Hello Kitty murder

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Hello Kitty Murder es el nombre por el que se conoce el caso de tortura y asesinato más espeluznante que haya conocido Hong Kong en mucho tiempo.

En marzo de 1999, Fan-Man-yee, de 23 años, alternadora de un club nocturno de Hong Kong, fue secuestrada por tres miembros de la Tríada china y torturada durante un mes hasta morir, en un apartamento del distrito de Tsim Sha Tsui, en el área de Kowloon, Hong Kong.

El cadáver fue descuartizado, y la cabeza alojada dentro de una gran muñeca Hello Kitty, lo que dio nombre al caso.

La víctima:

    Fan Man-yee, apodada Ah Map, fue abandonada cuando era pequeña, y criada en un hogar para niñas del barrio de Ma Tau Wai, distrito de Kowloon, Hong Kong.

Llegada la adolescencia, su vida se desarrollaba entre algunos pequeños delitos, prostitución y consumo de drogas.

Muchos de sus clientes, y eventuales amantes, eran miembros de la Tríada. Así conoció a su ‘marido’, adicto como ella, en mayo de 1996, mientras se desempeñaba como bailarina en el club nocturno Empress Karaoke. Se fue a vivir con él y tuvieron un hijo. Los repetidos y escandalosos episodios de violencia, que despertaban a los vecinos, pusieron fin a la relación.

El caso:

    En 1997, Fan Man-yee trabajaba en el Romance Villa, un prostíbulo del área de Kowloon. Uno de sus asiduos clientes era Chan Man-lok, un exitoso, despiadado rufián, usurero, consumidor y vendedor de drogas, miembro de la Tríada. Entre noches de sexo y consumo desenfrenado de estimulantes, trabaron amistad. Todo hubiera ido bien, si Fan no hubiera tenido la nefasta ocurrencia de intentar quedarse con una billetera de Chan, con 4.000 dólares. Fue descubierta y tuvo que devolver dicha cantidad, además de 10.000 dólares adicionales, a modo de compensación. No considerándolo suficiente, Chan le exigió 16.000 dólares más, en concepto de “intereses”.

El 17 de marzo de 1999, Chan Man-lok, de 34 años, y sus dos compañeros de Tríada, Leung Shing-cho, de 27, y Leung Wai-lun (apodado ‘Gangster’), de 21, secuestraron a Fan Man-yee de su apartamento.

Chan Man-lok ocupaba un lujoso apartamento de siete habitaciones sobre la elegante Gransville Road, el paseo de compras más famoso de Kowloon. El plan era tener a Fan Man-yee allí encerrada, y explotarla hasta que hubiese producido el dinero que Chan consideraba que le debía.

Pero las cosas no salieron de acuerdo a lo planeado. Al igual que Fan, los tres mafiosos eran asiduos consumidores de ‘hielo’ (clorhidrato de metanfetamina), un psicoestimulante, pariente de la anfetamina, mucho más potente y sumamente adictivo.

Bajo los efectos de la poderosa droga, tener a la indefensa muchacha allí resultó irresistible.

Comenzaron a castigarla asiduamente por simple diversión, o cuando estaban aburridos y no había nada en la televisión.

Los torturadores obligaban a Fan Man-yee a sonreír o reír a carcajadas, simulando estar feliz, mientras la golpeaban salvajemente.

De vez en cuando una jovencita de 14 años, novia de Chan Man-lok, los visitaba y se sumaba a la diversión. Siendo menor de edad, para las actas del juicio recibiría en su momento el nombre de ‘Ah Fong’.

“Era como un juego”, declararía Ah Fong en la Corte. “Si ella no lo hacía, la golpeaban con más violencia. Le decían que se riera mientras la quemaban. Había una atmósfera de diversión.”

Los tres hombres encontraron en la propia cocina del apartamento todo lo necesario para sus torturas.

Sujetaban a Fan, prendían fuego a unas pajillas y dejaban gotear el plástico derretido sobre las plantas de sus pies, hasta que la piel se ampollaba y empezaba a supurar. Luego le derramaban aceite de guindilla sobre las heridas. Cuando se les terminaba la paciencia, le quemaban los pies directamente con fuego, y le golpeaban los pies lastimados con un palo.

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