Capítulo 17

289 35 5
                                    

Luego de ese extraño intercambio de miradas con el hombre, el tomó a su amigo y lo cargó al hombro. Lo siguiente que pasó, fue que el walkie-talkie pitó, sacándome de mis pensamientos.

-Sarah, ¿Esta todo bien? -preguntó un preocupado Grek

-Si si, hubo un pequeño percance, nada de lo que preocuparse –aunque mis palabras fueron difíciles de pronunciar debido al dolor que sentía en todo el cuello. La adrenalina se había ido completamente y los golpes me estaban pasando factura de una manera horrenda. –Por acá vinieron a visitarme los que andaban haciendo “travesuras”, pero ya me he encargado de eso –dije mirando sobre mi hombro a la vez que me dirigía hacia la entrada de Fist Glor.

 -Bueno. Te veo en el mismo lugar donde nos reunimos hace dos horas.

 Luego de llegar a la esquina del almacén, Grek me esperaba fumándose un cigarro, recostado contra la pared de cimiento abandonado. Llegar hasta allí me costó la vida, sobretodo disimular el dolor que sentía por cada paso que daba y disimular mi renguera era mucho mas difícil. Ante la preocupada mirada que Grek le dio a mi cuello, supe que algo malo tendría que tener.

 -Mierda Sarah, eso tiene una pinta horrible. –Intentó tocar mi cuello pero retrocedí por puro reflejo. Él me miro un poco preocupado y yo le ofrecí una mirada de disculpa que pareció comprender y volvió a su antigua posición contra el almacén. -¿Algo que quieras destacar de lo que pasó?

 -Los hombres –me interrumpí y carraspeé  ante mi voz afónica. Luego reemplazé mi voz por un susurro que dolió como limón en una yaga abierta. –Los hombres, eran dos. Dijeron que un tal Jeb había perdido el tiempo al mandarlos para deshacerse de mi. Obviamente, me subestimaron. El pobre quedo en el piso hecho un ovillo gimiendo de dolor... –Una carcajada hizo detenerme. Grek me estaba mirando sonriendo.

 -Es increíble que en el estado en que estás, hayas dejado semi-inconsciente a un hombre. No dejas de sorprenderme rubia.  Ahora volviendo a lo anterior. ¿Dijo algo más de ese tal Jeb?

 -Nada. Dijo eso y luego preguntó por Megan con una voz que sonó forzada. Luego me cuestionó y lo escupí. -Los ojos de Grek se abrieron de sorpresa y no sabia si era porque mi atacante parecía tener cierto conocimiento de nuestro círculo de amigos o porque recordó algo sobre “Jeb”

 -¿Lo escupiste? –Ah, solo porque lo escupí. Asentí en modo de respuesta. -¿En la cara? –volví a asentir. -Wow Maccovery, cada vez me impresionas más.

 -¿Que puedo decir? Soy impresionante –sonreí socarronamente a lo que él rodó los ojos.

 -Bien, ¿Te llevo hasta tu casa? –Dijo mirando mi cuello.

 -No, tengo a mi bebé acá. Además tengo que ver a Megan.-Luego de eso, me despedí de Grek y me puse en marcha hacia la casa de mi amiga.

***

-Dios, me siento culpable de que todo esto te haya pasado. –Iba a decirle que no habia problema, que no era nada pero me interrumpió –Mira esas marcas en tu cuello, ni con un montón de collares las disimulas. ¿Que le vas a decir a tus padres?

 -La verdad a medias. Que unas compañeras de clase me arrinconaron por meterme con uno de sus novios y me lastimaron.

 -¿Donde ves la verdad en eso? –preguntó Megan arqueando una ceja pero la preocupación no dejaba sus ojos.

 -En que me ahorcaron, claro.-al ver la mirada de reproche que me daba Megan, suspiré –No puedo decirles que estaba montando guardia por que soy una de las mejores agentes que tienen, en una zona donde solo se vive si matas a tus vecinos. Seria muy fuerte. Y no me dejarían salir en mucho tiempo o para siempre. O quizás me mandan a una terapia grupal para preguntarse en que fallaron y ese rollo. –Le dije con severidad.

CrimeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora