VI: Tony NO es un gato, pero tiende a cazar ratones

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Los días cotidianos de los Vengadores podían transcurrir de cualquier forma excepto normal, y eso era algo que Steve tenía muy en cuenta; el factor sorpresa estaba a la vuelta de la esquina esperando por ser activado e iniciar un nuevo desastre, y si estaba mínimamente relacionado a su pareja entonces era mucho más explosivo.

Desear pasar un día en paz era algo a lo que se había resignado esa mañana cuando vio a Clint comerse la última dona de Tony.

- ¡Hawkeye, asqueroso ladrón! - Escuchó a su furioso esposo gritar.

- Pensé que Hulk y Thor eran los únicos que matarían por comida. - Comentó Natasha ignorando los llamados de auxilio de su compañero que intentaba escapar del millonario.

- Ya sabes como se pone Tony cuando toman sus cosas. - Respondió Bruce sin despegar la vista de su libro.

- Cierto, ¿recuerdan cómo se puso aquella vez que vio a la agente Sharon cerca de Steve? - Esta vez Sam se unió a la conversación.

- ¡Oh sí! Casi vuela todo el edificio al ver como coqueteaba con el Capitán, ¡fue un gran día y al final venció como el buen guerrero que es! - Exclamó el Dios del trueno.

- Yo soy el esposo de Tony, no su juguete favorito por el cual discute en el recreo. - Les dijo Steve igualmente ignorando los llamados de auxilio y los estruendos de objetos caer y romperse.

- Hablando de Tony, ¿no deberíamos hacer algo antes de que nos quedemos sin un Vengador? - Les dijo Sam al ver como finalmente habían acorralado al arquero y era sujetado por el genio.

- Bien. - Steve se puso de pie y caminó hasta su pareja que apuntaba con el guante de su armadura a un aterrado Clint. - Tony, ¿no habíamos hablado antes sobre no matar a nuestros amigos? -

- No voy a matarlo, sólo probaré que tan efectiva es su supervivencia al recibir un disparo de mi armadura en la cara. - Contestó el castaño.

- ¡¿Crees que tengo siete vidas como tú?! ¡Capitán, calma a tu bestia! -

- Primero pídele una disculpa por haberte comido su última dona. - Ordenó.

- ¡¿Soy yo el que está siendo apuntado en el rostro y aún así debo disculparme?! - No recibió respuesta. - ¡Bien! Siento haberme comido tu estúpida dona, ahora aleja el guante de mí. -

- Sólo porque tu expresión de terror fue más dulce que cualquier dona. - Rió. - Pero si vuelves a hacerlo y ni todo S.H.I.E.L.D. podrá protegerte. - Soltó a Clint y se alejó.

Steve sabía de esa fama de cazar ratones que tenían los gatos, pero pensó que era sólo un estereotipo, al parecer resultó ser real.

El gato de SteveDonde viven las historias. Descúbrelo ahora