"¿Sabés lo que él hizo sin saber? Había encadenado mí alma al lado de sú ser. Y aunque mis sentimientos seguían siendo verdaderos, eran tan genuinos como la misma confusión..."
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No les vengo a contar sobre algo que puedan ver o tocar, tampoco les voy a decir cuál es la verdad. Digamos que las cosas son simples cuando creés que tú forma de pensar es absoluta. Pero la cosa, en éste caso en particular, realmente no nace de una definición sino de algo que está en nosotros mismos y que a veces cambia cuando quiere.
¿Qué son los sentimientos?
La definición que encontré me dijo que los sentimientos son el hecho o efecto de sentir o sentirse, y que también son el estado afectivo del ánimo. Puedo decir que estoy de acuerdo con la definición, además de que ya sé que es oficial, porque se entiende con la práctica inconsciente que ya tenemos y que a veces no queremos aceptar.
Los sentimientos en sí están relacionados con las emociones, porque una se efectúa por la otra y viceversa. Igualmente, podría haber dicho que éstos dos son mejores amigos ya que uno no puede estar sin el otro. En realidad, el ser humano no puede vivir sin ellos y se sabe que ni siquiera puede llegar a intentarlo porque es imposible, es algo inconsciente que no tiene botón de apagado.
Entonces, ¿qué es lo bello en los sentimientos?
Puedo afirmar que todos sintieron lo que es la rabia, la alegría, la tristeza y la felicidad. Como todos saben, aunque nunca dejamos de sentir una emoción, cada una se presenta en nosotros de forma ambigua y temporal.
¿Cómo?
Yo estoy feliz, pero ésa felicidad en algún momento tendrá que acabarse y ésta le dará paso a otro estado o sentimiento, como la compasión. Los límites que se presentan no hacen nada más que darle el valor a los sentimientos.
Valorar nuestra situación o una versión alterna de lo que pudo haber sido, a las personas que nos rodean, los días que nos quedan por vivir y mucho más; éso es lo que hace que cada sentimiento sea importante. El límite en todo ésto reafirma la belleza de cada momento vivido, hasta cuando de tristeza se trata la felicidad siempre llega a pasos cortos, haciendo que su llegada valga la pena. Además, este tipo de belleza subjetiva es el motor esencial de muchas cosas. Podemos hablar con enojo, podemos escribir un libro con aprecio, podemos hacer un deporte por satisfacción y también podemos seguir viviendo por amor a la vida.
En sí, el ser humano es manejado por los sentimientos y, en base a ésto, él mismo puede hacer muchas cosas que pueden ser tanto buenas como malas. La vida que cada uno experimenta seguirá rodeada, moldeada e influenciada por éstos sentimientos y emociones que nos seguirán hasta el final de nuestras vidas. Valorar cada estado es difícil, más cuando uno está triste o le tiene mucha rabia al mundo, pero sentir es parte de la vida y si no sintieramos nada, ¿cuál sería el sentido de todo?
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.