Hania había ingresado de urgencia, había recibido varios golpes en su cuerpo, Derek sabía lo que había pasado aunque ella hubiese declarado que se había caído.
Estaba furioso. El bebé de ella estaba por nacer, su parto era inminente y él no quería alejarse de ella pero tenía que ir por su hermano, el detective le había dado la dirección exacta*****
Parado frente a la puerta de aquél hotel de mala muerte, tomó aire y abrió la puerta sin anunciarse.
De inmediato dos pares de ojos lo miraron desde la cama sorprendidos, la mujer se tapó de inmediato con las sabanas. Derek le lanzó su ropa.
_Vístete y lárgate de aquí. -ordenó. Ella lo hizo en cuestión de segundos y salió casi corriendo.
_Tú también vístete. -ordenó conteniendo su furia. -nos vamos.
_No tengo porqué obedecerte, soy lo suficientemente hombre como para seguir ordenes -se rebeló.
_ ¿También eres lo suficientemente hombre para golpear a tu esposa y provocarle un aborto? -dijo con rabia contenida.
Rob se quedó helado, no esperaba oír eso, recordaba haberle dado a Hania una bofetada cuando el timbre del teléfono lo despertó y fue a la habitación de ella solo para darse cuenta de que estaba hablando con su hermano, no pudo evitar que los celos hicieran su presencia, habían discutido, él le reclamó recordando aun lo que había visto durante su visita al hospital, salieron a la luz otros asuntos como el de su embarazo de otro hombre y la rabia lo dominó, recordaba que era tanto su coraje que le dio una bofetada, luego forcejeó con ella y no recordaba más, sino haber salido de su casa y recurrir a lo de siempre para desahogar su furia y su frustración, pero no podía creer que su hermano lo estuviera acusando de golpear a su esposa y provocarle daño, él no haría eso, la amaba, la amaba más que a nada en la vida, al grado de aceptar que tuviera al hijo de otro hombre, no... no podía haberla lastimado a tal grado.
Derek vió el temor reflejado en el rostro de su hermano, sabía que cuando daba cabida a la ira luego no era consciente de lo que hacía y tampoco era capaz de controlar sus actos.
_Lo hiciste, -dijo acercándose a él que permanecía sentado en la cama con el rostro entre sus manos, esta vez le hiciste daño Rob, la lastimaste, a ella y a su bebé.
_ ¿Lo perderá? -lo miró con angustia.
_No se sabe, es prematuro y trae complicaciones, pero no se trata solo de él, ella también está en riesgo.
_No...-se puso de pie, ella no...
_¡Basta Rob!. _lo detuvo su hermano _ ¡toma!, ¡vístete! _le tendió su ropa.
El obedeció y se vistió, su vista estaba nublada por las lágrimas, esto había llegado demasiado lejos, por primera vez en su vida reconocía que Derek siempre había tenido razón y que no quería atacarlo sino ayudarlo, siempre había sabido que necesitaba ayuda pero se negaba a reconocerlo, había tenido que poner en peligro a la mujer que amaba para reconocerlo.
_Lo hare -se derrumbó sentándose de nuevo en la cama. Buscaré ayuda, iré con el médico que tú me digas. -dijo entre sollozos. Derek acercó una silla a su lado y se sentó frente a él.
_No sabes cómo me alegra que lo digas puso su mano sobre la de el, yo solo quiero lo mejor para ti, quiero que vayas y le pidas perdón a tu esposa y te reconcilies con ella, ella merece tener una vida mejor que la que le estas dando, y no te pido que ahorita estés con ella, te entiendo, es difícil pero creo que si has permanecido con ella durante todo este tiempo a pesar de todo es porque en verdad la quieres y vas a superar esto.
_Tú... la quieres ¿verdad? -lo miró expectante, esperando su respuesta.
Derek no contestó, no podía decirle que se había enamorado de ella, que ella se había metido tan profundo en su corazón que este se partía al estar aconsejándole que salvara su matrimonio.
_Contéstame. -empezó a perder el control.
_No te voy a contestar. -se levantó. _solo te voy a decir que jamás voy a hacer nada que pueda poner en peligro tu hogar, de hecho en cuanto tú te atiendas y ella tenga a su bebé yo voy a desaparecer de sus vidas.
_No tienes que hacerlo -dijo arrepentido de su ataque. Yo confío en ella.
A Derek le pareció irónico escucharlo decir esto, ya que ella estaba en el hospital debido a su falta de confianza, de cualquier forma, el desaparecería, no podría soportar estar a su lado sin poder tenerla.
Una llamada entró a su celular, era del hospital, lo necesitaban para firmar algunos papeles, ella estaba estable, la pequeña hemorragia había sido controlada y solo había que esperar, su bebé estaba por nacer en cualquier momento.
_Bien -dijo volviéndose a Rob, me tengo que ir, ¿vienes conmigo?
_Dame tiempo -dijo mirándolo con dolor. Te prometo que ahora si voy a hacer las cosas bien, iré con ese médico, haré lo que él me diga y sobre todo le pediré perdón a Hania, la voy a cuidar lo abrazó, te prometo que la voy a cuidar. La amo, lloró en el hombro de Derek, ella es mi vida, lamento tanto lo que hice, lamento tanto haberla lastimado. -se separó de él.
_Te creo -lo miró a los ojos. _y confío en ti, vamos a solucionar esto...tu salud...tu matrimonio... tu trabajo. Lo vamos a lograr. Le dio un fuerte abrazo. _y recuerda, siempre estaré para ti, somos hermanos y te quiero.
_Por lo pronto voy al hospital, te la voy a cuidar bien hasta que tú estés listo -lo miró con sinceridad. _y dijiste que confiabas en ella, también puedes confiar en mí. -se dirigió hacia la salida. _a ella le daría mucho gusto tenerte a su lado, en lugar de a tu hermano. _dijo saliendo.
Rob sonrió, por primera vez le creyó y no sintió celos de su hermano. Porque por primera vez estaba aprendiendo a confiar en él.******
Derek se encontraba a la cabecera de la cama de Hania, sostenía su mano, su estado era estable pero delicado, era un parto prematuro, ella estaba anémica, además tenía lesiones en su cuerpo por el abuso de su hermano, la situación no era nada alentadora.
Rob no se había parado por el hospital, Derek lo comprendía, lo habían hablado, debería de ser muy difícil para él estar al lado de su esposa cuando ella estaba dando a luz a un hijo que no era suyo, sin embargo eran las once de la noche y hacía cinco minutos que había recibido una llamada de su hermano informándole que iba para allá. Le dio gusto sobre todo por Hania, aunque no se lo comentó.*****
Las contracciones de Hania se habían vuelto más frecuentes y más dolorosas,hacía una hora de que Rob había hablado con Derek, el ya empezaba a inquietarse, hacía mucho que debería estar ahí, a menos claro, de que se hubiese arrepentido, que conociéndolo era lo más probable, pero algo le decía que no era así, nunca en su vida él había sido tan sincero y tan abierto con su hermano mayor, pero entonces ¿qué sucedía?, había intentado llamarlo en varias ocasiones pero no contestaba, también típico en él.
Otra hora, mil cosas pasaban por la mente de Derek, el parto de Hania ocurriría en cualquier momento, el médico le había explicado que por ser su primer bebé, era normal que tardara tantas horas, lo que no entendía y lo tenía al borde de la locura era el silencio de Rob, habían hecho las paces, había hablado avisando que iría que era mucho pedir viniendo de él y de pronto ese silencio,se sentía nervioso y angustiado, estaba a punto de marcarle al detective aunque eso significaba no confiar en su hermano, pero solo quería cerciorarse de que estuviera bien.
En ese momento entró una llamada, el número no era conocido, pero igual contestó, aunque tenía la política de no tomar llamadas de número extraños.
_ ¡Diga! -contestó con cautela.
_ ¿Usted es Derek? -interrogó una voz femenina al otro lado de la línea.
_ ¿Quién es usted?, ¿de dónde me conoce? -interrogó antes de contestar afirmativamente. Empezó a caminar hacia la salida, no sin antes dirigir una sonrisa a Hania indicándole que todo estaba bien para que no se preocupara.
_Le hablo del hospital. -se escuchó la voz de nuevo. Hace más de una hora llegó aquí un joven, ha estado inconsciente pero entre sus pertenencias encontramos un celular, su número es el último a quien él llamó.
El corazón le dio un vuelco.
_ ¡Rob!, tenía que ser Rob, eso explicaba todo, no... Por favor... no... Deseaba que no fuera él, prefería tener que ir a sacarlo de otro hotel de mala muerte como el anterior, prefería que le hubiera mentido acerca de su cambio pero que estuviera bien.
_ ¿En qué hospital se encuentra? -fue su siguiente pregunta.
No podía creerlo, era el mismo en donde ellos se encontraban, solo que cuatro pisos más arriba, sin dudarlo corrió, no tenía tiempo de esperar al elevador, así que subió por las escaleras.
Al llegar al piso que le indicaron se encontró con una puerta cerrada en donde se suponía tenían a su hermano, inmediatamente se acercó un médico y una enfermera.
_Usted debe de ser Derek Harrison. -le extendió la mano el médico.
_Si -la estrechó él respirando con dificultad por el esfuerzo realizado. _ ¿en dónde está Rob?, ¿cómo está?, ¿qué sucedió?
_Tranquilícese Sr. Harrison, acompáñeme por favor -lo guio hacia un consultorio no lejos de ahí.
_Tome asiento por favor. -le indicó una silla. Verá, hubo un accidente, un vehículo cuyo conductor venía en estado de ebriedad impactó contra otro, ambos choferes salieron lesionados, solo que uno perdió la vida en el lugar del accidente.
Derek se derrumbó, su peor pesadilla siempre había sido esa, que su hermano algún día provocara una tragedia como esa por conducir bajo los efectos del alcohol o de alguna droga, se reprochó a sí mismo, no debió haberlo presionado tanto, debió haber ido más despacio, pero ¿Qué podía hacer ahora?, solo sentirse culpable y tratar de hacer lo mejor para su hermano.
_El... ¿cómo está?... -habló con voz ahogada.
El médico movió la cabeza de un lado a otro, Derek comprendió y no lo podía creer, se levantó de la silla con el rostro desencajado dándole la espalda al médico.
_ ¿No hay ninguna esperanza? -se volvió hacia él.
_Lamento decirle esto pero no la hay, su cuerpo está muy dañado, ninguno de sus órganos internos pueden ser reparados, de hecho no hay explicación de porqué él aún está con vida.
_ ¿Puedo verlo?
_Por supuesto -iban a salir del consultorio, cuando entró la enfermera apresurada.
_Dr. acaba de despertar.
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LA MUJER DE MI HERMANO
RomanceDesde el primer instante en que Dereck la miró,supo que era una mujer muy especial, pero jamás se imaginó lo que escondía detras de esa fachada de esposa amorosa y feliz. Rob, era para el mundo el típico hombre de negocios, joven, atractivo, exitoso...