Epilogo

5.1K 432 173
                                    

Lo que alguna vez fue Anderson y Jenkins ahora era Anderson-Jenkins-Agreste. A Adrien le tomó un año poner su nombre en la pared, un año y medio derrocar la "prueba de legitimidad" y un invierno acostumbrase a las terribles nevadas de Nueva York.

La vida era buena con él, la ciudad también.

Nada podía ser malo con Marinette a su lado. Mientras Adrien se devoraba el mundo legar corporativo como bestia hambrienta Marinette ocupaba sus dotes en la medicina para guiar una investigación que quebró unos cuantos paradigmas.

Resultaba qué, gracias a Marinette y a un vasto equipo investigativo, se descubrió de manera fehaciente como el cerebro de los conectados mutaba en su funcionamiento a los seis meses de estar juntos, no era cuestión de separarlos y ver como se comportaban, sino que lo empírico estaba allí, dentro de sus cabezas.

El cerebro de los conectados trabajaba de manera tan diferente que la actividad cerebral se disparaba por las nubes, y con unos cuantos exámenes,era cosa de niños separar a un Conectado de los que no. Tenía sentido, por supuesto que sí. Un conectado podía aprender chino mandarín en una semana, los comunes no. Adrien con el tiempo aprendió a apreciar la velocidad de su cerebro, tanto así como su fuerza, pero jamás dejaba de impresionarse con las capacidades de Marinette, quien aún después de perder su memoria eidética, continuaba siendo la genio que siempre había sido.

Marinette no solo había trabajado arduamente para proponer su examen como el nuevo test, sino que además había sido ella la importante fundadora de una organizaciones sin fines de lucro para ayudar en la búsqueda de la solución para todas aquellas personas victimas del destino y de la necesidad química de encontrar a su otra mitad. Victimas como alguna vez lo fue el padre de Adrien, o incluso su madre.

La vida fue buena. De verdad que sí.

Celebraron su segundo aniversario en las Bahamas. Después de mucho debatir, decidieron invitar a todos sus cercanos (Alya y su novio Nino incluidos) para festejar el amor que se tenían. Fue una ceremonia hermosa en la playa, Adriana moqueando junto a Luka y Alya aguantándose las lágrimas luego de que Adrien terminara un pequeño discurso impromptu que tomó a todos por sorpresa. Marinette sonrojada hasta el pelo.

No podía evitarlo ni aunque lo quisiera. Con el tiempo había descubierto que demostrar su amor en público ponía en Marinette un sonrojo diferente que la hacía ver incluso más adorable que el sonrojo habitual. Sólo para ver esa sonrisa Adrien meditaba cada día que tan lejos podía llegar sin cruzar la línea del arrendar un avión que escribiera en el cielo "te-<3-Marinette", o algo ridículo por el estilo.

Estar tan perdidamente enamorado era de locos, pero Adrien lo disfrutaba a cada segundo.

Cuando por fin cumplió los treinta la familia se hizo más grande. La pequeña Emma llegó a sus vidas como un torbellino revoltoso de dos años que pintaba las paredes, caminaba con torpeza y balbuceaba todo lo que escuchaba. No era fácil ser la hija de dos padres como ellos, tan locos de amor, felices y condenadamente exitosos, pero Emma se las arreglaba para revolotear como mariposa sobre sus hombros, agregando a sus vidas, para la sorpresa de Adrien, incluso más felicidad de la que ya conocía.

Y el que alguna vez fue conocido como el temible "Profesor Agreste" ahora era simplemente, "Papá" para su júbilo y sorpresa.

La vida fue bastante buena.

Incluso cuando no lo era.

Observó el cuerpo de su amor recostado sobre la cama. Marinette respiraba con dificultad para su sonrisa se mantenía con constancia en su rostro pálido.

No se atrevía a sentirse molesto, furioso o enojado con el destino, incluso cuando a su parecer la vida le estaba pidiendo que se marcharan demasiado pronto, no podía hacerlo. Lo que sea que fuera la fuerza externa que se entrometía con la vida, había sido amable con él.

Black Leather. [ADAPTACIÓN] [Completa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora