Hora De Prisión, Chicas. © [2ª Temporada] (COMPLETA)

Capítulo 12: Abuela al rescate.

JASMINE

—¿Esto era el trabajo que íbamos a hacer? —digo mirando a la abuela pelirroja —¿Venir a las Bahamas a tomarnos un cocktel?

Ella suspira y se quita sus gafas de sol para mirarme.

—Niña, necesito pensar un plan para sacar las chicas de ahí —me riñe —Venir a las Bahamas me ayuda a pensar, ¡tengo 60 años, necesito relajarme!

Frunzo el ceño mientras veo cómo un camarero afroamericano se acerca a nosotras.

—¿Desean algo? —pregunta amablemente.

He de decir, que tiene buenos abdominales.

—Uy sí, necesito que me abaniquen, esta muchacha me está estresando.

Él coge una hoja de palmera y se pone a abanicarla mientras se recuesta contra la amaca blanca.

—¿Usted desea algo? —dice mirándome a mí.

—Queremos un cocktel, tráenos la carta —dice la abuela por mí.

Él asiente y deja la hoja para ir al chiringuito a por la carta de bebidas.

—¿Ahora me vas a decir que necesitas emborracharte para pensar?

—No —dice ella tan tranquila —No tengo por qué decírtelo niña.

La madre que la parió.

El chico vuelve con la carta y la abuela la toma y me la da.

—Léelos tú, a mí se me cansa la vista.

Ruedo los ojos y comienzo a nombrarlos en voz alta.

—Cokctel multifruta, cocktel apasionado, cocktel orgasmo, cocktel erecto, cocktel infernal, cocktel boludo, cocktel perrea perrea hasta que se menea, cocktel bomba, cocktel hell...

La abuela tira las gafas al suelo y me mira.

—¿Qué has dicho?

—¿Cokctel perrea perrea hasta que se menea?

—No idiota, el último.

—Cocktel Hell.

Frunzo el ceño mientras ella parece estar pensando en algo, su cara se ilumina de golpe y yo caigo en la cuenta de lo que pasa.

—No, la chuky ghost rider no, por el amor a dios.

—¿Quieres sacar a tus amigas idiotas de ahí? —asiento —Pues no hay otra opción, necesitamos a esa loca en nuestro equipo.

—¿Entonces quieren el cocktel Hell? —dice el chico.

—¡A tí sí que te voy a poner Hell cómo no te calles!

AMY

—Els ahíl —dice Mamahueva.

—¿Anda sí? Fíjate, no había visto el enorme cartel que pone "Invernadero" —dice Lia con sarcasmo.