Primer contacto

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El sonido de la música era ensordecedor. Un grupo enorme de personas saltaban y gritaban alrededor de nosotras mientras nos alejábamos a un punto seguro en esa pista de baile.

-¡Anda, Hinata, ve!- la voz de Ino hizo temblar mi estómago más que el sonido de las bocinas a mi lado. Apenas lograba escucharla - ¡Es ahora o nunca!- sentenció dándome un empujón que me hizo avanzar dos pasos.

-¿Segura que hoy? ¿No puede ser otro día?- pregunté obligándome a no jugar con mis dedos, para no hacer evidente el nerviosismo que luchaba por dominar.

Vi a Sakura rodar los ojos.

-Te dije que se acobardaría.

-No estoy acobardada- repliqué de inmediato, aunque sí me estaba acobardando.

Ino nos jaló a ambas. Bajamos de la pista de baile y nos señaló con el dedo al barman tras la barra.

-Irás con él. Lo he visto toda la noche, las chicas llegan y se le resbalan, a unas ni siquiera las voltea a ver y les da lo que piden. Él te dará esa botella con la que nos embriagaremos esta noche y todas felices- dijo tan segura.

Sakura y yo volteamos a ver al pelinegro tras la barra. Un chico alto y bien parecido.

-Olvídalo, iré yo- Sakura habló y casi sentí el alivio llegar a mí.

-¡Ni de joda!- interrumpió Ino - Es Hinata quien dijo que seguiría arriesgándose más- añadió y hasta ahí llegó mi alivio, como si escaparme de casa cada ocho noches o menos no fuera ya suficiente -. Además, ¿crees que te creería que eres mayor de edad? Eres una tabla, Sakura.

Sakura comenzó a despotricar contra Ino y varios por ahí comenzaban a vernos raro. Llamar la atención en exceso no era buena idea.

-Está bien, está bien- me apuré a interrumpirlas -. Iré yo- dije y di una nueva mirada al chico de la barra que ahora charlaba muy interesado con una pelirroja exuberante. Bien, con suerte ni siquiera me voltearía a ver.

-Dale, Hinata- me animó Ino y caminó conmigo unos pasos. Observé a mi amiga envuelta en un ajustado vestido negro sin hombros y un relleno innecesario en el busto. No me permití envidiar su seguridad... yo iba a ser igual -. Ten, compra algo bueno- me añadió y me dio un puñado de billetes arrugados.

Sakura se llevó las manos a la cadera, visible entre un elegante short negro y una blusa roja que dejaba al descubierto su ombligo. Por su expresión vi que estaba segura que lo arruinaría. Decidí que la haría llevarse una sorpresa.

Caminé a un punto de la barra vacío y pretendí ver los nombres de algunas botellas para saber cuál pedir. No era la primera vez que nos embriagaríamos, pero sí la primera que yo elegiría con qué. El vestido blanco que llevaba se coló entre mis muslos que apenas cubría y lo acomodé mientras llegaba.

El chico del bar seguía con la pelirroja de grandes senos y un coqueto lunar en el rostro. Un chico llegó y pidió dos cervezas, el barman se las destapó y cobró apenas viéndolo, su atención recaía en la pelirroja. Bien, Ino tenía razón, ese chico apenas me notaría... sólo tenía que parecer que sabía lo que pedía y que, en definitiva, lo había hecho muchas veces antes. ¿Qué tan difícil era pedir licor en un bar?

-Bu...- ¿Buenas noches? ¿Estaba loca? Ahí estaban mis modales a punto de arruinarme - ¡Necesito licor!- me corregí y me di una palmada mental.

-¿Cuál?- respondió él que en medio de un juego de miradas, bajó su vista al escote de la pelirroja y luego volteó a verme a mí.

Carraspeé aclarando mi garganta. No tenía idea, bajé mi vista a la mano y conté el dinero.

-Uno barato- respondí viendo la miseria que habíamos reunido entre las tres.

Nunca tu noviaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora