Capitulo 5

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El alba empieza a hacerse notar entre los edificios (o ruinas) de Fits Glor, dándole un naranja amarillento a la zona. En estos momentos, seria fantástico plasmar en un papel el escenario que tengo frente a mis ojos. Lastima que no se pintar. Pero estoy segura de que quedará en mis recuerdos como todas aquellas cosas que me resulten extraordinarias o hermosas. Cuando sea mayor, voy a aprender a pintar, y voy a llenarme de cuadros con imágenes de lo que viví. Va, si llego a ser mayor, porque probablemente muera esta noche.

Hundo la cabeza en mis manos y cierro los ojos con fuerza. Yo no me quiero morir. Nadie me va a matar. A Sarah nadie la toca. Con el autoestima alta, levanto mi rostro de entre mis manos y admiro el paisaje con una actitud renovada. Desde mi punto de vista, sentada al borde de una terraza perteneciente a un edificio suficientemente alto como para permitirme ver el amanecer, puedo apreciar todo a mi alrededor. Luego de 3 semanas de duro entrenamiento, estoy exhausta, pero no puedo dormir. Bueno, nadie con una misión como la mía puede dormir tranquilo. He estado practicando toda la noche bajo el frío otoñal y el viento helado, preparándome para la gran noche.

Este es mi lugar. Mi terraza. Aquel que pise aquí sin mi autorización, puede despedirse de su vida. O de sus extremidades. O de sus ojos. Este lugar es mi campo de entrenamiento. Aquí tengo blancos para apuntar con diferentes armas, blancas o de fuego. No es por presumir, pero con los cuchillos, soy toda una maestría. También tengo bolsas de boxeo, y grandes palos de madera para practicar a golpear objetivos en movimiento, aunque todo es más fácil con mi fiel bayoneta. Respecto a la lucha cuerpo a cuerpo; se los golpes básicos y los determinados puntos débiles del cuerpo humano, donde puedo hacer que quede inconsciente o acabar con su vida y fin. Realmente no me va mal en estos enfrentamientos, ya que soy ágil, rápida y sigilosa. Hay unos cuantos barrotes para practicar velocidad con obstáculos y hay unos palos de metal clavados a la pared para trepar por estos y bajar. Cada vez voy mejor, pero me sigue costando esquivar cosas mientras trepo. Desde estos, practico lanzamiento aunque todavía me falta fuerza. El espacio es techado, pero yo siempre salgo por una ventana y me siento afuera, con las piernas colgando, sintiendo el espacio vacío que hay bajo mis pies, sin temer a una horrible caída que terminaría con mi vida. Es una sensación de poder, eso es lo que siento al no temerle a la muerte. Poder.  

-¿Ya te quieres suicidar? -La burlona voz de Megan me saca de mis pensamientos. Ella es la única que puede entrar aquí sin mi permiso.

-¿Y perderme todo el movimiento de esta noche? Ni de coña, Meggie.

-No me llames así, rubia oxigenada. Sabes que lo odio. –Se sienta a mi lado, pero en vez de deja caer sus piernas, atrae sus rodillas hacia su pecho y las abraza -Mierda, que frío. No se como podes estar con esa campera. -Luego de unos momentos dice- Apuesto que no  has pegado un ojo en toda la noche.

 -Apostaste bien, pero estoy descansada. No tengo intención de dormir. Ni siquiera quiero. Estoy como si hubiera ingerido cafeína en su estado más puro.

-Hmm. Me siento como si hubiera tomado 58 tazas de café y 3 baldes de azúcar. Estoy mas activa que durante el coito. -Añade sonriendo

-Se llama adrenalina. Si estas mas activa que teniendo sexo, Meggie, lamento decirte que has fracasado como ninfómana.

Ella ríe -No vine aquí para hablar de mi vida sexual, tonta. Grek nos quiere ver antes de marchar a Minh Flor

 

***

 

Las calles alrededor de Minh Flor, dan miedo. No hay ni un alma en esta zona. Todos están en sus hogares, temiendo a lo que pueda pasar aquí fuera. Supongo que tienen una idea de que algo grande va a pasar esta noche. Megan y yo intentamos ser lo más sigilosas posible, pero con los motores de nuestras motos, se complica un poco. Estamos averiguando donde aparcar nuestros vehículos, ya que en el interior del territorio es un gravísimo error, y los alrededores de este lugar no es muy seguro que digamos. Decidimos aparcarlas detrás de una casa con aspecto lúgubre, con pinta de estar deshabitada y con las ventanas rotas, pero es lo mejor que tenemos. Además de que es un lugar estratégico ya que queda cerca de la entrada a Minh Flor y tenemos acceso directo a la calle por donde podemos huir en caso de que la cosa se ponga turbia. Vestimos lo habitual para estas ocasiones: monos ajustados y elásticos negros, zapatillas deportivas negras aunque no podemos hacer nada para tapar nuestros rostros. Megan insistió en hacernos trenzas cocidas a ambas, así no tendríamos el inconveniente de que se nos caiga la colita y nos obstruya la vista. Además, se les va a complicar más agarrarnos de los pelos en caso de tener todo bien amarrado. Nos bajamos de las motos y nos encaminamos a pie a la entrada sur de Minh Flor, donde empieza toda la emoción.

-La policía pasa por los alrededores de la zona cada media hora. Pasó ya hace 25 minutos. Tendremos que esperar unos 10 minutos para llevar a cabo la misión. Una vez que partamos, no hay vuelta atrás. Hasta llegar allí tendremos veinte minutos. Nos darán la carga rápidamente y volveremos en por nuestros pasos, tardando un poco mas que la vez anterior, calculo unos 30 minutos si no nos encontramos con nadie que obstruya nuestro paso. El camino hasta nuestras motos será rápido, no mas de un par de minutos con lo cual (y si todo sale como lo planeamos) podremos evitar a la policía sin problemas. -Diagnostica la ojiazul.

 -“Si todo sale como lo planeamos”. Eso nunca funciona. Acabas de invocar a lo problemas ¿Es que no vez como en todas las películas siempre dice algo como “lo tengo bajo control” y todo se sale de control? Ay, Megan, Megan, Megan. Y, en caso de que nos topemos con los patrulleros subiremos a algún punto alto o nos treparemos a algún lado donde esperaremos a que la patrulla pase. –sentencio. Dicho esto, comenzamos nuestro camino.

Nos adentramos a Minh Flor y el olor a podrido, suciedad, droga, porro y otras cosas nos invade. Los edificios son escasos, todo lo que reina en esta zona son paredes de ladrillos, (algunos erosionados) que en algún momento fueron una casa. La vista de este barrio me recuerda a un bombardeo. Llegamos a la vía y caminamos hasta la 5ta estación y recorremos las 10 cuadras al norte que nos faltan y caminamos por Griln Avenue, hasta llegar a destino. Leo y Michelle son unos mellizos de cabello liso y ojos negros. Sus facciones duras dan miedo... Además son chinos, y yo siempre desconfié de los chinos. Siento que tienen todo fríamente calculado y cualquier error van a saltar millones de chinos con sus artes marciales, sus kimonos y sus palitos chinos para atacarnos. Michelle nos estira una mano, pidiéndonos la entrega, y Leo nos entrega dos pesadas mochilas, una para Megan y otra para mí. Auch, mi espalda. Sin decir palabra nos damos la vuelta y volvemos por donde venimos.

Durante el trayecto hubo un silencio no incómodo, si no que era un silencio atento donde estábamos alertas de todo a nuestro alrededor. Siempre al tanto de pisadas o movimientos. Así fue como en la Estación 5 escuché unos pasos atrás. Inmediatamente tire 2 veces de la trenza de Megan quien me miró interrogante a lo que yo le respondí con una significativa. Ella se limitó a asentir y apresurar el paso mientras sacaba disimuladamente su cuchillo de su cinturón. Yo fingí tropezarme con algo y aproveché para mirar hacia atrás, aprovechando para mirar hacia atrás sin ser tan obvia.

 -No veo una mierd- una sombra me corta el susurro que iba dirigido a Megan.

Un movimiento a mi izquierda hizo que me girara a tiempo para notar como alguien se escondía tras una columna de ladrillos. Me doy vuelta y me pongo espalda contra espalda con Megan, posicionándonos en pose de batalla, haciéndole saber que no estábamos solas. Ella asintió ligeramente, su ceño ligeramente fruncido, cuchillo en mano, lista para matar si era necesario. Pero por la tensión de su espalda podía notar lo nerviosa que estaba. La entiendo. Estamos en su territorio, bajo sus reglas. Su propiedad. Estamos solas. Si gritamos, nadie iba a socorrernos. Apresuramos el paso y cuando íbamos a doblar siento un zumbido cerca de mi oreja y me tiro al suelo tomando uno de los cuchillos de mi cinturón, lista para un atacar. Tomo aire abruptamente al ver como 3 figuras emergen de las sombras.

 -Están en nuestra propiedad chicas. Mala idea que una dama pasee por aquí sola a estas horas de la noche ¿No lo creen? -No quito mi vista del chico de voz gruesa que se encuentra al costado izquierdo del grupo, y noto como un escalofrío me atraviesa la espalda por nervios puros y no soy la única. Puedo asegurar de que Megan esta igual de nerviosa o más que yo -Ataquen -ordena con voz frívola.

 

Y lo único que puedo ver, es como 3 hombres corren hacia nosotras.

 

 

***

Es breve, ya se, pero no hay mucho que agregar. Esto es el capítulo 5 de Crime. Espero que lo disfruten.

Saludos. I'm Out.

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