No saben cuánto me cuesta relatar esta historia, es sencillamente aterrador para mí revivir esas memorias llenas de obscuridad, al saber que estuve tan cerca de la locura. Solía ser una de esas personas a las que nada le asusta, tal vez porque siempre me fascinó todo lo relacionado a las cosas paranormales y demás.
Entonces, como un medicamento que se usa en exceso, con el tiempo empezó a perder su eficacia, de allí que al final estaba tan acostumbrado a las clásicas historias de terror que dejé de sentir el escalofrío habitual que recorre mil y una veces tu columna cada vez que sientes miedo.
Una de mis mayores aficiones en aquel tiempo era leer relatos como éste, ansiando hallar algo que verdaderamente me pusiera, como se diría, “los pelos de punta”. Recuerdo que indagué por montones de páginas web diferentes que prometían tener grandes cosas, y aunque la mayoría de esos relatos eran espeluznantes, como dije antes, habían perdido su magia.
La segunda fase de mi obsesión por los creepypastas fue llevada un poco más lejos, y luego de lo que me ocurrió, creo que fui un estúpido por haber tentado a las fuerzas desconocidas tantas veces sin el más mínimo recato ni consciencia de lo que hacía en realidad.
Si han oído hablar, como espero que así sea, de algunas leyendas urbanas como Blindmaiden.com, de espíritus que te persiguen tras ver ciertos videos, juegos malditos, las canciones con contenido subliminal, entre otras, entenderán a lo que quiero llegar.
Probé cada una de esas leyendas, y de una u otra manera me sentí aliviado y satisfecho de saber que al menos para mí nada fue real, y que tras tantas experiencias que para otros serian inconcebibles e inimaginables, nada sobrenatural me había ocurrido.
Duré algún tiempo alejado de todo esto, sencillamente me había aburrido o decepcionado, yo qué sé. El hecho es que al pasar las semanas sentí cierta intriga por saber sobre nuevas cosas, entradas y demás similares; fue así como empezó mi martirio que si bien no duró demasiado, por poco logra matarme.
Lo recuerdo claramente, todo inició la noche del 14 de septiembre hace dos años, alrededor de las 10:20 p.m. Andaba navegando por la web profunda, arriesgándome a que cualquier cosa llegara de momento y arruinara mi ordenador, pues sabrán que las páginas que se encuentran allí no son del todo bien intencionadas; sin embargo, eso no me molestaba, había oído de algunos amigos que en esa clase de páginas se encontraba a la gente más desquiciada, depravada y mórbida que pudieras conocer, la respuesta a mi necesidad.
En un principio sólo veía contenido del tipo gore, cosas excesivamente sangrientas y que aunque te daban algo de dolor de cabeza, no me aterrorizaban, eran sólo imágenes de accidentes y cosas por el estilo, nada que debiera ser explicado con argumentos muy complejos; la muerte es el fin de un ciclo vital, nada más. Lo que buscaba era algo que no perteneciera a este mundo, cosas o acciones que no hubieran sido realizadas por manos del hombre. ¿Buscaba al Demonio? Tal vez.
Como dije, fue justo a las diez de la noche con veinte minutos que hallé lo que buscaba, era lo único que en verdad valía la pena para mí. Una web de satanistas para satanistas, y aunque yo no me consideraba como tal, no me faltaba mucho para serlo.
En dicha web encontrabas cualquier tipo de contenido que existiera, imágenes, videos, historias, incluso disponía de chat, algo así como Facebook, pero la única diferencia era que no tenías que ser un miembro registrado, sólo entrabas y ya podías empezar a platicar con quien quisieras.
Es probable que se pregunten cómo llegué a la deducción de que toda esa gente eran adoradores del Demonio; pues bueno, nunca antes había visto tanta blasfemia junta en mi vida, empezando por cosas como el diseño de la página en cuyo proceso de carga se mostraba una imagen de Cristo cortada a la mitad con los intestinos colgando, brazos amputados y sin ojos, mientras algunas criaturas aladas consumían las partes faltantes.