Capítulo 6

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Los hombres salen de la penumbra y todos son enormes con grandes músculos, aunque esos músculos no pueden ser naturales. Seguro toman esteroides. Uno es un africano de dos metros, cabello negro con rastas con pelo corto y grasoso. Tiene un gracioso parentesco con Wiz Khalifa, pero sucio. Iu. Desde acá puedo notar que es un nido de ratas. Esta vestido de arriba a abajo de  negro con una camiseta cuello de tortuga hasta el cuello, como todos. El del medio es un chino. Mierda, es chino, aunque mida unos centímetros mas que yo, es chino. ¿Y si lo mato y la mafia china me busca? ¿Por qué de todos las personas en el mundo, me toca un chino? Ojalá no tenga palos chinos o esas estrellitas ninjas… Oh-oh ¿Y si es un ninja? Ay mamá. Y por último, el que habló, es un hombre con piel cenicienta, cabello castaño oscuro y ojos negros.

Wiz Khalifa se arroja a por mi con un cuchillo en su mano mientras el chino se me acerca por a izquierda sacando lo que me parece que es una espada ¿Justo el chino? Me siento en la película de Tarantino, “Kill Bill”. Esquivo rápidamente a Wiz mientras salgo por su costado clavando mi rodilla en su estomago, y ante ese momento en que expulsa aire, bajo el codo a su nuca con potencia, provocando que el africano caiga al piso. Estaba admirando a el cuerpo, cuando escucho el típico chillido de chino enojado a mis espaldas y efectivamente  veo como el oriental salta hacia mi apuntándome con su espada, lo esquivo, aunque la espalda me roza la parte superior de mi brazo. Arde. Tomando mi bayoneta de mi cinturón, intento apuñalarlo cuando cae a mi lado. Sus reflejos chinos se hacen notar esquivando cada uno de mis intentos, y en una rápida vuelta me corta sobre la costilla izquierda. El tajo no es profundo pero duele. A la mierda la mafia china, yo a este lo mato. Tomo mi arma con mas fuerza y se la intento clavar. Salto hacia adelante y bloquéa mi ataque con su espada. Ataca y yo retrocedo, esquivando golpes y frenándolos con mi cuchillo. De la bota saco una daga militar y guardo la bayoneta en su lugar. Me acerco velozmente a él, rodeándolo. No ataco al azar, ni uso la daga, intento golpearlo en sus puntos débiles. Amagues, pasos y saltos. Me alejo de él dando una mortal hacia atrás, cayendo en cuclillas y lo observo. Su guardia es casi perfecta. Tiene su rostro cubierto por la mano derecha y la espada en la mano izquierda, alejada del cuerpo, dejando al descubierto su esternón. Es zurdo. Listo.

-Acanochiwa ablajam. –lo burlo. Ven chinito, chinito. Veo como su rostro se contorsiona y se pone rojo mientras corre hacia mi gritando.

Salta y lo pateo en la cabeza, golpe que él consigue bloquear. Pero al caer detrás de el, tiro una patada de burro a su columna, que lo desequilibra. Aprovechando la nueva oportunidad, me doy vuelta y tiro una patada de costado hacia sus costillas y golpeo su cara con mi codo, justo en su pómulo. Sangre comienza a esparcirse por su rostro. Y de un momento a otro, tengo al chino sobre mi, dando golpes y yo intentando esquivarlos. Aprovecho que esta sentado sobre mi pecho por lo tanto levanto mi pelvis, tiro las piernas hacia atrás, en un intento de hacer una vuelta carnero al revés, quedando yo sobre su pecho y el bajo de mi cuerpo. Extiendo las piernas y las pongo sobre los brazos del oriental, impidiendo que pueda usar las manos. Respiro agitadamente y al chequear mi cinturón lo encuentro vació. Genial, nada mejor que esto (nótese mi sarcasmo). Las heridas comienzan a arderme, reclamando atención. Tengo un tajo en mi pómulo derecho y su espada dejo marca desde mi muslo izquierdo hasta la rodilla en algún momento, lo que me dificulta el moverme y provoca un fuerte dolor. Mi turno. Veo a unos pasos mi bayoneta. Bajo mi mirada al oriental que se encuentra forcejeando y lo golpeo repetidas veces en el rostro con mi codo. Luego rapto hasta el arma que antes había visualizado y me estiro para tomarla. Pero antes de que lograra mi objetivo una mano sujeta mi talón y comienza a tirarme para atrás. Lucho para llegar hasta el arma y cuando finalmente la tomo, la acerco hacia mi cuerpo, y me dejo atraer hasta el cuerpo del chino. Llegando a donde el oriental estaba arrodillado, con la sangre cayéndole por el rostro, me doy vuelta y me incorporo, meto el cuchillo dentro de su boca y lo retro hacia un costado, cortándole la comisura derecha.

 -Bonita sonrisa, Bruce Lee. -digo, lo que provoca que el chino se abalance sobre mi. Esquivo su espada, que no se cuando la volvió a conseguir, y avanzo, golpeando su garganta con mi codo. Me retiro y lo pateo en la cara, cayendo delante utilizando el momento en que llevó ambas manos a su garganta, clavé mi cuchillo en su achinado ojo, provocando que sangre comience a chorrear de su ojo, salpicando mi cara. Luego lo agarro de los pelos de la nuca y llevo su cabeza al encuentro con mi rodilla. Repito esto varias veces, hasta que el chino queda en un estado de debilidad absoluta, pero no inconsciente. Te vas a arrepentir chino. Pateo su rodilla, provocando que se quiebre y caiga. Una vez que esta en el suelo, lo tiro para atrás, su nuca choca contra en piso y lo miro a los ojos.

 -¿Donde esta el intrépido chino que se acercó y me atacó? -escupo con furia. Golpeo su cabeza contra el piso otra vez. -Ya no eres tan valiente sin tu espadita ¿No? -lo golpeo nuevamente. Me levanto, y lo miro con total desprecio y superioridad. Pateo sus costillas con la punta de mi pie, luego lo golpeo en el estómago. Me posiciono frente a su moribundo cuerpo y golpeo su entrepierna, provocando que el oriental gima. Sonrío y me pongo a horcajadas sobre su pecho sosteniendo mi bayoneta en mis manos, apoyándola suavemente sobre su garganta, sin ejercer presión.

 -Dulces sueños, chino –digo en un tono chino, claramente burlándome de como habla, y clavo el cuchillo en su garganta.

 Me incorporo y mi muslo me hace caer. Agh, como duele. Me incorporo, poniendo todo mi peso sobre la pierna derecha y me seco el sudor de la frente. Me miro las heridas del brazo y del muslo. Nada que no se pueda arreglar.

 Un grito me vuelve a la realidad. Megan esta en el piso entre las piernas del chico raro, mientras intenta que su puñal no sea insertado en su garganta. Rápidamente corro hacia ella, tomando un fierro que esta tirado a unos 5 metros de mi y lo golpeo en la nuca del castaño, haciendo que caiga sobre el cuerpo de Megan y la manche de sangre que sale de su nuca. Quito el cuerpo y ayudo a a la ojiazul a levantarse.

Juntas salimos de ese lugar, hacia nuestras motocicletas. Cuando llegamos, veo como Megan se sienta y abraza sus rodillas, mientras respira agitadamente. Me arrodillo a su lado y la acaricio la espalda.

 -Si vos no hubieras llegado –dice y luego menea la cabeza –Ni siquiera quiero pensarlo. –Vuelve a esconder la cabeza entre sus rodillas y yo la rodeo con mis brazos.

 -Sh, no pienses en eso. Ahora agradece que tenés a este bombón para socorrerte.

Ella ríe y luego de unos momentos, montamos en nuestros vehículos y salimos de ahí, la adrenalina aún corriéndome por las venas.

 

***

Hiper corto, pero es lo que hay. Estos días se me van a compicar, pero voy a intentar subir capítulos, en algún momento. Hasta entonces, voy a tener que estudiar inglés (matenme). Perdón si hay algúa falta de ortografía o error de tipeo, estoy muy apurada.

Otra cosa: No tengo nada contra los chinos, así que si algún chino se sintió ofendido, no fue mi intención.

Eso fue todo. Saludos. I'm Out.

 

 

 

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