Capítulo -7

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NARRA JESÚS

- ¿Donde te metiste anoche? -Dijo mi mi mejor amigo Derek.

- Me canse y decidí volver a casa. 

-: ¿Tú? ¿Cansado de las carreras?

- ¿Que pasa? 

- Nunca te habías cansado de una carrera.

- Siempre hay una primera vez.

- Pues vaya, ayer Kila te estuvo buscando.

- Olvide que había quedado con ella después.

- Estaba muy cabreada.

- Lo arreglaré, dudo que su cabreo se me resista. -Dije riendo.

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NARRA VELA

El dichoso timbre sonó, obligándome así a entrar en clase, mientras caminaba por el pasillo veía como Jesús hacia  lo mismo para entrar en clase, hablaba animadamente con Derek, finalmente todos entramos en clase, ellos se sentarin en su respectivo sitio al igual que yo.
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- Jesús, sal a la pizarra. -Anunció el profesor.

- ¿Yo? -Dijo riendo.- 

- ¿Acaso hay otro Jesús aquí?

- Míralo en la lista.

- Muy gracioso Jesús, sal ahora mismo a la pizarra.

- Que no tengo ganas.

- Te echaré de clase con una amonestación entonces.

- No será la primera vez.

- Deja de vacilar.

- Deja de hablarme. -Dijo riendo- 
- Fuera ahora mismo, estoy harto de ti.

- Con mucho gusto .-Se levantó- Volveré. -Dijo en tono burlón-

-¿Lo llevo yo? - Dijo Lila mirando coqueta a Jesús.

- No, lo llevará Vela, confió más en ella.

- Normal, empollona y la favorita del profesor, lo tienes todo. -Me miró.

- Kila, déjala en paz de una vez.

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Acabamos por salir de la clase, andamos hasta la dirección, evité mirarlo para no temblar más de lo normal.
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- ¿Por qué tiemblas? -Dijo riendo.

- No lo se.

- Te pongo nerviosa ¿Cierto? O solamente te pongo. -Me miró pícaro.

- Qué idiota -Me reí- eres Jesús Oviedo ¿Hay alguien a quien no pongas nerviosa?

- Supongo que no. -Se encogió de hombros.

- Hemos llegado.

- Bueno, adiós. -Sonrió.

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Volví a clase, todo siguió normal, Kila de vez en cuando me miraba con asco y odio.
Las clases terminaron, al salir como siempre la última me detuve en la puerta del instituto.
Conseguí esconderme mientras observaba la imagen que más lágrimas hizo que recirrieran por mis ojos, Kila y Jesús estaban besándose como si la vida les fuera en ello, Jesús la acercaba más a él mientras ella rodeaba sus brazos al rededor de su cuello. Mis piernas flaqueanban, mi boca se secó y de mis ojos salían miles de lágrimas que bañan mis mejillas, me quedé ahí, no pude moverme, mi mundo en ese instante habia caído a mis pies, ellos se separaron, Jesús agarró su mano y caminaban juntos hasta donde quiera que fuesen. 
Caminé con rapidez hasta casa, tras llegar a mi casa me metí en mi habitación, tiré a un lado mi mochila y me dejé caer boca abajo en la cama, las lágrimas volvían a mis ojos.
¿Que me podría esperar? Ella era hermosa, era perfecta, yo no era absolutamente nada, nunca sería nada bonita, nunca sería como ella, él jamás se fijaría en alguien como yo, en una nerd, en una chica que tiene miedo a expresarse, jamás me vería como algo más que una triste chica sin voz, en una chica invisible a sus ojos y a los de todos los demás.
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Distintos Destinos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora