¿Qué pasaría si metemos una demonio revoltosa, un ángel amargado, una sirena responsable y una unicornio fría e intelectual dentro de la misma casa?, es una pregunta muy extraña, pero la respuesta siempre va a ser la misma; problemas.
Cuatro chicas...
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Sol
Alice había cumplido lo que dijo o eso creo, como iba el plan Star y Skyla salieron a hacer guardia por si algún incidente sucedía, Alice se había ido a jugar un rato con Cerbero, pero eso fue hace varias horas y no estoy segura de que vayan a regresar pronto... O algún día. Ella había dicho que iba a ver a Penny pero ya ha pasado un día y aún no la va a ver, siempre lo deja para otro momento, está haciendo algo que ella misma llama "Procrastinar".
Al final todas las demás se habían quedado haciendo algo y me habían dejado totalmente sola, no tenía nada que hacer excepto explorar un poco de este lugar, me había detenido a ver unas preciosas flores de color azul que estaban creciendo en el suelo, nunca las había visto antes así que probablemente sean endémicas de este lugar, aunque es cierto que nunca antes había visto la tierra y conocía pocos tipos de flores.
—¿Y Alice?— Escuché una voz atrás de mí, no había notado cuando había llegado pero tampoco me preocupaba su presencia.
—Fue a jugar con Cerbero, tal vez regresé a media noche o nunca...— No tenía que voltear me y verlo a la cara para saber que mi frase le sorprendió.
—¿Ella sería capaz?— Vaya parece que me equivoqué, parecía más preocupado que confundido.
—No lo creo, Alice podrá ser un demonio pero nos quiere.
—¿Y lo puedes asegurar?
—No, pero tampoco lo puedo negar— Por alguna razón no paraba de ver las flores azules o talvez simplemente no quería mirarlo a la cara.
—¿En serio la conoces?— Asentí aún sin verlo a la cara— ¿De verdad?— Insistió.
—Claro que sí.
—¿Y cómo es?— Mire detenidamente las flores azules.
—Es azul.
Por fin me giré para ver a Johan a la cara y noté que estaba a punto de echar se a reír a carcajadas, le costaba tanto aguantar se las ganas de reír que sus mejillas se habían teñido de rojo y sin más soltó una gran carcajada.
—¿Alice es azul?— Preguntó entre risas.
—¿Aahhhh?, ¿Qué?— Murmuré confundida— Pensé que estabas hablando de las flores— Mis mejillas también estaban rojas, sólo que de vergüenza y Johan seguía riendo.
—No te lo tomes a mal pero eres algo despistada— Me dijo después de acabar de reír y calmarse un poco, aunque sus mejillas aún estaban rojas de la emoción.
