Capítulo O5

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—Lo siento. No sé que me ocurre hoy. Le juro que practiqué día y noche, profesor, sabe cuánto me gusta esta clase. Es como si hubiese olvidado como tocar. Tal vez mi estado emocional afecta mis habilidades musicales —dijo Jungkook, con un largo suspiro, derrotado.

Dejé de guardar las cosas en mi maleta y lo miré con preocupación. —¿Tienes problemas, eh, personales?

—Oh, no lo dije para que se preocupara o para que sienta la necesidad de preguntarme por mi bienestar. Todo está bien. Todo siempre está bien —sonrió débilmente, sin mirarme. Parecía distraído mientras acaricia con suavidad las teclas— Espero algún día tocar como usted profesor —dijo con una sonrisa de verdad, esta vez, sentándose derecho— Se lo prometo. Seré el mejor pianista, bueno, no es quiera ser pianista, aún no estoy seguro de que quiero hacer con mi vida pero seré genial en el piano. Usted no podrá con el orgullo que sentirá al verme tocar.

Me senté a su lado de nuevo, mirándolo detenidamente esta vez. No había notado que estuviese decaído. Aunque es difícil decirlo a si no lo observaras tanto, como un idiota embobado, como yo lo hago siempre. Jungkook es un joven lleno de energía y decisión, dispuesto a comerse el mundo, un rasgo que siempre he encontrado fascinante, pero en este momento sus ojos no tenían ese brillo que usualmente había en sus ojos cuando tenía en mente algo importante que debía hacerse ahora. No me gustaba verlo así.

—¿Quieres que haga algo para animarte? —dije torpemente. Se supone que sea profesional. No debo meterme.

—No, por favor, no haga que lo retrase más. Su, hm, amigo, el profesor Kim, debe esperarlo ansiosamente. —miré mi reloj. Era muy tarde. Seokjin me iba a matar, o yo simplemente iba a morir de hambre cuando lo vea al llegar tan tarde y lo encuentre con los platos vacíos y él con una sonrisa satisfecha, frotando su vientre lleno— Aunque...

Jungkook tronó sus dedos con nerviosismo. —Dime.

—Realmente amo escucharlo tocar. Usted, de casualidad, podría tocar algo para mí. No me voy a molestar si no quiere, claro que no, sé que soy yo quien está molestando y...

No lo dejé terminar. Empecé a tocar mi pieza favorita, solo para él, para ver esa hermosa sonrisa que llegaba hasta sus ojos. Esa hermosa sonrisa que estaba ahora en su rostro. Él cerró sus ojos y apoyo su cabeza en mi hombro.

Lo siento, Seokjin.

Para cuando al fin dejé a un Jungkook feliz yendo a su casa, era mucho más que tarde. Era un horrible amigo.

—¡Seokjin! —grité al verlo salir del restaurante en el que habíamos quedado. Él me dio una mirada, dejandome claro que no estaba feliz. Antes de poder acercarme pude ver al profesor Park Jimin aparecer detrás de él, colocando sus manos en la cintura de Seokjin, riéndose por algo. Me detuve.

—Insisto de que vayamos a mi casa. —le dijo Jimin a Seokjin, sonriendo tontamente— No hay necesidad de que estés aburrido en la tuya —Seokjin me lanzó otra mirada enojada para después mirar a Jimin por encima de su hombro, con una de sus suaves y falsas sonrisas. Eso me hizo sentir mejor. No es que me haya sentido mal. Solo me sentí raro con toda esta situación.

—Tentador pero hoy no va a ser posible —dijo, sacudiendo el cabello rubio de Jimin. El hizo un puchero que desapareció rápidamente cuando me vio. Dejó de tocar a Seokjin, abriendo ampliamente sus ojos. Parecía asustado de verme. Que tipo más extraño.

—Hola —dije mientras caminaba hacia ellos al fin. Seokjin cruzó los brazos, otra vez dándome una mala mirada. Jimin medio se ocultó detrás del gran cuerpo de Seokjin.

—Debo informarte, amigo, que hoy pasaras hambre. —me dijo Seokjin, apoyándose en Jimin. ¿Por qué estaban tan juntos?— Ahora, si me disculpas —agarró el brazo de Jimin y lo jaló hacia la parada de buses.

¿Me Ayudas? [Yoonjin/Sujin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora