- Una boda en la playa - dijo Olivia emocionada- que romántico.
La puesta de sol estaba a punto de perderse, y Olivia había conocido a un chico italiano, buscaba un mexicano y encontró un jodido italiano que terminó invitandonos a una boda en la playa.
Era una boda muy bonita, todos vestidos de blanco, Olvia se había puesto un sensual vestido blanco que resaltaba sus pecas y su cabellera pelirroja, junto con una fina tiara con flores blancas.
Yo simplemente había optado por un vestido blanco de playa, un poco arriba de las rodillas y con un discreto escote con encaje, y con una inconfundible tiara de delgadas flores blancas. Todas las mujeres traían dicha tiara.El italiano tenía a un simpático amigo, que en todo momento no paro de coquetear, pero dejando el coqueteo de un lado, era un buen chico. Era amable y tenía una sonrisa muy cálida.
- Andiamo in un bar*
Dijo después de que en la boda todo pareciese irse al caño.
- ¡Andiamo*! - grito Olivia, eufórica.
No estaba sagura de ir con aquel par de chicos, pero al final terminamos en la fila del antro más cercano. No un bar, un antro. Parecía muy pijo.
- sembri nervoso*- dijo el Italiano, de nombre Alessio. Sonaba gracioso pero evitaba reír cuando lo decía.
- è che ci sono molte persone*
- ¿Vuoi andare da qualche altra parte?*
- qui è perfetto*
Hacia tiempo que no entraba a un lugar así, pero tenía que superar mis miedos, además no había nadie aquí que quisiese hacerme daño de tal magnitud.
Dentro del lugar era un caos, pero el ambiente era divertido. Parecía que lo importante era bailar y embriagarse.
De inmediato tome dos martini, estaban fuertes pero los habían preparado muy bien. Olivia se encontraba bailando con el chico, creo que su nombre era Tiago. No lo sabían, pero el único lugar donde tomaba valor, olvidaba gran parte de mi vida y realmente me sentía feliz, es esté, pérdida en un refugio de música y alcohol.
Baile con Alessio, era un gran bailarín. Y no, en ningún momento intento meter sus manos donde no debía, él no sabía cuánto se lo agradecía. Termine bebiendo más martinis de los que debería. Baile todo lo que pude hasta que mis pies gritaban que no podían más.
Estaba hebria, lo sabía, pero no quería regresar a la realidad. Alessio, seguía bailando, hacia movimientos graciosos y yo no evitaba reirme.Me sentía feliz, lijera y encajaba perfectamente ahí.
En veintitrés años no había sentido tal cosa, y no sabían cuánto me alegraba.
Unas manos grandes y calidas tomaron mis brazos.
- Te llevaré a tu cuarto, estas muy hebria - esos ojos grises, esos malditos ojos estaban ahí, frente a mi.
- Elliot - dije sonriendo y arrastrando las palabras - estas aquí, te presento a mi amigo Alessio - dije. Alessio sonrió de lado y le dio un fugaz saludo con la mano.
- Ya lo vi, pero salgamos de aquí.
- Olivia, ella también.
- Sabrá regresar sola, además, esta muy entretenida, no debemos interrumpir - Olivia estaba entre toda la multitud de personas, comiéndose a el italiano ese- ahora vámonos.
Apenas dimos la vuelta y Alessio nos detuvo.
- Mi prenderò cura di lei - Le dijo a Elliot.
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Cabos Sueltos
RandomCarter Monaghan , una joven mujer que ha perdido lo que más ama, lo único que jamás ha amado. Se adentra al mundo del que es parte pero jamás consideró un peligro. Le han arrebatado lo único que era valioso en su vida y está dispuesta a llegar a la...