¿Me Ayudas? [Yoonjin/Sujin]

Capítulo 14

—¿No piensas decirme que pasó el otro día? —me preguntó Yoongi, con voz suave.

Nos encontrábamos en su cama, relajados después de comer algo. Yo estaba apoyado en su cabecera, pasando mis dedos por su cabello negro, y él tenía su cabeza en mi regazo con su mirada en su teléfono. Vestía solo con unos calzoncillos de ositos que me parecían adorables y a la vez me provocaba sacarlos de en medio.

Ayer y el día anterior a ese nos habíamos mantenidos encerrados en su habitación, solo saliendo para coger comida que amablemente Hoseok nos dejó —junto a una nota que nos pedía que por favor no lo hiciéramos tan alto que Lady Min era menor de edad.

Aprovechamos el tiempo para aclarar unos puntos como el porqué de mi silencio hacia él. Le confesé que la razón era porque lo había visto besándose con su alumno. Mi animo se atenuó un poco con ese recuerdo y me mantuve en silencio, esperando una torpe explicación de su parte. No esperaba que me golpeara ni que me llamara imbécil. Después besó cada parte que sus puños de gatito golpearon.

Él me confesó que había empezado a sentir algo por mí hace poco más de un mes. Yo le dije que no tenía ni idea cuando fue que mis sentimientos por el dejaron de ser amistosos.

Me dijo que podría o no ser posible que me amara ya.

Yo le dije que podría o no ser posible que sintiera lo mismo.

Me sentía muy feliz y lo último que quería era recordar todo el suceso con mis padres, mi hermano o con Jimin. Las palabras de Jimin aún quemaban, sin importar que tuviera a Yoongi mirándome con amor y supiera que nada de eso lo quiso decir en serio. No podía ni imaginar que es lo que mi hermano le habrá dicho para que quedara así, sin vida.

Suspire. —No sé si quiera hablar de eso. —Yoongi dejó de fingir que miraba su teléfono para mirarme detenidamente—. No fue tan grave, estaba bajo mucho estrés y exploté, nada más. —no dijo nada, solo siguió mirándome—. Hablo en serio.

Entrecerró los ojos. —Y después te atreves a decir que se me caerá la lengua.

Me sonroje. Yoongi se levantó hasta tener sus ojos al mismo nivel que el mío. Tomó mi rostro entre sus manos, dándome un suave beso. Mi corazón latió fuertemente por todas emociones que este hombre me hacia sentir con un delicado toque.

—Sabes que nunca haría algo para dañar alguna parte de ti. —susurró en mis labios—. Si no estás listo para decirme lo entenderé, pero no me mientas.

Estaba tan enamorado de él.

—¿Lo prometes? —extendió su meñique hacia mí, sacando una risa de mi parte.

—Lo prometo. —enrede mi meñique con el suyo, sellando la promesa.

Sonrió casi haciendo desaparecer sus ojitos de gato. Le di un beso.

—Estoy tan aburrido. —se quejó Hoseok después de que Yoongi y yo decidiéramos salir al mundo exterior.

—¿Y? —le dijo Yoongi, siendo el hosco gatito enojado de siempre. Apreté el sillón con mis manos para evitar acercarme y darle un beso. Dios, no sabía que iba a terminar siendo ese tipo de pareja.

—Haz algo para entretenerme —gimió Hoseok poniendo mala cara—. No te he visto nada en casi una semana.

Las mejillas de Yoongi lentamente se tiñeron de rosa. Yo cubrí mi ojos con mis manos así que solo pude oír la fuerte carcajada de Hoseok por ver a Yoongi tímido.

El teléfono de Yoongi sonó lo suficientemente alto como para oírlo desde su habitación. Él fue a responder sin ganas.

—Lo supe desde que te vi. —me dijo Hoseok con una sonrisa triunfante—. Eras demasiado bonito. Yoongi no tenía otra alternativa que caer a tus pies. —me reí y los ojos de Hoseok brillaron por alguna razón—. Pero no solo me refiero a tu obvio atractivo físico. Eres una buena persona, Seokjin. —me dio un fuerte abrazo—. Era justo lo que necesitaba su amargado trasero.