Al siguiente día tuvimos nuestra primera cita en público.
Muy alegre e inocente, no hay mucho que decir sobre ella.
Hubo gente de todo tipo, desde algunos viejos desagradables hasta niñas emocionadas.
Íbamos caminando por la acera, llegando a una esquina, hablando de lo mucho que habíamos comido.
Que nuestros vientres estaban hinchados y que queríamos dormir.
En la misma esquina él sólo avanzó y...
joder, ni sé cómo pudo pasar.
-JK.