El gato de Steve

V: Tony NO es un gato, pero duerme todo el día

Steve estaba molesto, ya nada iba a detenerlo. Bajó hasta el taller de Tony, puso el código de acceso e ingresó encontrándose con su esposo tambaleante de sueño pero negándose a dormir, cosa que ya había logrado durante casi tres noches seguidas.

El rubio sin siquiera preguntar ordenó a J.A.R.V.I.S. detener la fuerte música, guardar lo que sea que Tony había hecho y apagar cada mísero aparato tecnológico -o sea todos- dentro del taller, siendo obedecido al instante por la I.A., cuando terminó de dar su orden tomó entre sus brazos a un ofendido Tony Stark cargándolo sobre su hombro para asegurarse que no escapara sin importar cuántas patadas y golpes le dé.

Salió del taller ignorando todo tipo de protestas por parte de Tony y se dirigió hasta su habitación tirando al genio sobre la cama y amenazándolo de no salir de ahí para volver al taller. Fue directo a la cocina para servir comida para su pareja y regresar al cuarto encontrando a Tony durmiendo.

Miró el reloj en la mesita de noche al lado de su cama, once treinta de la mañana, a penas sería medio día cuando Tony había decidido dormir después de tres días de insomnio.

Steve decidió dejarlo así, pensó que lo mejor era que durmiera y ya que despertara en un par de horas le obligaría a comer.

Un par de horas...

Eso era lo que Steve tenía contemplado, que Tony sólo dormiría un par de horas. Pero no. Estaba por ser media noche y su pareja seguía dormida. Fue cerca de la una de la madrugada que despertó, comió, hizo algunas cosas relacionadas al manejo de su empresa, revisó las redes sociales, checo algunos futuros proyectos, etc. llevándose así toda la noche en vela de nuevo.

Al llegar casi las nueve de la mañana Tony volvió a dormir todo el día importándole poco o nada los regaños del Capitán.

Steve realmente odiaba esa manía de Tony de dormir todo el día y hacer sus quehaceres de noche, pero aparentemente es cierto que los felinos pueden ver con claridad durante las noches.