Capítulo 20

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Cuando salimos del cuarto, nos encontramos con los chicos en la sala, Jena se coloca al lado de Julián y le da un beso.

-¿Y todo está bien?- pregunta Marcelo.

Asiento.

-No podría estar mejor.- dice Matías y yo sonrío.

-Bueno...- empieza Alejandro-...al parecer El Club está debilitándose, si no renuevan sus poderes hoy, los despojarán del poder.

-Tenemos que mantener a Sofía a salvo y que no la encuentren.- dice Julián.

-Un día y esto acabará.-dice Matías.

Suspiro.

-Un día - murmuro.

De repente la televisión se enciende sola y muestra a cinco hombres con capucha.

Julián frunce el ceño.

-¿No habían sacado al representante de los Cupidos Daemon's del Club?- pregunta Julián.

-Sí, tiempo pasado, pero desde que empezó todo y ustedes escaparon de la prisión celestial los del Club reconsideraron su decisión...y ahora volvemos a tener representante- le explica Jena.

Matías me mira y frunce el ceño.

De repente todo cobra sentido cuando muestran a mi prima Nathaly del otro lado, amarrada a una silla.

Quieren que me entregue o la matarán, usaron al Cupido Daemon por ser mejor con las visiones, y así averiguar cómo hacerme daño indirectamente.

Uno de los encapuchados empieza a hablar.

-Si están viendo esto, les ordenamos a los renegados que se entreguen, o sino la chica lo pagará, tienen una hora para tomar su decisión...o la mortal sufrirá las consecuencias.

La trasmisión se corta y lo último que veo cuando esto pasa es la cara asustada de mi prima.

No espero nada más y salgo inmediatamente de la casa.

-Sofía espera.- Me llama Matías.

No lo miro.

-Tenemos que salvarla, es mi prima, no puede morir- le digo.

-Y lo haremos, la salvaremos, pero no puedes entregarte así como así o las matarán a ambas...-dice-...a los tres- se corrige y señala con su mirada mi vientre.

Involuntariamente me lo toco.

-Tenemos que pensar en algo y rápido.-digo.

-Creo que podemos hacer algo- dice Alejandro, apareciendo con los demás.

Los miro.

-No tenemos tiempo, así que lo que sea que estés planeando que sea rápido- le digo y asiente.

******

Llegamos a una especie de castillo, todo de oro y plata...es hermoso, pero luego recuerdo que ahí tienen a mi prima y que la van a matar si no me entrego y luego se me pasa la conmoción de lo bello que es el castillo.

-Entremos.- digo y apenas colocamos un pie adentro nos rodean guardias, todos vestidos de rojo al igual que la chica rubia que nos atacó hace unos días en mi casa.

A mí me llevan a un lugar completamente diferente que al de los chicos, me encuentro en la sala donde están los encapuchados y mi prima, cuando la veo me acerco a ella corriendo, un guardia alza el arma pero un encapuchado le hace una seña para que me deje.

-¿Estás bien?- le pregunto y empieza a llorar, pero aun así asiente.

La abrazo.

-Saldremos de esto, ya verás- le prometo y miro a los encapuchados-...Déjenla fuera de todo esto.

-Todo depende de ti- me dice uno de los encapuchados-...tienes que colaborar con nosotros.

Asiento.

-Lo haré, pero déjenla libre.- digo y solo espero que el estúpido plan de Alejandro funcione.

¿Dónde estarán esos ahora?

Y como si me hubieran leído el pensamiento aparecen como un rayo de luz.

Jena se lanza hacia nosotras para llevarse a Nathaly, la teletransporta a nuestro mundo y luego empieza a ayudar a los chicos a controlar a los del Club y los guardias que han llegado para tratar de protegerlos, estoy en una esquina, observando como pelean, hasta que choco con una figura de armadura, miro la vaina donde se encuentra la espada y la saco, en ese momento se acerca un guardia hasta mi con un arma que no he visto nunca.

Bloqueo el golpe con la espada en mi mano, me agacho y trato de propinarle uno, pero lo esquiva, en un segundo Jena se acerca por la espalda y la atraviesa.

Miro el cuerpo inmóvil a mis pies y me quedo sorprendida cuando se vuelve polvo.

Miro a Jena.

-Ayúdame a bloquear la puerta- dice y hago lo que dijo.

Ambas bloqueamos la puerta con las espadas y pegamos nuestras espaldas para hacer más fuerza y no entren más guardias.

Vemos como los chicos y los del Club concentran todos sus poderes y tratan de destruir a su oponente.

Necesitan ayuda.

Miro a Jena.

-Vez, ayúdalos, yo puedo sola- digo y ella asiente.

Veo como continúan gastando su fuerza al tratar de detenerlos, por la ventana observo que la luna ha empezado a colocarse, se deben estar debilitando los del Club y cuando eso pase los chicos tendrán una ventaja.

-Han cometido un gran error al tratar de detenernos- dice un encapuchado.

-Lo pagarán- dice otro.

-Ya veremos, se están debilitando y pronto cuando se agoten sus poderes los despojarán de su puesto...no serán nada- dice Marcelo.

-Están a punto de ser derrotados.- Dice Matías.

-¡NO!- grita uno de ellos y todo se vuelve cegador.

Cuando abro los ojos, ya no están los del Club, y los chicos están apenas incorporándose del piso.

-¿Están bien?- les pregunto, asienten.

-Un poco cansados- dice Matías-...pero ha valido la pena si estas segura.

-¿Y ahora qué?- pregunta Julián.

De repente a todos les rodea un rayo de luz el antebrazo derecho, cuando se apaga les queda una marca extraña.

-¿Qué es eso?- les pregunto, Matías me mira y sonríe.

-Al parecer ahora nosotros somos El Club de la O.P.C.- dice Matías y le sonrío.

Todos empezamos a reír.

-Increíble- dice Alejandro.

-Ni que lo digas.- dice Jena revisando su antebrazo, conmocionada.

-Todo ha acabado- digo sonriendo.



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