Cabos Sueltos

Capítulo 9

- ¿Qué hacemos aquí? - Olivia seguía sin  contestar.

Había salido de la residencia antes de que la cena terminara, y ahora tenía miedo. Pero era lógico que tuviera miedo, estábamos en Compton. Un barrio bajo de los Angeles, y sobraba decir que era uno de los más peligrosos de la ciudad. Era de noche y las personas en la calle nos miraban con descaro. Los hombres daban miedo y más aun si estos fumaban porros.

- Calmate, no nos lastimaran - Olivia parecía muy tranquila, pero yo no. Todo el mundo sabía de la delincuencia de esta zona y de las grandes peleas de pandillas que se presenciaban.

- ¿Que demonios hacemos aquí? - era la quinta vez que lo repetía pero ella parecía no entender.

Tomó mi mano y corrimos por la acera, después tomó otra calle lateral, hasta terminar cerca de un bar. Pasamos corriendo este y nos detuvimos en un callejón retirado. Estaba en lo más oscuro del lugar. Había botes con basura y restos de comida. Desde nuestra distancia se podía ver la puerta principal del bar. Me acomode los vaqueros de Olivia, y es que yo era más delgada que ella.  Se negó a que llevará puesto el vestido y ahora entendía la razón.

- Escuchame bien, Carter - Olivia respiro profundo y después nos escondimos aún más en el callejon, pero sin perder el bar de vista - ¿Recuerdas al chico colombiano con el que salía? - yo asentí. Era imposible olvidar aquel asento. Aunque sólo duraron un par de semanas, ella parecía estar con él sólo por su suculento cuerpo - bueno, él trabaja en este bar.

- Si querías reconciliarte con él, pudiste haber venido cuando el sol esta a la vista de todos.

- No, Carter - hizo una pausa y después continuó - la última vez que nos enrrollamos fue en este callejón - abrí mis ojos muy bien. ¿Como mierda alguien se hecha un polvo en una callejón? - Pero no sucedió tal cosa, porque algo paso. Estábamos aquí, ya sabes, en el acto. Cuando unos tipos muy conocidos entraron por ese bar. No entendía que mierda hacían en un barrio como este, le pregunté a Matías, pero él sólo llevaba tres semanas trabajando y no sabía que mierda. Seguí viniendo y dos veces por semana se aparecían en este bar. Seguí en contacto con Matías, el dijo que no sabía quienes eran y que hacían. No tenía permitido servirles bebidas, porque no van a beber y mucho menos se quedan en el bar. Pasan a la parte trasera de este. Eso fue todo lo que me dijo. No puedo entrar y mucho menos investigar dentro, él no pudo hacer nada. Sólo observar pero siempre es lo mismo.

- Olivia, no estoy entendiendo nada, ¿Quienes son?

- Tu padre, Antonni y Darren. Vienen a este bar. No se desde cuando.

- ¿Que?, no entiendo que mierda tienen en este lugar.

- Ni yo, pero tenías que saberlo. Yo, no quería decirte antes sin saber, pero hasta el momento tampoco he logrado nada.

Tomó mi brazo y nos sentamos en el asfalto a esperar.

- Llevo un par de meses sentandome aquí.

- Debiste decirme antes - Se encogió de hombros y saco un cigarrillo, para después fumarlo.

- Hay algo más que quiero decirte - le dio una calada a su cigarrillo y después suspiro - antes de que Henry muriera, él estuvo aquí, sólo una vez. Me sorprendió verlo aquí, pero no regreso más. Después ya sabemos lo que sucedió.

- Supongo que esto no era algo agradable para él.

- Supongo que no. Las personas aquí suelen ser un poco conflictivas, pero supongo que se protegen así mismos.

- ¿Conoces a alguien en este lugar?

- Sólo un poco, pero nada relevante. Tal vez lo suficiente como para salir corriendo de este lugar si algo sucede. La semana pasada hubo un enfrentamiento, Matías resultó herido. Los conflictos en las calles nunca terminan, Carter. Ellos luchan por proteger lo que aman, si son agresivos es por el simple hecho de que tienen que sobrevivir en esta ciudad. Los porros aquí se encuentran como cualquier dulce. Son peligrosos, por eso he tratado de pasar desapercibida, pero no es fácil, ellos conocen a su gente. Tenemos suerte de tener la vida que hasta hoy disfrutamos.