Capítulo 3. Adiós

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Narrador

- Marinette, No puedes irte así por que sí, seguramente si se lo dices a tus padres ellos entenderán tu situación. Estás a punto de cumplir los veinte, ya eres mayor de edad, tienes un trabajo, ayudas en el hogar. Ellos no tiene nada por qué reprocharte. Incluso hasta podrían ayudarte mucho. No te vallas, Marinette. O al menos... No me dejes. - la pequeña Kwami revoloteaba al rededor de la azabache, pidiendo con tristeza que no renunciara a todo.

Marinette sujetó la maleta en sus manos, aún muy nerviosa por su decisión, pero debía hacerlo, quería hacerlo.
Era lo mejor.

- Tikki, ya hace más de un mes que me enteré que estoy embarazada, en algún momento empezará a notarse. Y cuando mis padres, amigos o conocidos pregunten por el padre... ¿Que les diré? ¿Qué no sé quien es? ¿Que ni siquiera sé su verdadero nombre? Gracias... Pero no gracias.

- Pero... ¿En verdad me dejarás? ¿Y qué pasó con ser Ladybug? ¡Paris te necesita! - suplicó Tikki, a punto de llorar.

- ¡Y mi hijo me necesita más! - grita Marinette llegando al borde de la desesperación. - Tikki, lo siento tanto, pero... Es mejor que te quedes aquí, ahora que estoy embarazada yo... No puedo seguir siendo ladybug. Te Extrañaré mucho, Tikki. - dijo entre lágrimas la azabache.

La pequeña mota roja se acercó a su mejilla, dándole un pequeño abrazo. Las dos amigas lloraban de igual manera.
Tristes por tener que decir adiós.

- Te quiero. - susurró Marinette antes de quitarse el segundo arete.

Los miró por un momento, nostálgica, luego los guardó a ambos en la pequeña caja negra donde los había encontrado la primera vez y la guardó en su cajón, donde antes guardaba los zapatos.

Se dirigió a paso lento por las escaleras hasta la puerta de salida y se encaminó a su nueva casa.

Al menos los ahorros de siete años ahora servirían de algo.

Adrien

- Iré hoy, Plagg, ya no molestes. - me quejo, tapando con una almohada mi cabeza.

- Eso dijiste ayer, y el día anterior... Y el anterior... Y el anterior... Y el día anterior a ese. ¿Cuándo vas a ir? - cuestiona enfadado mi Kwami.

Lo ignoro y cierro con más fuerza los ojos, pero ella vuelve a aparecer.

La culpa no me deja dormir, desde esa noche que sucedió lo que sucedió, no puedo dejar de pensar en todo lo que ella estará sufriendo por mi culpa.
De seguro me esperó la noche siguiente para hablar, para contarme sobre su día, para darme uno de su tantos sermones que me daba cuando me veía con el cabello tan desarreglado.

Era demasiado perfeccionista.
Y eso me gustaba de ella.

Pero no era igual que Ladybug.

A pesar de su parecido físico tan increíble, las dos eran tan... Diferentes.

Ladybug era de carácter fuerte, audaz, perspicaz, segura de sí.

Marinette era delicada, insegura, dulce, inocente.

Pero sin embargo las dos llegaban a mi mente y me alborotaban todo.

Ladybug era el amor de mi vida. La primera que había logrado llamar mi atención.

Pero Marinette había sido mi primera amiga en la escuela, la primera chica con la que había compartido mis sentimientos, mi primera vez.

Me encontraba dividido en dos.
Sin saber a quién elegir.

Luego de un rato, cansado de ser abrumado por mis propios pensamientos, salté de mi cama y me transformé en mi alter-ego.

Dispuesto a arreglar las cosas.

No lo sabrá Jamás (Marichat, Adrinette) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora