Capítulo 1. Cuando te conocí.

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/ lunes trece de enero de dos mil doce, 9:00 am /

☆ Recuerdo aquella mañana, los rayos ultra violeta ya empezaban a molestarme un poco en el rostro. Me levanté de la cama y fui a ducharme, lavé mi boca, tomé un poco de agua y salí a correr por el parque un rato.  Aquella mañana no había demasiada gente haciendo ejercicio y eso era realmente raro, siempre estaba repleto y no se diga a esa hora; sin embargo, estaba aquel chico, que si bien era demasiado alto y que siempre cargaba con un bastón, realmente no solía ponerle demasiada atención a él, pero bueno y es que yo no le ponía atención a nadie, me dedicaba a solo ejercitarme y nada más. Solo ponerme atención a mi. Había estado dando unas que tantas vueltas por el lugar, ya estaba siendo hora de tomar un pequeño descanso, así que me senté en una de las bancas que estaban cerca de él. Le miré por unos instantes, pareciera como si hubiera perdido algo, estaba en el suelo buscando algo con sus manos , realmente no sabía lo que era pero pensé en ayudarlo. Me acerque a él, y pregunte si algo estaba mal con él.

Hola, disculpa, ¿estás bien?, ¿necesitas ayuda?.*

— He perdido mi anillo, el anillo de mamá.

Él estaba llorando y no dejaba de decir aquellas palabras. Me ponía demasiado nervioso el hecho de que llorara y no dejara de decir aquello, busqué como loco aquel anillo, le dije que no se preocupara, que yo lo encontraría por él y su madre. Y aunque estuviese llorando, era un chico que a simple vista de cualquiera, era realmente tierno.

Te ayudaré a encontrarlo, no llores, me pones nervioso.*

No recuerdo con exactitud el cuánto me demoré en encontrar aquel anillo, pero cuando lo hice me sentí aliviado, puesto que él no le iría mal y tampoco desilusionaría a su madre.

—¡Lo he encontrado! ¡Wow! Es muy bonito, ¿lo tomaste sin permiso de tu madre? Chico rebelde.

—¿En serio lo has encontrado? No mientas.

—No, lo tengo en mis manos ahora mismo, ¿quieres que te lo ponga?

—Primero debo de asegurarme que sí lo es.

—Realmente no estoy mintiendo.

Le deje aquel anillo sobre sus manos y él empezó a tocarlo por todos lados, ¿era de aquella manera que lo reconocería?
Por si aún no puedes entenderlo, él era ciego.

—Mamá me ha dicho que tiene un diamante en el centro. ¿Puedes decirme de que color es?

—Es azul.

—Entonces sí es.

—No mentía, te lo dije.

—Lo siento, por no creerte.

—No es nada, es normal, eres desconfiado, sólo eso. Además, como no me conoces. Pero no soy una mala persona, puedes confiar en mí.

Revolví de sus cabellos al instante y fue donde sentí como sus brazos rodeaban mi cuello y su cabeza sobre mi hombro, sé que lo hizo en forma de agradecimiento, aunque, fue muy raro. El sentimiento fue raro.
Entonces mi celular sonó, era mi madre, entonces tuve que irme, él me despidió con su diestra y le volví a sonreír , la verdad es que era un niño muy bonito. Lleno de encanto en su rostro. Sólo, algo mal estaba con él. . .

/Veintisiete de enero de dos mil doce/

Pasaron dos semanas y no le vi andar rondando por aquel parque. Se me hizo extraño ya que siempre estaba en aquel lugar y en esa misma hora. En la hora en la que yo me ejercitaba. Le vi tes días después, hasta un treinta de enero, estaba sentado en el pasto, comiendo. Me senté a su lado.

Incluso si TÚ no estás [Re-subido]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora