Capítulo -6

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NARRA VELA

Acabé cediendo, subí al coche, cerré la puerta y él arrancó el coche.
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- ¿Que hacías por la carretera sola?

- No encontraba a mi hermano y quería volver a casa. -Dije sin mirarle.

- Estas como a dos horas y media de tu casa andando, te ibas a morir de frío. -Soltó una carcajada

- Bueno.  -frote mis brazos-

- Coge mi cazadora anda.

- No hace falta. -Dije nerviosa-

- Cógela Vela, te vas a resfriar.

- Esta bien. -Dije con la voz temblorosa-
°
Cogí su cazadora de la parte trasera de su asiento, me la coloqué por encima y me cubrí un poco.
°
- No sabia que conducías.

- Lo hago desde los catorce.

- Vaya.

- ¿Que hacías tú en las carreras?

- Acompañar a mi hermano.

- Ah ¿Quien es?

- Owen.

- Vaya, mi mayor contrincante. -Dijo sonriendo-

- ¿Lo has visto?

- Sí, se fue con una tía después de llagar a la meta.

- Ah, que bien. -Soplé.
 
- Eres demasiado tímida.

- Sí, bueno. -Miré por la ventanilla.

°
Acaricié la cremallera de la cazadora con la yema de mis dedos mientras sonreía; en aquel momento miles de sentimientos me invadieron, jamás imagine algo así, estar en un coche con Jesús es algo que nunca en mi vida podría llegar a imaginar.
°
- ¿Te encuentras bien?

- Sí.

- Estas temblando demasiado.

- Es el frío. -Dije mas nerviosa aún.

- Tápate bien, pronto llegaremos a tu casa.

- Vale.

°
El resto del trayecto lo llevamos en silencio, sin que él se diera cuenta lo miré y sonreí, sus cejas fruncidas, sus ojos clavados en la carretera, su expresión de concentración y su manera de manejar. Me miroy, rápidamente me giré evitando su mirada, sin mirarme ya me ponía nerviosa, no quería ni imaginar como estaría si me mirase directamente a los ojos.
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- Hemos llegado.

- Gracias, Jesús.

- No es nada.

°
Dejé su cazadora en el asiento y abrí la puerta.
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- ¿No vas a darme dos besos de despedida? -Dije riendo.

°
Tragué saliva, evitando el contacto con sus ojos, besé sus mejillas y salí del coche, cerré la puerta de su coche y él arrancó, entré en mi casa mientras sonreía, sonreía de manera involuntaria, la sonrisa en aquel momento no me cabía en el rostro.

Distintos Destinos. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora