Black Leather. [ADAPTACIÓN] [Completa]

Capitulo nueve.

Marinette había llegado a las siete en punto a la Palmareda del hospital y se sorprendió de ver que las enfermeras y el equipo del hospital habían convertido la sala de la sección recreativa en una verdadera recepción de Palmareda y todo el romanticismo.

La sala estaba repleta de los corazones rojos y rosas que el mismo había ayudado a las pacientes a recortar durante sus rondas en el hospital, había un gran cartel colgado en la entrada que leía "Bienvenidos a la Palmareda Corazones Felices" y en una esquina había una mesita con té y galletas para los doctores e invitados que habían decidido participar.

Había casi treinta personas. Entre pacientes (y no solo las chicas, Marinette reconoció a pacientes de la sección D de chicos allí, y no pudo evitar alegrarse por Alix, quien llevaba enamorada de Kim por casi tres semanas) Vio a algunos padres de los pacientes mirando divertidos desde la esquina de la mesita de té y galleta y a otro montón de gente desconocida que pudo imaginar eran amigos de otros invitados. Saludo a Luka y Alya con la mano y se alegró de ver a dos primos de Luka de entre diecisiete y catorce años robando miradas tímidas de algunas pacientes mientras conversaban con ellos.

También fue lindo ver a las chicas vestidas con sus mejores ropas y peinadas con adornos y trencitas adorables. Marinette quiso correr donde Sabrina y darle un besote en la mejilla por la gran idea.

La busco con la mirada, y la vio allí plantada con la carpeta en mano y conversando nada más y nada menos que con Adrien Agreste.

Marinette tuvo que tragar al verlo.

Adrien estaba vistiendo unos pantalones casuales (no Jeans, por supuesto, pero tampoco un traje de 2000 dólares al menos) Llevaba una chaqueta azul marino y una blusa cuadrille desabotonada en el primer botón, y que lo partiera un rayo si es que no se veía atractivo.

Tampoco llevaba guantes, por supuesto. Y Marinette tuvo que tratar de no pensar en sus manos descubiertas si es que quería recordar como caminar.

Y fue hasta ellos.

- Adrien, llegaste – Dijo, sonriendo casi de manera tímida mientras se acercaba hasta Sabrina y le besaba la mejilla sonoramente. Sabrina giro los ojos. –Eso es por la organización, quedo perfecto.

- Lo sé, gracias, gracias – Sonrió ella mientras reía. Luego levanto su muñeca para mirar su reloj – Bien, es hora de comenzar.

La vio caminar y hablar con Lila y otras enfermeras más para que la ayudaran a iniciar el encuentro. Adrien a su costado se acercó más a él.

- Y... ¿De que hablaban? – Preguntó Marinette, tratando de no sonar demasiado curiosa.

Vio al Profesor encogerse de hombros mientras una divertida sonrisa aparecía en sus labios – De ti, por supuesto – Marinette se sonrojo - y de las treinta maneras que me rompería el fémur si te hacía daño.

Antes de que Marinette pudiera disculparse sobre las terroríficas amenazas de Sabrina, escucho un fuerte carraspeo que llamo la atención de todos.

Vio a la enfermera de cabello naranja agitar las manos para que todos la miraran, tenía un micrófono y su infaltable carpeta en sus manos.

- Bienvenidos a todos a la primera Palmareda organizada por el hospital, yo, Sabrina, y todos en el equipo le agradecemos sinceramente su visita –Se escucharon aplausos y unas cuantas risitas alegres de algunos pacientes. – Muy bien, las reglas son las siguientes – Sabrina carraspeo de nuevo – Se deben chocar las palmas por más tres segundos, pueden conversar, pero por favor no atrasen la fila, lo ideal es que todos tengan su turno para probar suerte – Dijo y guiño un ojo a los invitados – Si aún no se han lavado las manos, al lado de la mesita con té tenemos un dispensador de jabón para que lo hagan – apunto a una esquina – Haremos esto durante media hora, luego pasaremos a una actividad recreativa que las chicas y los chicos de la sección D han estado planeando, entre ellas, veremos una interesante obra de títeres que Juleka, Rose y Nathaniel han ensayado durante toda la semana – Sabrina señalo a tres pacientes que levantaron las manos orgullosos y la gente aplaudió entusiasmada – Y luego nuestra gran poeta, Mylène, nos leerá su última creación "Lo que brilla en el Prado" – Clara, una de las pacientes más brillantes que a Marinette le había tocado conocer, se levantó de su asiento alisando su vestido verde y saludo como si estuviera en un concurso de belleza, Marinette se rio y junto a varios aplaudieron animando a la chica – Muy bien, ¡Damos inicio a la Palmareda Corazones felices!-