El compromiso

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-Nooo, a estas horas estoy despierta, ¿dormir? Eso es para flojos.- Me dedicó una mirada de reproche.

-En el día no podemos casi hablar porque últimamente no puedo ni estar a solas así que hablemos ahora.-

-¿Hablar de qué?-

-Esta tarde tu y yo...-Le interrumpí al ver por donde iba la conversación.

-No siga, de eso no me interesa hablar.-

-Nos besamos, te bese Mira y te volvería a besar mil veces más.-

-Señor, me parece que usted esta noche tomó demasiado alcohol.-

-No, no estoy borracho, lo digo de verdad. Es más, me encantaría tenerte solo para mi, que fueses mía.-

-¡Basta! No siga con ese sin sentido, usted se casa, ¿o acaso lo ha olvidado?-

-No lo he olvidado, lo tengo muy presente, igual que no voy a permitir que te cases con nadie. No te quiero para nadie más.- Automáticamente retrocedí un paso, no comprendía que pasaba.

-Señor, le juro que me estoy preocupando, sea sincero y dígame cuanto a bebido.-

-No seas terca y escúchame, es cierto, me voy a casar pero es un matrimonio acordado, todos esos matrimonios tienen terceras personas o hasta cuartas...-El infierno acababa de mandarme todo su poder porque sentía que mi cuerpo iba a estallar de rabia.

-¡¿Qué estas diciendo?! ¡¿Crees que sería tu amante después de ser una maldita bastarda?!-

Pov 3 persona.

Laxus se dio cuanta de que un aura oscura rodeaba a la albina y una furia inmensa crecía en ella.

-Mira déjame explic...-

-¡¿Explicar qué?! ¡No quiero oír esas malditas explicaciones, nada puede explicar que pensase que aceptaría esa estupidez!-La albina se fue furiosa de la sala.

-¡Mira!-Laxus se llevó las manos a la cara desesperado, había cometido un gran error.

La albina entró dando un sonoro portazo que seguramente despertó a las dos chicas que dormían a los cuartos que se encontraban a la izquierda y a derecha del suyo, ambas sus hermanastras.

-¡¡Hijo de ...!!-Chilló contra la almohada que abrazaba con fuerza, aclaremos que el grito de la albina despertó completamente a las mujeres de cuartos vecinos.

-¿Se puede saber que haces gritand...-Alice entró golpeando la puerta contra la pared y en actitud enfadada pero no pudo terminar lo que decía.

-¡Lárgate de mi cuarto o te juro que te mato!-La rabia que dominaba a la albina se volvió en desolación y la desolación en lágrimas.

La peli azabache no lo admitiría pero llegó a preocuparse al ver así a su "querida hermanita".

-Oye, ¿te encuentras bien? ¿Te duelen las heridas o algo? Hasta las bastardas merecen encontrarse bien.-

-Me encuentro genial, ahora salte de mi cuarto.-

-No seas tonta, no seremos mejores amigas ni compartiremos amor fraternal pero no te ves para nada bien.-

-Pues entonces más razón para dejarme sola.-

La de negra cabellera cerró la puerta y se sentó en la cama donde estaba sentada la albina.

-No he sido la mejor hermana, lo sé... Aunque Alektra me hizo entender que tu no eres culpable de nada. Alektra no habla mucho y prefiere estar sola pero le agradaste.-

Tu falsa sonrisa...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora