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Sus ojos azules estaban, posiblemente, mojados. Aun que Natsu no podía asegurarlo en la oscura noche en la que estaban.
La relación que habían mantenido por unos meses no tenia ningún problema fuera de alguna que otra pelea ocasional en las qué, frecuentemente, eran iniciadas por la albina. Sin embargo, recientemente hace algunas semanas, Mirajane se levantaba por las noches sollozando.
La primera ves que el pelirosado intento preguntarle que le pasaba, este solo recibió un – No es nada, Natsu – acompañado de una sonrisa obviamente falsa. Como respuesta.

Natsu volvía a la habitación donde el frecuentente se quedaba a dormir con Mira. Llevando una pequeña tasa llena de té en su mano derecha.

– Aquí – Espetó, acercandole la tasa.

Mira lo miro de reojo, estaba avergonzada por despertarlo una y otra vez durante esos días – gra-gracias – contestó tomando tímidamente la tasa.

Natsu se sentó a un lado de ella, sobre la cama.

— ¿No vas a preguntar? – Mira tenia la cabeza agachada, intentando tranquilizarse sintiendo el calor de la tasa con ambas manos.

— No lo haré – La voz de Natsu estaba calmada – ¿ O quieres que lo haga? – sus ojos jade se dirigieron a ella.
Ella volteó, dejando ver como gotas de agua escurrían de sus azulados ojos. Apartando la tasa a una mesita de hoche cerca de la cama. Natsu la abrazo sin decir nada, con la esperanza de que ella se calmará, quitando un poco de fuerza en su abrazo y se parandose un poco de ella. Con uno de sus pulgares limpiaba, lento y con delicadeza, cada una de las lágrimas que Mira derramaba mientras sus labios depositaban una y otra vez pequeños besos en la frente de su novia.

Unos minutos más tarde Mirajane estaba más tranquila pero aun así no paraba de gimotear.

— Natsu, ¿tú quieres tener una familia?  – Preguntó agitada con la cabeza en el hueco del cuello de Natsu sintiendo las cálidas caricias que este le propinaba sobre su cabello.

Con uno de sus dedos enrollo un mechón del blanco cabello de Mira – Mmm – Natsu la acerco aun más a el, incluso si eso no fuera posible por la cercanía que ellos ya tenían – bebes...– Natsu sonrió – ¿Acaso el copo de nieve pervertido quiere que lo coma? – habló con sorna deslizando su mano a una de las costillas de la albina.

— pfft – Escapó de los labios de Mira antes de comenzar a carcajearse por las cosquillas que el pelirosado le estaba haciendo – ¡Na-Natsu para! – suplicó sin poder parar de reírse.

Poco a poco Natsu comenzo a acomodarse sobre la albina – mi novia es bastante pervertida ¿eh? – paro de hacerla reír y la miró.

— No es eso, yo... – Sintió como los labios de Natsu se presionaban contra los de ella – Elfman me matara si te tocó Mira –  Mencionó mordiéndose el labio inferior – El casi me mata la primera vez que vine a dormir a tu casa ¿recuerdas? – Hablo desanimado.

Mirajane infló sus mejillas – ¡Escuchame Natsu Dragneel! – grito – ¡No es el sexo a lo que me refiero! – alzo más la voz – Yo.. – las palabras se atoraron en su garganta. 

Natsu volvió a besarla – esta bien –  el, la tomó de la cintura levantando la suave pero firmemente. Con un rápido moviento se recostó en la cama con Mirajane sobre el – te dije que encontraría una forma de arreglar eso ¿no es así? – entrelazo sus manos con las de ella – así que dejame a mi preocuparme por eso ¿de acuerdo? – toco suavemente los dedos de la albina.

Ella sonrió. las palabras que Natsu le decía siempre la hacían sentirse tranquila, protegida, como si cualquier problema o inquietud que ella pudiera tener se desvaneciera con tan solo escuchar " esta bien " de los labios del pelirosa.

Warm SnowDonde viven las historias. Descúbrelo ahora