/Veintitrés de abril de dos mil doce/
Aquel día le invité un helado, él aceptó, después, salimos a caminar por la ciudad, habíamos estado juntos hasta que oscureció. No voy a negarme, me encantaba salir y estar con él.
—Te quiero. *
Aquello salió de mi boca, fue la primera vez, pero no última que se lo hice saber, cuando de nueva cuenta él acarició mi mano, sonrió y se acomodó en mi hombro. Se sonrojó, lo pude ver, era demasiado visible para mis ojos.
—Yo también te quiero. Usted me gusta, puede que no le conozca el rostro, ni siquiera sé bien el cómo es, pero me gusta, me gusta mucho. ¿Sabe? En algún momento de mi vida pensé que enamorarme no me sería posible, muchas personas piensan que nosotros somos seres extraños y que no deberíamos convivir con las personas “normales”, pero la verdad es que yo ahora con usted me siento de lo más normal. Agradezco que haya sido usted, y no alguien más, no otro chico, no alguna chica.
—Me gustas también.*
Sentí como el corazón se me salía del pecho, pues las palabras automáticamente y sin pensar salieron de mi boca, y entonces me di cuenta de cuanto me gustaba, pues, no vas a sentir que se te sale el corazón de la nada. Fue un día difícil, ¿era yo homosexual?, ¿qué sentía exactamente por él? Error mío el dudar en ese momento. Sus brazos rodearon mi cadera y se acurrucó en mi pecho.
Momentos como aquellos son los que jamás se olvidan, ¿cierto? Es así, no los puedo, ni podría olvidar nunca. Son parte de mi vida ahora./ treinta de abril de dos mil doce /
Estuve viéndole por todo ese mes, pasaba los mejores momentos con él, eran agradables, me prometió otra pintura. Esta vez lo haría de mi rostro, así que dejé que lo tocara, cada facción, la más minuciosa. Creo que su intención era realmente hacer un buen trabajo con aquella pintura que dentro de unos días me regalaría. La primera pintura que había hecho de nosotros dos la colgué en mi habitación, tenía rastros de sangre, sí, por aquel accidente que había tenido, exactamente el mismo día cuando decidió obsequiármela; le puse un cuadro para que se viese más linda y antes de dormir la miraba, al igual que cuando despertaba, no había momento en el que no la viera y me sintiera más enamorado.
“No sólo estoy queriéndote. “*
Quería decirle aquellas palabras. Empezaba a sentir algo más por él, pero a la vez sentía que eso estaba mal. Él era menor que yo, y. . .él era hombre, al igual que yo./ dieciocho de mayo de dos mil doce /
Este día es, fue y será el mejor de mi vida. Estábamos en mi casa, lo invité a que viniéramos a comer, la verdad es que yo no era muy bueno cocinando, pero quería que él se sintiera importante sabiendo que existía alguien que podía cocinar para él. Mientras yo cocinaba, había dejado música para estar relajados. De hecho, había canciones que se sabía y las cantaba, muy en voz baja. En sus manos tenía la pintura que estaba aún creando. De repente, me llamó, e iba a ir a donde él, pero antes me advirtió que no me moviera, que él iría a mí.
—¿Bang?
—¿Qué es? ¿Te duele algo?
—Nada de eso, acércate un poco. . .
Obedecí a lo que me pedía, me acerqué, estábamos ambos en la cocina y yo le tomé sutilmente del antebrazo, aún confundido, pues lo único que pude pensar es que estaba cansado y se quería ir. Sin embargo, me tomó de las mejillas, y me helé. Recuerdo perfectamente que me dijo que necesitaba saber cómo eran mis labios y hacerlos en la pintura. Pensé que lo haría con sus manos, pero nada de eso, terminó haciéndolo con sus labios. Nuestros labios se rosaron. Mis ojos se cerraron lentamente al contacto, y aunque al pasar unos segundos él se intentó separar, lo jalé a mí, y nuevamente junté nuestros labios, comenzando a separarlos, entrelazándolos con los de él. Sus labios se movían tan lento, que hasta me sentía relajado en ese momento, pero, por otro lado, sentía que el corazón estaba a punto de salirse del pecho, mucho más fuerte que la vez que le dije que lo quería.
/ veintiuno de junio de dos mil doce /
El tiempo que pasaba con él en verdad iba demasiado rápido; al comenzar el mes, oficialmente nos hicimos novios, era muy feliz con él, ese es otro recuerdo que jamás olvidaré. En la primera pintura, él había dibujado girasoles, así que en este mes cuando le veía le llevaba girasoles.
/ quince de julio de dos mil doce /
Ese día lo pasamos en casa. Veíamos películas, bueno, él solo escuchaba, era una película de acción y guerra, cuando escuchaba que alguien era baleado se escamaba, me provocaba risa y le abrazaba, se escondía en mi pecho y decía que tenía miedo, pero él sabía que donde quiera que él estuviera yo le estaría cuidando. Le protegería incluso ya no estuviera a su lado.
—Eso da miedo, cambie de película.
—Vale, ya está por terminarse.
—Me taparé los oídos para no escuchar.
—Te amo. *
—¿Eh?
—Pensé que habías tapado los oídos para no escuchar.
—¿Es verdad?
—¿El que te amo? Lo es, no mentiría con eso.
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Incluso si TÚ no estás [Re-subido]
FanfictionIncluso si TÚ no estás es un fanfic donde muestra a un chico recordando lo que fue su primer amor, aquel que jamás olvidará. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Yongguk es un chico que acude a un parque cercano...