CAPITULO 18. ACORRALADA

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Mi boca se secó, mientras levantaba las botas y las arrojaba sobre la cama. Estaba tan convencida de que no iba a querer tener nada más que ver conmigo que no me había molestado en pensar qué decir. No tenía ninguna razón real para disculparme, a excepción quizás de haberle gritado delante de todos, pero eso era de lo único de lo que me arrepentía.

—Lo siento por el desorden, solo estaba...

—Empacando. Sí, ya lo veo. —Él hizo un gesto con la mano, y mi maleta ya llena pareció vaciarse. Cuando abrí mi boca para protestar, vi que no había hecho que nada desapareciera;la maleta solo se había hecho más profunda—. ¿Es un mal momento?

Lo último que quería era pelear con él, pero no podía irme en buenos términos del Inframundo, de esta manera o de otra. 

—Tengo unos minutos —le dije, doblando un par de jeans—. ¿Qué fue toda esa discusión?

La esquina de la boca de Henry hizo una mueca de fastidio. 

—Lo que se podría esperar. Diana no estaba contenta conmigo, y tampoco lo estaba Walter. Sospecho que a pesar de nuestra discusión anterior, tampoco lo estás tú.

Consideré la idea de mentir, pero no serviría de nada. 

—No, no lo estoy —le dije—. Pero nosotros nunca... lo hablamos. No quiero ser una persona que trata de obligar a otra sentir algo que no sientes. Quiero decir lo que dije. No me iré a menos que no me quieras aquí nunca más.

—Deseo que te quedes, sin embargo, aquí estás, empacando tres meses antes —dijo en voz baja, y me detuve.

—Conoces el porqué—murmuré—. Estaré de vuelta tan pronto como encuentre a Rhea.

—¿Por cuánto?

Suavemente agarré la bota que se había caído de la boca de Pogo. 

—Por tanto tiempo como me quieras.

—Eso va a ser un tiempo muy largo.

Exhalé y sonreí, sintiendo como si mi pecho se librara de un gran peso.

—Bien.

Dio un paso hacia mí y me tocó la mejilla. 

—Disfruto viendo tu sonrisa. Quiere decir que he hecho algo bien. Me temo que muchas veces no lo he podido decir.

—Está bien.—Incliné mi cabeza en su mano. Él ahuecó mi cara y pasó el pulgar contra mi mandíbula—. Perséfone me dijo que habías dicho que no era tan bueno como esperabas.Cuando la besaste, quiero decir.

Algo brilló detrás de sus ojos, pero se había ido antes de que pudiera decir lo que era. 

—No, no lo fue. Me parece muy poco alegre mostrar afecto a alguien que no lo devuelve.

—Sí, a mí también. —Cubrí sus manos con la mía y presioné mis labios contra su palma—. Duele ser el que ama más.

Henry se acercó más así que nuestros cuerpos estaban a sólo unos centímetros de distancia. A pesar del calor que irradiaba de él, me estremecí.

—Si me hubieran desencadenado, hubiera despedazado a Calliope en la caverna. Si Walter me lo hubiera permitido, lo habría hecho en el momento en que la tuve sola en el palacio.

Inspiré con suavidad. 

—¿Se supone que eso es romántico?

—Se supone que es la verdad.—Se me quedó mirando, y mi aliento quedó atrapado en mi garganta—. Si yo fuera un hombre mejor, sería capaz de mostrar el amor y el afecto que te mereces. Como no lo soy, sólo te puedo ofrecer lo que soy capaz de dar. Pero te aseguro, sólo porque no lo demuestre no significa que no lo sienta.

THE GODDESS INTERRUPTED #03Donde viven las historias. Descúbrelo ahora