III: Tony NO es un gato, pero debe ser acariciado sólo cuando él diga

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Steve se hallaba tranquilamente en su habitación leyendo, era fin de semana y había decido que quería pasarlo tranquilo descansando después de haber tenido una semana agitada por culpa de los tipos malos.

La tranquilidad hubiese seguido de no ser por la presencia de Tony quien se había dignado salir de su taller finalmente.

— Stevie. — Dijo en tono cantarín, ese que el súper soldado reconocía como el tono de "Quiero atención, ahora" de Tony.

El genio avanzó hasta la cama que compartía con su esposo y se subió arriba de este quedando sentado sobre su vientre moviéndose un poco tratando de provocarlo. Steve, contrario a lo que Tony quería, le ignoraba y se dedicaba a seguir leyendo, inmutándose a la acción del menor.

— ¡Stevie! — Le gritó, sin embargo siguió siendo ignorado. Si el cariño no funcionaba entonces usaría otra cosa para que le mirase — ¿Sabes? Hace poco vi un documental donde habían encontrado un mamut congelado, yo rápidamente deduje que se trataba de tu mascota. ¿Irás por él? — Esta vez trató de llamar su atención con burlas, pero tampoco funcionó.

Cansado de la situación, tomó el libro que Steve leía y lo lanzó a alguna parte de la habitación. El Capitán ya cansado decidió ceder y colocó su mano en la cintura del menor comenzando a acariciarlo. Tony al ver la acción del rubio se puso de pie y salió de la habitación para ir, muy probablemente, a la cocina.

Steve sabía que sólo podía acariciar a Tony cuando él lo solicitaba, si se demoraba aunque sea un par de segundos, entonces perdería la oportunidad.

El gato de SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora