamás (Marichat, Adrinette) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora