Si había algo que Yuri odiara con toda su vida, era la escuela.
Bien que fuese un patinador artístico y ganador de la medalla de oro en su debut como Senior en el Grand Prix, pero eso no evitaba que asistiese a clases siendo un menor de edad.
Su tía Yekaterina lo iba a levantar temprano en la mañana. Lo destapaba, le encendía las luces y ponía música latina a todo volumen para desperezarlo.
El rubio amanecía con un humor de los mil demonios, teniendo que aguantárselo para no gritarle a su primita Masha o su tía lo castigaba sin teléfono, computador ni videojuegos.
¿Qué, acaso creían que su vida giraba en torno al patinaje?
Llegó con cinco minutos de retraso por unos problemas del tranvía. Corrió por los pasillos hasta llegar a su salón, agradeciendo que la profesora de matemáticas se retrasara por ser olvidadiza. Caminó por los bancos hasta su puesto, sentándose junto a su mejor amigo.
―Siempre me he preguntado, ¿cómo le haces para llegar antes que la vieja Katyusha? ―preguntó el joven de cabello marrón y ojos azules, dándole un codazo al más bajo.
―Victor me contó que la anciana siempre se tarda veinte minutos en buscar los papeles para la clase ―respondió con una sonrisa de oreja a oreja. Cuando Nikiforov se enteró que asistía al mismo establecimiento al que él fue en su infancia le contó todo sobre los profesores del lugar.
―La profe debería jubilar. Si Victor estuvo con ella cuando fue estudiante, no me imagino la cantidad de años que debe llevar aquí...
―¿Crees que se muera dando clases?
―Uh... ¡Sería increíble!
―¡Plisetsky, Markov, silencio si no quieren que los separe! ―gritó desde el pizarrón la docente de cabello canoso.
Ambos jóvenes cerraron sus labios y se dispusieron a prestar atención, en especial el rubio debido a sus bajas calificaciones en la asignatura.
Durante el receso todos se mantuvieron dentro del salón. Estaban en pleno invierno y las bajas temperaturas no eran aptas para estar en el exterior.
Momentos como estos eran los favoritos de Yurio, ya que podía ser un adolescente normal sin tener la presión como patinador artístico.
A menos hasta que le mandaban mensajes de recordatorio.
<<Hoy entrenamiento. No faltes.
Yakov>>
E Iván, su amigo, se reía de su desgracia.
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―Y luego el profesor Vasíliev se durmió cuando Kozlova comenzó a leer ese párrafo sobre la Revolución Rusa. Ya es como la quinta vez esta semana, incluso los de cursos menores nos contaban que el viejo se ponía a hablar dormido y decía cosas como "los estadounidenses son unos gordos capitalistas". Creo que incluso había una grabación pero la tiene Iván...
Victor rió ante lo dicho por el quinceañero. Recordaba todas esas cosas de su tiempo como estudiante.
Aún se sorprendía que siguieran sus mismos profesores.
―¿La bruja Katyusha hizo algo hoy? ―preguntó tratando de contener su risa. Yuuri, quien estaba también con ellos, miró al rubio con una ceja arqueada.
―Aparte de regañarnos a mí y a Iván, nop. Llegó a la misma hora de siempre, salvo que el labial lo tenía un poco corrido y las pestañas postizas eran más grandes que la semana pasada... Ugh, tiemblo de solo recordarlo...
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Yuri on Fics [Yuri!!! on Ice]
FanfictionPor Dios, estamos en pleno siglo XXI, la era digital, el mundo de la generación interconectada, ¿acaso creen que Yurio no estaría metido en eso de los fanfics? Historia perteneciente a mi autoría. Soy la misma Shimmy Tsu de FanFiction.net Participan...