15. Primera cita

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Cuando Peter y Tony comenzaron su tórrido y clandestino romance, el joven jamás imagino cómo sería salir con Tony Stark. Había visto como trataba a sus ligues de una noche, a sus conquistas y también vio como había estado con Steve. Pero con él fue totalmente diferente de lo que se esperaba. Pepper, un día que Tony no estaba cerca, le confesó que de verdad estaba enamorado de él y que jamás le había visto así con otros. Peter se sentía en una nube. Eran los mejores días de su vida cuando comenzaron su relación.

Y sucedió, un día en el taller se encontraban ambos trabajando en su proyecto, Tony bromeaba con él y entonces de forma casual y sin darle mucha importancia le propuso una cita.

-¿El viernes estás libre?

-Ah... Sí supongo.

-¿Sobre las cuatro?

-Si –Decía inseguro Peter-

-Bien. Tenemos una cita entonces. –Y volvió a su labor, dejando a Peter sonrojado y con una sonrisa boba en su rostro que le duraría todo el día-

El viernes pasó la mañana eligiendo que ponerse ¿Debía ir informal? ¿Elegante? ¿A dónde le llevaría Tony? Conociéndole podía ser desde un Burger King al restaurante más fino de la ciudad. Nunca se esperaba lo que le tenía preparado y siempre terminaba sorprendiéndole. Con la ayuda de tía May para aconsejarle finalmente se decidió por un traje azul marino, camisa blanca con los primeros botones desabrochados y unos zapatos negros de piel –falsos la verdad-. La loción que le había regalado tía May para su cumpleaños y un reloj que tenía de tío Ben. Se peinó de lado como siempre e intento no sudar mucho por los nervios. Cuando estuvo listo tuvo que aguantar a tía May haciéndole una sesión de fotos.

-¿A dónde te llevará cielo?

-No lo sé... No me dijo. –Dice Peter nervioso-

-Bueno, pero no llegues tarde. –Pidió tía May-antes de las doce quiero que estés aquí.

Cuando escucharon el claxon del coche de Tony, Peter se despidió y salió rápidamente, tía May se quedó mirando por la ventana y aunque Tony la saludo ella simplemente bajo la persiana.

-Creo que no le gusto...

-Dale tiempo. –Le sonríe Peter- ¿A dónde vamos?

-Es un sorpresa –le guiña un ojo y suben al carro-

Peter emocionado no dijo nada, siguió sin decir nada cuando salieron de la ciudad, tampoco replicó cuando subieron al jet privado de Tony y bebió champán con él a la vez que se daban algunos besos, pero sí que comenzó a ponerse nervioso y a cuestionar a Tony cuando llevaban más de una hora de vuelo.

-Eh... ¿A dónde decías que me llevas? –Pregunta Peter tras pegar el último sorbo de champán-

-Peter, si lo preguntas a estas alturas me siento decepcionado, cualquiera podría secuestrarte y tú no intentarías ni averiguar a donde te llevan... -Le mira Tony serio, Peter frunce el ceño y hace una mueca molesta- Para responder tu pregunta solamente diré: Italia.

-¿ME LLEVAS DE CITA A ITALIA? –Grita Peter casi saltando del cómodo sillón del avión-

-Quería algo especial que recuerdes para siempre. –Informa él, sonriendo como si nada, Peter suelta aire y vuelve a pedir más champán-

-Me habría conformado con unas pizzas en tu piso... -Murmura él un poco sonrojado, quizá por la bebida quizá por la emoción-

-No es para tanto.

Para Peter sí lo era. Él jamás podría hacerle algo así a Tony, una cita tan genial que recuerde siempre, él podía ofrecerle pizzas, un sofá cómodo y cualquier película o serie que eligiera en Netlix. Pero luego terminarían pasando de la película y se enrollarían, ese era su concepto de cita. Ahora ya no sabe que pensar o hacer cuando le toque a él convidar a Tony para una cita.

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