Capitulo 4

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Si creían que todos allí cenarian sin hacer un solo comentario, se equivocaron. Mi padre ya había presumido su nuevo caso que resultaria muy importante. Darren ya había informado que viajaria a Francia, un nuevo caso lo esperaba ansioso, caso que le daria mayor prestigio al buffet. Sarah la esposa de Darren, había casi gritado que su nueva marca de cosmeticos estaba siendo un exito en China, pobres chinos, esos cosmeticos estaban más alterados que una cerveza callejera.
Podia imaginarme a los chinos queriendo matar a esa rubia platinada y llena de botox, seria lo más epico de la historia.

Estaba agradecida de tener a Olivia justo al lado mio. Élla estaba muy enfrascada en su comida, sabía que esa era la debilidad de esa pelirroja. Agradecia tenerla a mi lado, pero estaba muy incomoda con Mason sentado justo frente a mi. Su rostro de psicópata pervertido, estaba muy calado en él, que evitaba por completo mirarlo por un segundo.
En la punta de la mesa estaba mi padre, a su derecha mi madre, al lado de ella Antonni y al lado de él Mason. A la izquierda de mi padre Darren, lugo su esposa, de ahí seguia Olivia, luego le proseguia yo, y como desgracia divina tenia a mi lado a un par de rubias anorexicas y arrogantes. Las hijas de Darren eran tan estupidas como su madre. Y en la otra punta de la mesa, dandole la vista a mi padre, se encontraba el señor Woodcock. Quien miraba como bichos raros al par de rubias. Ellas practicamente estaban desnudandolo, y practicando cualquier tipo de sexo con él en sus torpes cerebros.

Aún me preguntaba cual era realmente el motivo de esta cena. ¿Que clase de negocios emprenderian en esta ocasión? ¿Que papel jugaria el señor Woodcock en todo esto? ¿Por que él seria importante? ¿Que estaban planeando?. Estaba claro que todo esto giraba al rededor del dinero y el poder, eso era algo que no se ponia en tela de duda.

-Este filete es esquisito ¿Como has logrado conseguirlo Sarah? - mi madre observaba muy firmente a esa mujer ostentosa, mientras degustaba un trozo pequeño de filete.

- Viaje a Japón para consegurlo - dijo con superioridad y arrogancia, como si se sintiera orgullosa. - me aseguraron que ese solomillo es único, proviene del buey de Wagyu, es fantastico, además es nulo en grasa, es perfecto para mi dieta.

- Que maravilla - dijo mi madre con una sonrisa que no llego a sus ojos- cariño- se dirigió a mi progenitor - tendremos que viajar a Japón, los restaurantes son asombrosos - enarque una ceja, esto me parecia ridículo.

No podia negar que este filete era sumamente esquisito. Era lo mejor que hubiese provado en toda mi vida carnivora, pero era sumemente estresante escucharlas hablar de sus exageraciones en comida.

-Claro, cariño, el proximo mes estaria encantado de viajar contigo - esto era estupido. Las apariencias en gañan, y ellos eran el claro ejemplo de ello. Hablarse tan mimadamente no era normal en ellos, solo lo hacian en presencia de personas importantes.

Queria desaparecer de tan ridiculo espectaculo, esto era inaceptable. Sentia como todo esto crecia más y más, hasta el punto de querer gritarle a cada uno de ellos lo falsos que era.

-Es una lastima que Caroline y Canna no puedan estar aqui, esta noche es muy importante - comento Sarah dirijiendose a Antonni, quien apreto ligeramente la mandibula. - estare encantada de visitarla cuando el resfriado pase.

¿Resfriado? Más gilipolleses no se le podia agregar a esto.
Mire a Antonni, achinando los ojos. No creia en lo absoluto aquello. Me preguntaba cual era realmente el motivo por el que ellas no estaban aqui.

-¿Resfriado? - pregunte enarcando una ceja en dirección a Antonni. Él a su vez me dedico una mirada matadora. -¿Quien a pillado un resfriado?

-Caroline - respondio al instante. De inmediato cojio un trozo de su carne y lo llevo a su boca, eso era una indirecta para hacerme ver que queria dar por sanjado el tema. Pero yo no pararia allí, si algo me caracterizaba, era que siempre llegaba al final de las cosas.

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