«20»

610 58 2
                                    

Habíamos pasado toda la tarde viendo películas, solo la parábamos para almorzar o buscar algo para comer. Durante las seis horas nos mantuvimos callados sin nada de que hablar y solo mirábamos al televisor. En un momento Dam se paró para agarrar el control y apagarla, mi mirada enojada se dirigió a él quién se estaba sentando a mi lado.

– Ya me aburrí, amor – suspiró – Hagamos algo sino me voy a casa.

– Éso parece una amenaza – me encogí de hombros – Mala persona.

– En serio, podemos hacer mil cosas antes que ésto – resopló

– ¿Cómo qué? – crucé mis brazos mirándolo.

Solo sonrió y se acercó a mí, comenzó a besarme dejándome debajo de sí. Cada acción por parte de él parecía planeado, todo era pasional como sutil. Lentamente dejaba besos por mi cuello y me miraba de vez en cuando.

– Nunca vengo y cuando vengo me reciben así – escuché acompañado de un portazo, mi hermano.

Damián se separó de mi rápidamente, su cara estaba roja y acomodaba su pelo de modo nervioso sin saber que hacer.

– ¡Podés avisar que venís! – grité siguiéndolo con la vista ya que éste se dirigía a su cuarto.

Solo recibí otro portazo.

– Creo que me voy yendo – Dam se paró y buscó su celular.

– ¿Ya? – suspiré y él solo asintió – Perdón por lo de Facu, ya sabés él está... Ya sabés.

– No pasa nada Marti, no era un buen momento ni lugar – rascó su nuca

– ¿Te acompaño? – negó con la cabeza y siguió en silencio, algo andaba mal.

– Se te va hacer tarde para volver, no quiero que te pase nada. – se puso su campera y se acercó a mí – Te aviso cuando llego y si querés en éstos días nos vemos o salimos por ahí

Solo me privé de darle un corto beso y acompañarlo hasta la puerta. No quité la mirada de él hasta que dió la vuelta a la esquina, no recibí ninguna mirada por parte de él.

Cerré la puerta de un portazo, tantos recibió éste último tiempo que todavía no entiendo cómo no se salió de lugar.

Me tiré en el sillón y pensé mil veces en enviarle un mensaje a Nacho; ¿Qué le diría?¿O por qué le hablaría? No tenía razón, solo lo extrañaba.

Marti;
Hola Eckito💙 20:37pm

Bloqueé el celular y entré a bañarme, escuché un llamado de Facundo lo cuál ignoré y seguí con lo mío.

Me sequé el pelo y me acosté, volví a revisar mi celular.

Spallatti;
Qué onda? 21:05pm

Marti;
Todo bien. Mañana tenés algo que hacer? 21:10pm

Spallatti;

Sí, tengo planes. Otro día será. 21:15pm

Quedé como una estúpida, me repetía mil veces que nunca debí haberle mandado ése mensaje. Salí del chat, dejándolo en visto y apagué por fín el celular. No me preocupaba que Damián no me haya avisado que llegó, él siempre se colgaba con ésas cosas y tampoco podía estar atrás de él como si fuera su mamá. 

Cuando pude conciliar el sueño la puerta de mi habitación se abrió de golpe dejando así ver la silueta de mi hermano menor. No habló, solo se acostó a mi lado con sus palmas en la nuca.

– ¿Se va a morir? – rompió el silencio

– No sé, Facu – suspiré – No pienses en ésas cosas.

– ¿Cómo? Explícame cómo. Estoy muy cansado Marti, lo único que quiero es irme lejos y que nadie me importe, ni nada. – habló molesto. – ¿Mañana vamos a verla?

Solo asentí y él volvió a quedar en silencio. 

❝desaprender❞ ➳ Damian LafuenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora