La amante

75 5 3
                                    

Odio cuando impones tu santa volun...~Mira arrugó la carta en su mano furiosa.

-¿La has terminado de leer?-Preguntó Loke.

-No, no me interesa que se ponga a juzgarme, ella que me tuvo por error, la peor hija dice. ¡¿Qué yo solo impongo mi santa voluntad?! ¡¿Qué voluntad? Si me la han quitado!-La albina daba vueltas por el pasillo donde se encontraban intentando no alterarse más.

-Calmate.-

-¿Que me calme? ¡Me he hartado a gritar que no elegí nacer! ¡He intentado ser buena, mantenerme callada y obediente toooda la vida ante ella para no defraudarla y ahora mira que dice!-

Loke tomó de la mano a la albina y tiró de ella para abrazarla.

-Tranquila, todo va ha estar bien, estoy seguro que alguien de la asociación estará encantado de casarse contigo.-

-Aun asi, ¿por qué el destino hace que me sienta en momentos tan feliz y al segundo tan triste?-

-Pues no lo se pero se que esta noche también hay parranda y que tenemos que ponernos genial porque hoy viene mi linda Aries.-Mira sonrió ante las palabras tan "conmovedoras" de su amigo.

-Dudo ir, no me encuentro muy bien, debería descansar.-

-Si tu lo ves así...pero descansa ehh-Mira asintió y fue a su grandioso nuevo cuarto donde daba a otro cuarto parecido a un estudio que también era para ella. De este cogió unas hojas y una pluma de escribir.

Escribió un par de cartas, todas para diferentes cantinas o posadas.

Se hartó de compadecerse y llorar.

Eso si, las heridas de verdad empezaron a dolerle mucho, siempre pasaba lo mismo:

"¿No me duele?Pues nada de reposo"

Y luego era cuando empezaba a doler de verdad.

Guardó las cartas y se echó  en la cama.

-¡¡Ehh, no me toques que la señorita esa es mi amiga!!¡¡¡MIRAA!!!-Unos gritos despertaron a la albina...

-¿Cana?-Se preguntó en alto. Como solo iba en ropa interior se echó por encima una bata y salió para ver a dos guardias intentando parar a la morena.

-Cana-san...¡Soltadla!-Los guardias la miraron y soltaron a la mujer.

-Demonio, como eché de menos tu voz.-Abrazó a la albina y esta casi grita de dolor pero se contuvo.

-Ay, ¿estas herida?-La morena se dio cuenta y por eso la apodada demonio asintió.

-Espera que me vista y vamos a hablar a otro sitio.-Después de lo dicho ambas mujeres caminaron hasta afuera de la sala de la fiesta.

-¿Y qué es esto?-

-Pues la fiesta de compromiso del príncipe, me parece que estarán de fiesta toda la semana.-

-¿Y hay alcohol?-Mira suspiró pero la castaña tomó eso por un si.

-Podemos estar solo un rato Cana, ¿me escuchaste?-Esta asintió con los ojos brillosos.

La joven Clive olvido completamente lo que venia a decirle a la albina.

Ambas tomaron una copa y de un sorbo para dentro.

-Lo necesitaba.-Aclaró la Strauss.

-¿Y quien no lo necesita?-Mira rodó los ojos ante el comentario de su amiga.

Todos bailaban, bebían, reían...

-¿Me concede este baile mi linda damisela?-Cana puso voz ronca y le tendió la mano al demonio que aceptÓ encantada.

Tu falsa sonrisa...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora