Capítulo ocho.

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¡No sé qué diablos hacer! Para mañana debo tener una presentación de verano y no tengo nada. ¿En dónde dejé mi responsabilidad? Por favor díganle que vuelva.

Anoche fuimos a una fiesta con las chicas y Kristine. Todas se llevaron de maravilla y estoy bastante feliz por eso. Sin embargo, olvidé mis quehaceres y estoy a última hora haciéndolos. Kristine es bastante astuta: solo dijo que se sentía enferma por algo que comió y no vino; y yo estoy aquí sentada en una silla casi de palo, matándome la cabeza.

—Hey, Mel —¿qué sucede ahoraaaaaa?

—¿Sí? Dime —reaccioné y me di cuenta de que era Rony, mi compañero de trabajo que se la pasa ligando a chicas, pero en el fondo es un buen chico. Lo conozco desde pequeño.

—¿Quieres salir esta noche? —dejé de observar mi hoja en blanco para mirarlo. Sus ojos jugaban y su sonrisa ladeada no dejaba de decirme algo que no entendía—. Sé que quieres. Vamos, hace mucho que no te veo —le miré incrédula—. Prometo ser bueno —dijo levantando las manos a modo de rendición.

—Bien —¿QUÉ DIJE?—, no puede ser tan malo.

Su sonrisa ladeada se transformó en una sonrisa aun mayor.

—Paso por ti a las siete —dijo guiñando un ojo y se fue a su cubículo.

Y ahora a este, ¿qué mosco le picó?

Se preguntarán, ¿qué pasó con Matt? ¿por qué ya no vuelvo a hablar de él? Sucede que ese idiota, perdón, ser humano con bajo coeficiente intelectual no volvió a llamar. Quiero creer que tuvo un accidente de auto y se quebró los dedos. Eso quiero creer. Sin embargo, Ina se la pasa saliendo con este chico Saimon y aún no lo trae a casa. Al y yo le insistimos y siempre nos rechaza, dice que él prefiere la «privacidad».

Alguien golpea lentamente el muro de mi cubículo y me sobresalto. La gente no sabe lo que es querer privacidad para pensar... ¿Simon se metió en mi cabeza?

—¿Quién es? —pregunté canturreando.

—Soy yo —me contestó una voz femenina canturreando también. No dejé de mirar mi hoja aún en blanco.

—¿Qué vienes a buscar?

—A tí.

—Ya es tarde.

—¿Por qué?

—¡Porque ahora soy yo la que quiere estar sin tí!

—Shhh —proclamó Rony, cuyo cubículo estaba a un pasillo de distancia del mío.

—¿Qué haces aquí? —susurré burlándome de aquél chico.

—Vengo a verte, guapa —dijo Alma. Estoy segura de que algo quiere—. Te traje el almuerzo —sip. No me equivoqué.

—¿Qué se te ofrece? —le pregunté rodando mis ojos.

—Pues... —ella arrastraba sus pies en el suelo mientras pensaba—. Me despidieron...

—¡¿QUÉ?!

—¡Shhh!

—Pues eso...

La odio.

—Hablamos de esto más tarde, ¿sí? Estoy ocupada.

Odio sonar de manera pesada, pero estoy estresada con esta hoja. ¿Cómo se le ocurre decirme esto ahora?

La expresión de Alma fue de culpabilidad, pero aún así tomó su dignidad y se fue. Será un día bastante largo.

Escuché un carraspeo cerca de mí y visualicé de que era Rony.

—¿Problemas con tu novia? —preguntó e incrédula le miré. Inconscientemente mis mejillas se ruborizaron.

—Ella no es mi novia, Rony. Es mi mejor amiga, y sí, estamos en problemas. Gracias por preguntar —sentencié molesta. Esta gente no me deja trabajar.

—Créeme, esta noche, tu mente olvidará todo eso —dicho esto volvió a su lugar y no pude evitar sentir algo en mi cuerpo.

Confieso que Rony es un chico guapo, bastante guapo y por eso tiene la confianza en sí mismo para ligar chicas. No me gusta eso en los chicos, guapos pero engreídos, los odio. Sé que Rony es un buen chico y siempre ha estado para mí cuando más lo necesito; verán, fuimos vecinos en toda nuestra adolescencia, es decir, la época de problemas y él siempre me apoyó. Así que quiero creer que salir con él esta noche no será tan malo.

Intenté seguir concentrándome en mi trabajo pero cualquier cosa que pasaba no dejaba de distraerme así que ideé algo rápido en mi cabeza y lo dibujé. Necesitaría un par de toques más pero puedo hacerlo en otro momento.

Alma me dejó el almuerzo, ahora que lo recuerdo, y lo dejé debajo de mi escritorio así que solo me agaché y lo tomé. Al menos este sería mi descanso de tan poco. Era una bolsa café con la nota de "Porfa no t enfades conmiho, saves que t amo". Odiaba su ortografía y creo que ya entiendo por qué la despidieron. De todas maneras le agradecí mentalmente y tomé el sándwich que estaba dentro. En cuánto acabé seguí con mi boceto y con las ganas de suicidarme hasta que dieron las cinco de la tarde, era mi hora de salir y poder seguir en casa, pero esta noche no estaría trabajando, sino que estaría con Rony y eso me ponía nerviosa, no sé por qué.

Arreglé mis cosas y salí del edificio para darme una caminata hacia casa. No quería tomar un taxi porque creo que necesito pensar bien en qué voy a hacer esta noche y cómo me las arreglaré con Alma para ayudarle a conseguir un trabajo.

Solo espero que Rony de verdad me ayude esta noche.

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⏰ Última actualización: Apr 28, 2018 ⏰

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