Capitulo 35

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Corríamos como nunca y me dignaba a seguir al escurridizo híbrido, sabia que el podía mirar perfectamente a donde llegaríamos.

Pronto empezó a detenerse lentamente, y me pedía que hiciera silencio a lo que sin duda obedecí, no me sentía sola, pero encontrarme con alguien tan pequeño de nuestra raza, me hacia acompañarlo a hacer cualquier matanza humana.

Subimos por una grieta enorme y apenas nos asomamos estábamos en lo que parecía ser las ruinas de un edificio completamente destruido, pero escuche algo.

No logre girarme cuando algo se me había abalanzado y me había hecho sentir un profundo dolor en el cuello.

Algo me estaba desgarrando el cuello.

Pero no recordé mas.

Sin embargo, esta vez, fue diferente, algo en mi me hacia sentir ese dolor, pero era profundo no superficial, se que no era importante, era como una picazón aguda, como un repentino dolor agudo pero pasaba de inmediato y lo olvide.

Me sentí en una cama suave, con almohadas en todas partes, y fue cuando abrí los ojos.

Estaba acostada en una especie de algodón, repartido por todas partes, y de inmediato me toque el cuello.

Aun no había sanado del todo, estaba realmente sucia, todo azul.

Solo azul.

- Perdón por lo que paso antes - Escuche la voz de Timothy a lo lejos.

- ¿Exactamente que paso? - Pregunte con un tono extraño, aun no tenia mi garganta lo suficientemente estable para hablar.

- Bueno, lo que pasa es que, se podría decir que no soy el único aquí - Explico y rápidamente me señalo una parte oscura que no notaba que algo se movía allí.

- Tu amigo tiene un gusto terrible por asesinar - Dije en murmullos.

- No es su culpa, desde que el edificio se derrumbo encima de el, no ha podido salir de aquí y eso le desespera hasta ese punto, pero le cuido y logro calmarme - Concluye - Mírale - Expresa.

Y gire mi mirada para enfocarme mejor en la oscuridad, pero no fue necesario, ya que una mirada completamente brillante y destellando azul, me sorprendió, y fue, cuando se acerco, que logre mirar con exactitud su forma, su pelaje, sus garras, su enorme hocico, y su increíble tamaño.

- ¿Que es? - Le pregunte.

- Es doce, si, así se llama, doce, es, una especie de otro planeta - Me explico sin exactitud.

Y contemple la criatura, tenia la forma de un perro, su pelaje impecablemente blanco con manchas y lineas grises con azules de diferentes tonos, tenia una orejas alargadas como las de un conejo y sus colmillos aterraban a cualquiera, estaban empapados de lo que de seguro era parte de mi sangre.

- ¿Eso fue lo que me ataco? - Pregunte perdida, pero con seguridad.

- No lo culpes te digo, aunque es verdad, no le gustan los extraños - Continua.

- ¿Como le encontraste? - Pregunte, mientras trataba de sentarme, mi cabeza aun no estaba perfectamente en su lugar y sentía que en cualquier momento se iba a caer.

No podía darme el lujo de perder la cabeza.

Por lo menos, no ahora.

- Mas bien, como me encontró el a mi, me sentía solo y necesitaba de alguien, de hecho nunca me había sentido así alguna vez, pero cuando le vi, sentí... que mi corazón volvía a latir - Expreso con cariño mientras se acercaba y le acariciaba con su pequeña mano la inmensa oreja del animal extraterrestre.

EXTRATERRESTREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora