Al día siguiente me levanté temprano, no sé cómo, pero me levanté temprano. Alcancé a hacer todas mis cosas, comer, ducharme, etc. De hecho, me sobró algo de tiempo, así que decidí ir a un parque de por ahí cerca antes de ir al trabajo. Cuando llegué al parque sólo estaba el chico que nos preguntó por su perro el otro día y me sonrojé. Vaya a saber uno porqué. Intenté no mirarlo demasiado y me senté en una banca a ver el paisaje.
Sentí a alguien sentarse a mi lado y mi corazón se aceleró.
—Hey —dijo una voz grave. Giré mi rostro para ver al perteneciente de esa voz, y obviamente era el chico lindo.
—Hey —respondí. Estaba nerviosa. Espero no haber sonado como una tonta.
Empezó a hablar en inglés. NO ENTENDÍA NADA. Decidí frenarlo y de alguna forma le "dije" que no sabía hablar ingles. Asintió con la cabeza y empezó a hablar en español. Mis ojos se agrandaron como platos.
—¿Hablas español? —pregunté asombrada porque le salía extremadamente fluido.
—Claro que sí, fui estudiante de intercambio —sonaba tan inteligente.
—Bueno, estoy impresionada.
—¿Por qué? —dijo divertido y sonrió. INCLUSO SU SONRISA ERA HERMOSA.
—Bueno, no lo sé. El español es un arte que no todos pueden dominar —dije a forma de broma, y él rió levemente.
—Eres graciosa —¿ES ESO UN CUMPLIDO?—. Soy Matthew, pero puedes decirme Matt —extendió su mano—. ¿Cómo te llamas? —DEMONIOS, ¿CÓMO ME LLAMO?.
—Eh... —muy bien, Mel. Olvidaste tu nombre—. Yo soy Melody, pero puedes decirme Mel —respondí con una sonrisa y estreché su mano.
—Lindo nombre, Mel —me sonrojé (sí, de nuevo) e hizo una pausa mirándome fijamente—. Hey... Conozco ese rostro... —fruncí el ceño. ¿Cómo puede conocer mi rostro?—. Eres la chica que me chocó en las escaleras —me sonrojé a más no poder. Por Dios, mi primer encuentro con un chico lindo y sucede que lo había chocado antes.
—¿Estás de broma? Vaya, lo siento, estaba algo apurada.
—Sí, pude notarlo —dijo divertido—. ¿Por qué estabas tan apurada?
—Estaba atrasada para ir a mi... —me interrumpí a mí misma recordando que quizás ya estaba tarde para el trabajo. Muy bien, imbécil—, trabajo —revisé mi reloj y sólo faltaban cinco minutos para este—. Lo siento. Debo dejarte, no puedo llegar tarde de nuevo —me levanté de la banca y salí casi corriendo. Escuché que dijo algo, pero no entendí muy bien qué fue. Aún así sonreí y seguí corriendo.
Como es de esperarse, llegué tarde. Obviamente Kristine, mi querida amiga, me reprochó diciendo que era la segunda vez que llegaba tarde y bla bla. Es importante mi trabajo, ¿por qué diablos siempre llego tarde?. En fin, le dije que anoche las chicas no me habían dejado dormir ya que se quedaron hasta tarde viendo películas de terror y sus gritos no me dejaban dormir. Claro que era mentira, esas dos no pueden ver películas de terror, aún si es la peor película de todas.
Llegué a casa tarde por el trabajo. Cuando aparecí en el apartamento, vi a las chicas que estaban acurrucadas una con la otra en el sillón con la televisión encendida. Se veían tan tiernas que les saqué una foto con mi celular. Después de eso decidí ponerles una manta encima y apagar la televisión.
Al no tener sueño, decidí recostarme en mi cama a revisar mis redes sociales. Nada interesante pasaba hasta que me llega un mensaje de Luke diciendo que debíamos hablar. Rodée los ojos ya que era un gesto muy tonto de parte de él. Decidí contestarle con un "¿Qué pasa?" y él respondió al instante. Wow, no sabía que podía hacer eso. Dijo que me extrañaba y que vendría a Canadá: no tenía nada que decirle, sólo un "suerte con eso" y dejé de textearle. No creo que vaya a venir, por eso lo ignoré. Que se vaya a la punta del cerro.
En fin, esa noche soñé con mi madre diciéndome que debía tener cuidado con las personas que escogía. Fue extraño en verdad, pero de pequeña me lo decía casi todo el tiempo. Quizás se refería a Luke, que es un imbécil desde que lo conozco.
Mi día surgió normal. Esta vez no me atrasé en el trabajo y por la noche vimos una película con las chicas. También cenamos como una bonita familia y hablamos sobre nuestro día: Alma dijo que muchos chicos guapos estuvieron en la cafetería, y Martina comentó que una niña se puso a llorar con Winnie the Pooh, me reí ante eso pero sufrí en silencio por la pequeña. Luego de cenar fuimos a dormir en nuestras camas, sin los infaltables gritos de buenas noches, obviamente.
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Un nuevo comienzo.
Teen FictionMelody, Alma y Martina. Son las mejores amigas del mundo quienes emprenden un viaje a Canadá por trabajo de Melody. En este lugar se encuentran con nuevos amores, restaurantes extraños, nuevas amistades y un sinfín de momentos excepcionales. Todas e...