Él corrió a través de la habitación al sentir en su mejilla el golpe de mi mano.
Se encerró en el baño y a un lado de la puerta pude escuchar su llanto.
Por eso digo que él me sigue amando.
¡Vivía en otra casa!¡Al lado!¡No conmigo!
Aún así continuó a mi lado, horas después abrí la puerta y lo encontré dormido en la vacía bañera.
Las lágrimas secas le manchaban el rostro.
Lo tuve entre mis brazos al momento de llevarlo a la cama.
Sabía que al día siguiente su hermano lo regañaría.
Pero no me importaba.
Nuestra relación estaba oculta todavía.
Sólo una vez fue confesada.
Y sólo una vez vi el rostro del tal Seokjin.
Tal vez deba verlo al tener que entregarte esta carta.
-JK.