Capitulo 3

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La sensación de mi cuerpo con el contacto del agua era glorioso. Podia sentir como está sofocaba toda mi pesadez. Mi piel agradecia que esa gloriosa agua limpiara por completo cada poro.

Teniamos horas nadando. No había comentado nada acerca de la incomoda conversación en el auto. Olivia estaba feliz disfrutando la playa. Era una chica completamente diferente, podia ver el brillo en sus ojos, ese brillo que en otras ocasiones era totalmente invisible. Observabamos las diferentes actividades que las personas realizaban. El calor era muy agradable, y la playa se encontraba llena de personas, niños, señoras, ancianos, adolescentes hormonales ect.

-¿Es tu movil el que suena? -Olivia sacudio mi cuerpo, sacandome de mi maravillada ensoñasión.

- Eso parece. - corrí al camastro y tome el movil. Era mi madre. Estaba muy segura que no llamaba para saber si me encontraba bien. Jamás llamaba para eso. Es una pena, si estuviera muriendo no contaria con ella. -¿Si?

- Necesito que vuelvas a casa, hay algunas cosas que tenemos que arreglar. - su voz era como la habitual de siempre, carecia de amor maternal, pero lo más curioso de todo era que hoy podia sentirla mas autoritaria y fria.

- Estoy con Olivia, en la playa, más tarde sera. - no caeria en su juego de tratarme como una marioneta. Así me sentia a cada momento de cada estúpido día.

- No, vuelve ahora - fue lo ultimo que escuche antes de saltar el espantoso pip, pip, pip. No podia seguir hablando cuando ya han cortado la comunicación .

-¿Que pasa? - pregunto Olivia mientras se asercaba a mi.

- Tenemos que irnos, mi madre quiere que este en casa. - notese mi desepción al dejar la playa. Todavia no me iba y ya extrañaba la sensación de la arena entre mis pies.

-Volveremos, no creo que la playa tome un vuelo y se vaya a otra galaxia. - dijo mientras tomaba las cosas del camastro.

- Sabes que eso no tiene sentido ¿Cierto?

- Aveces no hay que encontrarle sentido a todo, Carter. Si a todo le buscas una explicación, terminaras perdiendo tu propio sentido.

-¿Has perdido el tuyo? - la pregunta salio de mí sin pensarlo.

- Aun no, quizas esta esperando el momento indicado para esfumarce.

-Sabes que no dejare que lo pierdas ¿Cierto? - su sonrisa melancolica y de aguna manera serena, me dio fuerzas para saber que, aún la tendre conmigo, en todo momento.

-Lo se, y también se que no me dejaras perdelo, no importa cuan mierda sea la situación. - una suspiró de alivio salió de mí, ella sin duda es especial.

De un momento a otro, los delgados brazos de aquella pelirroja se aferraron con fuerza a mis hombros. Su abrazo era tan reconfortante, que por un momentos senti que todo estaria bien, aunque eso fuera tan mitologico.

-Gracias - le susurre al oido. Era lo unico que podia hacer en esos momentos.

-Sabes que no es necesario. Anda, tenemos que marcharnos. -dijo dándole pequeñas y suaves palmaditas a mi brazo derecho.

Dejamos atras la playa. Nos dirigimos a el lugar que para muchos era el lugar perfecto, lo que no sabían es que ese lugar, era aún más frio que Canada.
Cuando Olivia aparco el coche, una mujer vestida con una falda gris a lapiz, zapatillas negras, camisa blanca y una maquillaje muy excesivo para su palido y muy bien cuidado rostro, salio de la residencia con aires de grandesa. Una mujer segura y atractiva, nos observaba a ambas con una amplia sonrisa.

-Pense que tu madre habia cacelado todo - dijo Olivia antes de bajar del auto.

-Por lo visto no. - dije para mí.

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