Capítulo 11

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“No puedo estar contigo”

“¿Por qué? ¡Te amo!”

“Yo también pero no puedo estar con alguien que no se ame a si mismo. Lo siento.”

—Esto es mierda. —tiré las papas al televisor—. Y tiene la desfachatez de decir que también lo "ama".

—Mejor que ella se vaya. ¿"no puedo amar a quien no se ama"? Es ridículo y cruel.

Hice un sonido coincidiendo. —La próxima yo elijo que vemos. Esta película es terrible.

—Puede ser. —hizo puchero. Desvíe la mirada—. Muy bien. Quitemos esto antes de desperdiciar toda nuestra comida chatarra. —apagó el televisor.

Seokjin se levantó del sofá en mi sala. El sofá que antes no existía pero él trajo porque “ocupaba espacio en su casa”. Antes de conocer donde vivía eso sonaba coherente. Ahora ya no pero conocía a Seokjin, si le decía que se llevara su mueble pondría una expresión de dolido. Una falsa expresión suficientemente convincente para querer borrarla.

Mi divagación mental fue interrumpida por el pedazo de piel que podía ver gracias a que Seokjin se estaba estirando. No había algo sobresaliente en la complexión de mi mejor amigo, solo pequeñas diferencias aquí y allá. Su piel no tenía el tono fantasmal de la que gozaba la mía. Ni su cintura era tan delgada, es mas, Seokjin tenía una ligera masa muscular que decía que él hacia ejercicios de vez en cuando. Ese vistazo de su piel no era especial, ya lo había visto llevando solo su bóxer. Entonces, ¿por qué no podía dejar de observarlo?

Casi solté un gemido en protesta cuando su suéter volvió a bajar. Y fue en ese segundo cuando me golpeó la verdad. Tenía sentimientos por mi mejor amigo. Maldita sea. Joder. Mierda. Tener un enamoramiento por tu mejor amigo era mucho peor que tener uno por un alumno lejano. Seokjin y yo prácticamente vivíamos juntos, dormíamos en la misma cama. Estaba arruinado. Era un masoquista. No podía creer mi estupidez. Me enamoré de mi mejor amigo, un hombre refinado, hermoso, que posiblemente no sentía nada por mí. Oh dios, él estaba enamorado de Namjoon.

—Yoongi, estás algo azul. —apoyó una rodilla en el sofá, a mi lado. Su mano fue a mi frente y la pasó por mis mejillas hasta mi cuello. Cerré los ojos, disfrutando de más su inocente toque—. Respira.

Inhale. Exhale. Mi pequeño ataque de pánico retrocedió lentamente. Las manos de Seokjin se mantuvieron en mi rostro.

Suspire. Mi rostro se hundió en su duro pecho. —Ya estoy bien. —le susurré. Sus manos peinaron mi cabello como de costumbre. Me dieron escalofríos.

—En los tres meses que te conozco no te había visto actuar de manera tan, tan errática como en estas semanas. —me dijo con suavidad.

¿Tres meses? ¿Me enamoró en solo tres meses? Era tan fácil.

Es Kim perfecto Seokjin, ¿esperabas algo diferente?

Tal vez llegar mínimo a cinco meses.

Me río en tu ingenua cara.

—Seokjin. —aparté mi rostro de su pecho, asustado—. Estoy peleando conmigo. Me estoy volviendo loco.

No sabía que expresión tenía en mi rostro pero hizo soltar una fuerte carcajada a Seokjin. De esas que eran honestas y raras, las que te hacían reír con él. Mi preocupación se esfumó por un segundo y sonreí mirando a Seokjin reír. Ya no ocultaba su risa peculiar de mí pero aún no se reía así lo suficiente.

—Oh, Min Yoongi, ¿te encuentras bajo mucho estrés, no bebé? —se burló apretando mis mejillas. Los latidos de mi corazón se detuvieron un momento por su apodo cariñoso—. ¿Es el trabajo? O es... ¿tu música?

¿Me Ayudas? [Yoonjin/Sujin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora