Capítulo 11. Dime

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Adrien.

Mi corazón se detiene por un momento y creo que ya me voy a morir.

¿Debo o no debo caminar hacia la luz en momentos así?

Observo a Tikki fijamente, estoy paralizado, no puedo hacer nada. Me ha tomado por sorpresa.

Mi mente reproduce una vez más la conversación que acabo de tener, con gestos y señales, cada palabra dicha y expresa con claridad... Hasta que por fin caigo.

Tengo un hijo...

Y entonces, exploto.

- ¡Joder! ¡Maldición! ¿¡Por qué jamás me lo dijo!? ¡Ahg! ¿¡Por qué no me buscó!? ¿¡Qué se cree!? ¡Ahg, esa chica cabeza dura! ¿Cómo pudo siquiera...? ¡También es mi bebé! ¿Es mi bebé, cierto?

- ¡Tú!... ¿¡Encima te atreves a preguntar!? ¿¡Acaso estás enfermo del cerebro o algo parecido!? ¿¡Te Quieres morir!? - la motita roja se vuelve aún más roja luego de escuchar mi estúpida pregunta, cientos de desagradables insultos vuelan por los aires y aterrizan justo arriba de mí, me lo merezco. Merezco cada uno de sus insultos.

- Pe-pero... ¿Por qué no me lo dijo? ¿Por qué... Por qué no me buscó?

- Cuatro palabras... No. Sabía. Quién. Eras. ¿O es que alguna vez se lo dijiste?

Por supuesto, jamás le dije quién era.

¿Cómo iba a encontrarme si ni siquiera sabía mi verdadero nombre? Chat después de aquella noche en su habitación no volvió, ni por su casa, ni por el vecindario, ni siquiera cuando había un villano akumatizado. Sólo me digne a aparecer semanas después, justo esa noche en la que ella se marchó con mi bebé sin dejar rastro. Sin decirme. Sin siquiera despedirse.

¿Qué estará haciendo ahora?

Sé que mi Marinette es una mujer fuerte y que conseguirá todo lo que ella se proponga conseguir, pero... ¿Y el bebé?
Sé que no le faltara nada nunca teniendo a Marinette como madre, y sé que el amor no le faltará, pero... ¿Necesitará de mí? ¿De mi afecto de padre? O quizás... ¿Marinette ya se casó de nuevo?

No. ¡Joder! ¡joder! ¡Joder! ¡No!... ¡Maldición!

¿Y si ya hay otro hombre en su vida? ¿Otro que puede verla dormir y estar a su lado al despertar? ¿Otro al que mi hijo llame "Papá"? ¿Alguien que no soy yo... En sus corazones?

La desesperación, la ira, el dolor, la culpa... Todos esos sentimientos arremolinados en mi interior comienzan a hacer estragos.

Pateo lo primero que mis ojos ven, lo que termina siendo una maceta con una planta tan grande como yo, la cual termina en el suelo junto a toda la tierra que contenía. Vuelvo a lanzar un golpe al aire, lanzando y rompiendo en mil pedazos un florero que se encontraba sobre una pequeña mesa de madera.
Golpeo el espejo, haciéndolo añicos.

Mis manos sangran pero la ira aún se mantiene... Necesito... Necesito... Ya no sé qué es lo que necesito.

A ella.

Susurra una voz en mi subconsciente.

Y creo que no se equivoca.

Respiro hondo, pensando en mis opciones, ¿Y si se fue de París? ¿Cómo haré para encontrarla?

- Tikki, ¿Ella no te dijo a dónde se dirigía? ¿O si se quedaría por lo menos en el país? - pregunto con desesperación, cientos de nuevas dudas comienzan a formularse dentro de mi cabeza.

Necesito encontrarla... Necesito encontrar a nuestro hijo.

Mi hijo.

¿Cómo lo habrá llamado?

No lo sabrá Jamás (Marichat, Adrinette) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora