No lo sabrá Jamás (Marichat, Adrinette) [TERMINADA]

Especial Fiestas

Sólo disfruten de mi regalo.
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Otra noche. Otro martirio.
¿Por qué no te das cuenta?
¿Por qué no dejas de hablar de él?
¿Por qué no me quieres?

Su rostro se ve feliz de verme, como siempre. Y yo... Bueno, un dolor punzante me invade en el pecho, pero me obligo a sonreír como si no pasara nada.
Me saluda cordialmente y me invita a pasar, se sienta en el diván que se encuentra al otro lado de su habitación y me observa ladeando la cabeza.
Yo observo su rostro, sus ojos, sus mejillas sonrojadas a cada momento, sus coletas, sus listones, su suave y rosa piel, sus finos y apetecibles labios.
¿Qué podría pasar si la beso ahora mismo? ¿Me rechazaría? Quizá... ¿Me correspondería? ¿O talvez me prohibiría volver a verla?
No, no me puedo arriesgar. No quiero hacerlo.

No quiero hacerlo por que tengo miedo de perderla para siempre.

Esto es... Es tan frustrante. Tan malditamente difícil para mí.
El sólo pensar en que un simple movimiento erróneo de mi parte podría arruinar todo lo nuestro, todo aquello que juntos hemos construido... Me enferma a tal punto de desear que jamás hubiera aceptado aquella petición suya de venir a su balcón para comer galletas y platicar sobre nosotros. Todo era normal en ése entonces, sólo una amistad, una clase de cariño diferente. ¿En qué momento me enamoré tanto de ella?

No lo sé.

Pero el sentimiento que antes era un afecto amistoso hoy se convirtió en el anhelo intenso de tener sus labios sobre los míos a cada segundo, su cuerpo pegado a mí lo más posible, mis manos recorriendo y conociendo cada pequeño pedazo de piel suya.

El dolor me carcome siempre que te veo, ¿lo sabes? ¿O por lo menos, lo imaginas?

¿Sabes por qué?

Por que me duele tenerte cerca, pero sin tenerte en realidad.

Me duele que no seas mía así como yo soy tuyo.

Me duele no poder besarte cada vez que lo deseo.

Me duele no poder tocarte como quiero hacerlo.

¿Sabes que odio intensamente la manera en la que hablas de él? De ese enamorado tuyo que, como tú dices, te acelera el pulso con sólo mirarlo desde lejos.

¿Y yo? ¿No sientes que tu pulso se acelera cuando estoy contigo? ¿Cuando estoy tan cerca de ti como lo estoy ahora?

"¿Qué pasa?" pregunta al verme a tan poca distancia de ella.

Y entonces me debato entre acabar con la poca distancia que nos separa y besarte o alejarme de ti e irme para no volver jamás.

No puedo arruinar todo sólo por éste deseo egoísta que siento por besarla, pero tampoco puedo seguir aquí, haciéndome daño a mí mismo.

Cierro los puños con fuerza, resistiéndome ante el enorme deseo de tomar su rostro entre mis manos y pegarme a sus labios hasta quedarme sin aire.

¿Por qué eres tan inocente?
¿Es que no ves lo que le haces a mi cuerpo? ¿A mi alma? ¿A mi corazón locamente enamorado?

"Estás muy callado hoy, gatito, ¿Qué es lo que te pasa?" cuestiona tomando entre sus manos un pedazo de tela negra y colocándola sobre el escritorio en el que siempre suele trabajar.

Contengo la respiración y una opresión en mi pecho me impide respirar con normalidad.

¿Cómo contestar a esa pregunta?
No me pasa nada, me pasa de todo.