Capítulo O1

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Una de las pocas veces que me siento en completa calma es cuando tengo mis dedos sobre las teclas de un piano. Nada invade mi mente mas que la melodía que toco. Ninguna duda, inseguridad, incertidumbre. Ni siquiera mi único alumno y su hermosa sonrisa, no su cabello negro que peina hacia atrás cuando está concentrado, no sus ojos brillantes y alegres que me observan con atención, como si tuviera todas las respuestas del mundo, no el recuerdo de él arrugando su nariz de manera adorable o...

Ah, mierda.

—Bueno, eso empezó hermoso pero terminó terrible. —dijo alguien tras de mí, asustándome.

Volteé rápidamente para ver a un hombre increíblemente atractivo apoyado sobre una columna en el salón de piano. Miró detenidamente mi expresión y rió con suavidad, negando con la cabeza.

—Lamento si te sorprendí. —volvió a reír y estiró su mano hacia mí— Soy Seokjin, el profesor de guitarra. No llegué a conocerte la semana pasada.

Murmuré algo muy coherente, aceptando su mano.

¿Es que aquí todos eran atractivos? ¿Era una cláusula para los profesores ser unos modelos en potencia? La semana pasada había conocido al otro profesor, Paro Jimin, si mal no recuerdo, y —oh, sorpresa— también era muy atractivo, aunque de una manera más dulce. El pobre joven me tenía miedo.

Yo había sido contrato, ¿Eso significaba que también calificaba como un modelo en potencia?

—Sigue sacudiendo mi mano mientras sonríes así de brillante, Min Yoongi, no es extraño, en lo absoluto. —dijo Seokjin, mostrándome una mirada divertida. Y seguía sin dejar de sacudir su mano.

Solté su mano de forma abrupta. —Lo siento, hoy estoy muy distraído. —le dio una pequeña sonrisa— Un gusto conocerlo, profesor Kim. —Me incline levemente. Podía ser muy bonito pero él seguía siendo mayor que yo y con más tiempo en el trabajo.

—El señor Kim es mi padre, basta. —sacudió su mano frente a él, espantando mis palabras— Llámame Seokjin, Yoongi.

Me guiñó un ojo, me dio la espalda y se fue tarareando.

—Está bien... Seokjin. —susurré para mí.

Eso Yoongi. Sigue impresionando así a los hombres atractivos. No terminaras viviendo solo, con gatos, comiendo helado y mirando series. No, para nada.

Grité, golpeando las teclas.

—Hm.

No, por favor, Dios, dime que no es...

—Puedo volver más tarde si se siente mal, profesor Min. O puedo regresar mañana, o puedo quedarme aquí, detrás de la columna, muy quieto. No me notará en lo absoluto. Ve, ya no me pude ver desde aquí. Ahora me callaré un segundo, o mejor un minuto ¿o prefiere más tiempo? Usted me dice cuanto tiempo me quedo callado, mejor dicho, cuando puedo volver a hablar. Sí, ahora me quedo en silencio.

...él

—Sal de ahí, Jungkook. —suspire.

El joven que últimamente perturba mis pensamientos, salió detrás de la columna con una enorme sonrisa que llegaba hasta sus ojos.

—Sientate en el piano. Vamos a empezar la clase. —suspire otra vez. Jungkook camino con decisión hacia el piano, trono sus dedos y me miró expectante.

Una de las cosas que había notado de él la ultima semana fue que Jungkook era un joven decidido, tenaz. Se ponía un objetivo y lo cumplía a la brevedad. Era admirable.

¿Me Ayudas? [Yoonjin/Sujin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora