Capítulo 1

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Noviembre 15, Miércoles

Se levantó temprano, como cada mañana. Se vistió y mientras se tomaba su capuccino miró sus redes sociales. Las nuevas publicaciones de sus followers de Instagram le gustaban bastante. Seguía a 80 personas en esa aplicación a pesar de que tenía 163 followers. Principalmente seguía cuentas con fotos Tumblr o cuentas cómo _just.another.boy_ y otras cuentas por el estilo. Finalmente, cogió su mochila y se fue de camino al instituto con los cascos puestos.

Sonaba 30 de Febrero de HA-ASH mientras se duchaba. Esa canción le levantaba el ánimo cada mañana. Era nuevo en el instituto y apenas estaba con gente, por lo que necesitaba animarse. Además, su pareja le había dejado hace unos cuantos meses a pesar de que ahora tenía novia y era eso o volverse a cortar. No era la primera vez que el chico pasaba la afilada cuchilla por su piel, llegando hasta casi las venas de su antebrazo. Se tiraba las noches llorando y esa canción le alegraba. Desayunó a toda prisa y cogió sus llaves, cartera, la mochila y se fue al instituto.

Entró en el recinto y en la entrada se quitó los cascos y los guardó en la mochila. Fue a clase de lengua y se sentó en su sitio. No era de los primeros en llegar, ni de los últimos tampoco. Quedaban un par de minutos para que sonara el timbre que daba comienzo las clases. Estaba situado en segunda fila, pegado al radiador y a la ventana. Las mesas iban por parejas, pero él estaba solo. No tenía apenas amigas chicas y mucho menos chicos, sólo una compañera de clase que de vez en cuando le sacaba algunas risas, pero eso no quitaba que le llamaran maricón, gay de mierda o que le cantarán canciones diciendo que si le picaba una cobra te volvías gay. Sacó su libro y su libreta y espero a que vinieran los demás compañeros, entre ellos el nuevo.

Alex entró a clase de los últimos, no llegó tarde, pero podía haber llegado antes sino se hubiera parado a hablar con Cristina. Se había convertido en poco tiempo en su amiga. Fue la primera en acercarse a él. Comparten gustos y tenía que contarle el último problema entre la relación con su novio asique él se paró y antes de entrar a clase, hablo con ella.
Josean escribía en la pizarra: Como marca de impersonalidad, el "se" se analiza cómo marca impersonal. Aparece en las oraciones impersonales reflejas y el verbo siempre está en 3ª persona del singular
A continuación ponía un par de ejemplos.
Este profesor, algo bajito, fumador y con una forma peculiar de vestir. Era algo duro para tod@s los alumnos del centro. Se tiraba las clases hablando, sin beber agua y copiando en la pizarra, pero los chicos y chicas se preparaban bien para cursos siguientes, eso sí.

Para no variar los graciosillos de la clase estaban con el móvil, hacían comentarios homófobos, machistas y alguno que otro racista.

Pablo miraba al chico nuevo, a pesar de que habían pasado una semanas y el nuevo no era tan nuevo. Moreno, con flequillo, de ojos claros y alto. Le parecía mono, pero seguro que tenía novia, pensaba.

-Bien chicos, se acabó la clase por hoy. Recordad que la semana que viene tenemos el control de lectura. Si ese libro que os gusta tanto de Zalacaín el Aventurero- dijo el profesor con sarcasmo ya que sabía que a ellos no le gustaría ese libro.

Le tocaba biología, teoría de la evolución. Algo de genética a pesar de que el profesor no explicaba nada bien y estuviera obsesionado con hacer maquetas.

Alex cogió el móvil y tecleo a su novia:
Hola mi niña, buenos días, espero que hayas dormido bien, estoy en el instituto y me aburro ¿Puedes hablar? 
Esta estaba en clase por lo que no respondió. Era de Santiago de Compostela, una relación a distancia a pesar de que se veían él y Marta.
Al ver que no respondía, guardó el móvil y se puso a mirar por la ventana. También se sentaba solo, en cuarta fila aunque la mesa de detrás estaba vacía ya que atrás apenas había gente. Veía los árboles que estaban cerca de la cancha de basket. A los pájaros que volaban cerca y...de reojo a él. Sí, Alex miraba a Pablo y se ponía a pensar. Era bajito, con una mirada poco común, algo friki y bien vestido con una sudadera gris. Le encantaban sus Vans negras.






Con tan solo 16 añosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora